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Era inevitable que, ahora que la ciudad entera amarillea, mi cabeza no se diera una Vuelta por el Tour. Dicho así To-ur, para evitar ... quedar mal con los franceses. De cuando chavales, la Vuelta más importante de todas, quizás con la Vuelta al Cole, era la de España. Por dos razones. Por la 'Caravana' que nos atontaba a todos con el 'gallo de Fagor' y sus caramelos, la 'bruja aspiradora de Valet', los calcetines de 'Ferry's', las postales de los ciclistas... Y porque nos daban fiesta en el 'Cole', por la tarde. Tremendo!!!
Para que el aficionado pase envidia, yo he visto pegarse a Loroño y Bahamontes con las 'bombas' en la calle Olaguíbel y ganar a Van Looy en la calle Dato. También aplaudí a Eusebio Vélez en el puerto Vitoria cuando le mandaron frenarse para que ganara Gabica y, años más tarde, a Abraham Olano en el mismo sitio. Le he visto a Tom Simpson colgar el culote que se había lavado él mismo, por el tema de los detergentes y los forúnculos, en el balcón del Hotel Frontón, no mucho antes de que muriera en el Mont Ventoux... He vivido la Vuelta con toda la intensidad que permitían las radios de por entonces...
Hablando de radio. Mi primer contacto con el Tour fue acompañando a mi padre a oír por onda corta las emisoras francesas. No me explico cómo lo hacía porque no sabía hablar francés pero escuchar se conoce que sí. Porque iba apuntando en las clasificaciones de EL CORREO las novedades de cada etapa. Los que habían llegado primeros, con sus tiempos, las variaciones en la general. Luego íbamos al 'Baden', se las decía y ellos las pintaban en el espejo.
Compraba L'Équipe y, lo mismo, se las apañaba para traducir y comentarme lo que ponía. Nuestro ídolo era Anquetil. Los suyos, Bartali, Coppi, Poblet, Louison Bobet, Geminiani... Un año, igual me lo he inventado, con el periódico dieron un desplegable con todas las etapas y unas líneas para poner la clasificación. Anquetil se puso de maillot amarillo la primera jornada. Todos los demás días tuvimos que repetir su nombre como el primero de la general.
Ya por libre seguí el Tour de todas las formas posibles. Leyendo los periódicos en los bares, oyendo la radio en directo o escuchando hasta las tantas el programa de 'Butanito'. Recuerdo muy bien la noche en la que le echaron del Tour a Perico Delgado para luego reengancharle, Puig mediante. Me alegré de que siguiera pero me dolió para siempre lo de que una droga fuera o no droga de un día para otro. Me hice un poco 'escamao'. No al punto de alejarme de mi pasión por el ciclismo pero sí al de relativizar todo lo que ocurría dentro de él. Con razón, después de conocer lo de Armtrong, Riss y otros/as..
Cuando llegó el Tour a Vitoria en 1977 me fui a verlo a San Román de San Millán para matar otro pájaro del mismo tiro, el de reconocer el yacimiento romano que justifica la presencia en el lugar de 'Alba', de la ciudad de nuestros viejos Várdulos. Vi pasar destacado a Nazábal, del KAS, mi equipo, que acabó ganando la etapa.
Luego no volvieron ni la Vuelta a España ni el Tour. Las amenazas de sufrir atentados por parte de ETA, o alrededores, se materializaron, que recuerde a sopetón, cubriendo la carretera de clavos bien preparados para hacer daño, una aviso de bomba en la llegada a Miranda... A nivel local fue aún más terrible cuando ETA ametralló a unos guardias civiles que cubrían una carrera local en Salvatierra. Por cierto con ayuda de gente significada del lugar.
Como mi memoria anda últimamente con tendencia a escabullirse de la realidad presente y viajar por libre hacia el pasado, en cuanto se ha enterado de la vuelta del Tour a Vitoria, primero se ha alegrado muchísimo, segundo ha vuelto a los largos tiempos en que el Tour ni soñaba con poder entrar en España, por el País Vasco al menos. Porque, aunque parezca mentira, tratándose de la mejor afición al ciclismo del mundo, con eso nos halagan, mis recuerdos no pueden olvidar que, esa afición, no hizo nada para que ni la Vuelta ni el Tour pudieran venir al País Vasco, a Vitoria, durante años.
Y, todavía, no sé. Espero que Otegi lo tenga todo bien atado y que los 'pastores de los Vascos' hagan su labor y nos cuiden, dejando para más adelante sus reivindicaciones que estoy seguro están bien soportadas. De momento, todo preparado, aunque con algún recelo. Porque ya he visto en las paredes el NO AL TOUR que no podía faltar, lo que supone siempre la posibilidad de que algún descerebrado, de los nuevos o de los añorantes, que los hay en abundancia, quiera aguarnos la fiesta a todos y me fastidie mi Vuelta del Tour.
Por cierto, un detalle muy bonito para los franceses el encajarles una txapela a todos los corredores en la presentación en Bilbao. Un reconocimiento al hecho, bien sabido, de que una 'txapela' no es sino un 'petit chapeau'.
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