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Rebrote en Kuartango
Miles de alaveses vuelven a la feria del perretxiko y la vaca terreña, la primera gran cita masiva del agro tras la pandemia
Este domingo se ha detectado un rebrote en Kuartango. Ha sido de los gordos y ha tenido algo de histórico. Y no, nada que ver ... con los dichosos datos de contagios, con esa tasa de incidencia acumulada que, a estas alturas, ya suena a pretérito (muy) imperfecto. A cara descubierta, codo con codo, sin distancias, lo que ha repuntado en la localidad alavesa han sido las ganas de celebrar a dos carrillos, con la música charanguera de fondo. Han vuelto a brotar los perretxikos en los puestos y las vacas terreñas mugieron en los rediles. En Kuartango ha rebrotado, en fin, la vida tal cual era.
La de Kuartango ha sido una de las grandes primeras grandes ferias agroganaderas que se celebraban en Álava tras la pandemia. Vale, sí, hace unos días se brindó en Armentia por San Prudencio. Sí, también en Estíbaliz. Pero la del perretxiko y la vaca terreña retomaba ese calendario, interrumpido durante estos dos años ominosos, con un santoral consagrado al producto de la tierra. Nadie sabía muy bien cómo iba a responder el personal. Había dudas. Y todas se despejaron ya a media mañana. Para entonces, se formaron retenciones en los accesos al pueblo que alcanzaron los 5 kilómetros. Ganas, desde luego, había.
«Todos llevábamos esperando muchísimo tiempo poder volver a estar aquí y disfrutar sin preocupaciones», certificaban Isa Rodríguez y David Martxena mientras daban buena cuenta de un rico talo con chorizo y disfrutaban de la sidra a raudales. «Hay mucha gente, es verdad, pero creo que ni la mitad que otros años». destacaban, con ojos expertos, al calibrar toda esa riada de gente que se detenía en los puestos en busca del gran protagonista de la jornada: el codiciado perretxiko.
Las setas de primavera cotizaban ayer en los puestos «más o menos al precio de siempre», destacaba Lola, del puesto Delicias del Bosque. Los vendía menuditos, a 36 euros los pardos y a los 42 los más blancos. «De sabor son iguales, pero tienen mejor presencia», reconocía la mujer. «Y, desde luego, son de aquí», presumía. En el resto de los puestos se podían encontrar incluso algo más baratos, a 24 euros los traídos de Navarra.
Pero, a ver, ¿de verdad hay tanta diferencia hay entre unos y otros? «Se nota y más los que vienen de Europa del Este: el perretxiko tiene que ser compacto y saber a eso, a perretxiko», certifica Enrique Arberas Mendibil. Ya se sabe que todo el mundo lleva un entrenador de fútbol y un setero dentro. Pero él es un experto de verdad. Enrique es autor del libro 'El oro blanco de los vascos', que firmaba en su puestito.
Lomo y chorizo de Mendiola, cucharas de boj de la Montaña, conservas y hasta el tipiquísimo bacalao alavés de Islandia, oiga. Los productores no veían el momento de sacar lo mejor de sus casas a las ferias. «Antes había fines de semana que nos hacíamos cuatro ferias y durante este tiempo, nada, ha sido un palo», lamentaba Amparo Pérez con sus dulces mermeladas de Anúcita. «Es una ilusión tremenda estar aquí, poder volver a trabajar y ver a la gente. Para nosotros ha sido un tiempo muy difícil», certificaba Leyre Belaustegi, del obrador Goiuri de Izarra ante sus excelsas piezas de pastel vasco. «Pensaba que la gente iba a venir más reticente a gastar pero no, las ventas van bastante bien», reconocía la pastelera.
Mientras las criaturas alucinaban frente a los rediles, con asnos de Las Encartaciones, con esas vacas acogotadas vacas terreñas del terruño, representantes de la OSI Araba se encargaron del pregón de una feria que el diputado general oficializó como la «de la recuperación y el reencuentro». Ojalá que este rebrote sea de los buenos.
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