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En los tiempos de la ignomia procurábamos divertirnos como podíamos, dentro de lo que se podía. Cuando estábamos tomando un pote, una broma en mi ... grupo de amigos era ponernos muy serios, levantar el puño y empezar a cantar: 'Arriba parias de la Tierra, arriba...' pero cambiábamos rápidamente para seguir con: 'Arriba Rojo ese balón, -qué lastima lo de Chechu-, que Amorrortu lo prepara, que a Amorrortu, lo prepara chuta Arieta y mete gol...'
Me ha venido la anécdota a la cabeza al ver a los de un partido de los de 'puño en pecho', hablando de lo que fuera con un cartel detrás en el que aparecía la palabra 'gente', el 'Gobierno de la gente', se leía. Ha sido ver el cartel e imaginármelos levantando el puño, empezando a cantar la Internacional, pero siguiendo después en plan guasa como nosotros. Lo demás, no me lo explico porqué la Internacional habla de los pobres de la Tierra, habla del proletariado, del 'pueblo unido jamás será vencido...' pero de la gente...
En principio, la palabra gente la inventaron los romanos, como casi todo. Y estaba relacionada con el origen familiar de la persona. Era una palabra que significaba prestigio, pues solo pertenecía a las 'gens', los descendientes de las familias fundadoras de Roma, las que formaban parte de las tribus iniciales. Era muy importante pertenecer a una 'gens' antigua y linajuda. Lo que ocurre es que con el paso del tiempo el sistema prefirió valorar a los ciudadanos por lo que tenían más que por de dónde venían. Así surgió la distribución por clases; es decir, colocar a cada familia en una de ellas según el dinero que tuviera. De 'gens' se podía ser o no. Bueno, siempre cabía la posibilidad de pagar a alguien para que te justificara que eras de una buena 'gens' aunque no lo fueras, pero de 'clase' se podía cambiar. Hacia arriba o hacia abajo. Había un encargado de medir las fortunas, el 'censor', y éste te podía poner en una o en otra según lo que declarabas que tenías. Lo que facilitaba mucho el cobro de impuestos, por cierto. Las familias se pegaban por demostrar que tenían mucho porque les importaba más estar en una 'clase' alta que pagar mayores impuestos.
Es curioso lo que ocurre con el valor semántico de las palabras. Lo que querían decir en un momento determinado y lo que significan más tarde. Un ejemplo muy claro es el de estas dos que estoy manejando. Ni una ni otra significan hoy lo que significaron en origen.
Me interesa seguirle la pista a la primera, gente. Lo de las clases me supera, la verdad. Ya he dicho cuál es su origen pero, ahora mismo, ¿qué significado tiene? Yo diría que dos. Uno va en plan numérico. Había mucha, poca gente. El otro equivaldría a personas. Algo neutro. 'La gente piensa que...' que significa 'hay personas que piensan...' Es un topo, algo muy socorrido, recurrir a la 'gente' cuando no se quiere matizar. O sí se quiere, cuando se emplea la palabra 'gentuza' para referirse a determinada gente.
Me he detenido en estos tropiezos inútiles porque no sé cómo manejar el dato de que el partido del que hablo haya decidido olvidarse del pueblo y sustituirlo por la gente. Me cuesta creer que los cientos de asesores que tienen no hayan sido capaces de darse cuenta de en qué chirgo se estaban metiendo y, lo que es mucho peor, aunque lógico, que las personas que intentan representar el papel de miembros dirigentes de ese partido hayan caído en la trampa. O les haya parecido bien, a elegir. ¡Somos el partido de la gente! Que es como decir, somos los que vamos a sacar partido de la gente. Porque lo que intentamos es hacer ver como que lo del pueblo se ha quedado antiguo y rural y ahora lo que queremos que mola de verdad es ser gente.
'¡Viva la gente! La hay donde quiera que vas. ¡Viva la gente! que es lo que nos gusta más. Con más gente a favor de gente....'. Cómo gustó 'Viva la gente'. Aquellos jóvenes, ellos y ellas, tan guapos, tan normales, tan como tú y como yo, tan de la CIA... Quién de los años sesenta setenta no cantó y bailó con aquel grupo multirracial y multitodo. Supongo que entre esa nube de asesores de los que he hablado los habrá que siguen enganchados a '...Esta mañana de paseo con la gente me encontré...' y ha sido como un flash para ellos, ¡qué pueblo ni cuernos! ¡Viva... la gente!.
Lo que no sé es si me parece un acierto de esa gente el sacar a la colación lo de la gente. Porque el problema va a ser el identificar a qué tipo de gente se refieren. Si a la numérica, porque somos mucha gente, a la gentilicia, porque no hay mayor nobleza que la de pertenecer a la gente... O a la genérica, que viene a significar a nadie. Porque a quién le gusta que le llamen gente. No sé. Sin necesidad de llegar a la exageración, a la que mucha gente ha llegado de llamar gentuza a la gente que no es gente como ella, no es de mucho gusto que te confundan con otra gente.
Por mi parte, como gentilhombre, de buena 'gens', ya he cumplido, al explicarles gentilmente lo que me parece cambiar pueblo por gente. Un motivo para que mucha gente no sepa a qué atenerse, a la hora de votar. Porque la gente es muy suya, ya lo he dicho, y muy diversa. A lo mejor deberían volver a lo romano y nombrar una especie de censor que coloque a cada gente con su gente. No sé.
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María de Maintenant e Iñigo Fernández de Lucio
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