Una inversión de 36 millones y 156 empleos para cultivar tomates en Valdegovía
La empresa almeriense Hispalus impulsa un 'macroinvernadero' de veinte hectáreas para reducir el tiempo entre la recolección y el consumo
Tres o cuatro días antes de que el tomate alcance su punto óptimo de maduración, se arranca de la mata, se carga en un camión ... frigorífico y recorre cientos de kilómetros para llegar espléndidamente rojo a las fruterías del País Vasco y que el comprador lo elija para incluirlo en sus ensaladas. Y es que tan sólo un 5% de los tomates que se consumen en la comunidad autónoma son 'made in Euskadi'. El resto es importado de otras comunidades autónomas y de países vecinos como Portugal o Marruecos. En esa travesía, además de generar contaminación, el producto pierde propiedades y ya es demasiado habitual oír que no saben como antaño.
Consciente de esas apreciaciones, la empresa almeriense Hispalus -proveedora de supermercados como Eroski- se ha animado a impulsar una explotación en Álava para que el tomate necesite pocas horas para llegar de la mata a las cocinas vascas. Para ello, se instalarían dos 'macroinvernaderos' en una parcela de veinte hectáreas situada en Tuesta (Valdegovía) junto a la carretera A-2622, que conecta Espejo con Salinas de Añana. Se ha elegido esta localización en concreto porque cumple con las características de terreno que necesitan, está situada cerca de La Rioja y Navarra -clientes potenciales- y es una zona con un alto porcentaje de horas de sol.
El proyecto se divide en tres fases y podría suponer una inversión cercana a los 36 millones de euros hasta 2025, además de la creación de 156 puestos de trabajo. Entre la documentación que se le ha entregado a las diferentes administraciones implicadas se asegura que el nivel retributivo estará adaptado a la renta media del País Vasco. Hispalus ha presentado el proyecto a las instituciones bajo el nombre de Cultivos Araba SL, pero no se embarca solo en esta aventura empresarial y cuenta con la colaboración de productores locales como la cooperativa Barrenetxe y Garaio. Tal es el interés que ha suscitado en la cuadrilla de Añana que decenas de currículum han llegado al Ayuntamiento de Valdegovía, pese a que aún existan trámites administrativos pendientes e incertidumbre sobre cuándo podrá ponerse en marcha. La idea inicial era 2021.
Esta iniciativa también cuenta con la colaboración del instituto de investigación y desarrollo agrario Neiker Tecnalia, ya que no se limitaría a ser un invernadero sino que el método hidropónico que se pretende utilizar requiere de alta tecnología y un sistema más eficiente. De hecho, uno de los objetivos de Hispalus es colocar a Euskadi en el mapa europeo de la producción y contar los doce meses del año con tomate alavés en el mercado.
El presidente sindicato agroganadero UAGA, Javier Torre, explica que en la comarca no hay explotaciones hortícolas, «por lo que no podemos decir que nos puede incomodar» y, pese a que las haya en Bizkaia y Gipuzkoa, «algunas de esas cooperativas (como Barrenetxe) se han sumado al proyecto». «Creemos que puede haber oportunidades de comercialización de otros productos y creará empleo en la zona», añade.
Agricultura familiar
Pero la inversión no convence a todos. Kike Fernández de Pinedo, el portavoz de EH Bildu en las Juntas, destacó ayer que sindicatos de los territorios vecinos se han opuesto a la explotación de Tuesta «por ser una grave amenaza al ir en contra de la agricultura familiar». «Parece que aquí hay prisas por empezar con este proyecto como sea y que no haya forma de dar marcha atrás», lanzó el representante abertzale.
«Ni la Administración ni yo opinamos sobre los proyectos. Si un proyecto cumple con los requisitos de la norma no hay un poder discrecional para decir lo que se instala aquí y lo que no», zanjó la teniente de diputado general, Pilar García de Salazar, al explicar que esta iniciativa sigue su proceso administrativo.
Un controvertido método de cultivo a gran escala
El clima tal vez no les sonría, pero los Países Bajos se han convertido en las últimas décadas en uno de los mayores productores de tomate de Europa. Algo que, en gran medida, tiene su origen en la apuesta por la técnica hidropónica. ¿En qué consiste? Pues en que en lugar de utilizar suelo agrícola para que crezcan los tomates, estos se cultivan en agua con los elementos químicos esenciales para su correcto desarrollo. Una técnica que les ha valido para que sus explotaciones sean mucho más rentables y fértiles que algunas del 'mar de plástico' de Almería.
Este método desconocido para el público en general tiene su origen en 1627 cuando sir Francis Bacon ya hablaba del cultivo sin el uso de tierra, sólo en agua. Esta técnica se afinó poco a poco hasta que en el siglo XIX los científicos apuntaron que la tierra era sólo un depósito de nutrientes minerales, pero no esencial en sí para las plantas, que se alimentan absorbiendo el agua y los nutrientes presentes en la tierra con la temperatura adecuada y la suficiente luz. Israel se convirtió en pionero en el desarrollo tecnológico en esta materia, pese a su clima y suelos poco fértiles. En España, donde el tomate es uno de los alimentos estrella de la dieta mediterránea, hubo que esperar hasta 1957 para que se realizasen los primeros ensayos en Almería.
Precisamente, de allí procede la empresa que quiere instalar dos 'macroinvernaderos' que ocuparán 20 hectáreas en Tuesta (Valdegovía) y que han levantado las críticas de EH Bildu y las suspicacias de algunos sindicatos agrícolas de Bizkaia y Gipuzkoa que ven cómo puede estar en peligro su modelo de «agricultura familiar».
Porque la idea es que esta nueva explotación proporcione a los supermercados tomate alavés durante todo el año y no sólo en los meses de verano, como proporcionan las explotaciones de temporada. La decisión que ha empujado a estos inversores andaluces a elegir Tuesta es su cercanía a sus centros de venta en Euskadi, La Rioja y Navarra, además de ser un lugar con un alto porcentaje de horas de sol.
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