La producción del txakoli en Ayala será «buena», aunque podría retrasarse por la ola de calor
Los técnicos de la Diputación confirman que se espera una «muy considerable merma» de la vendimia en Rioja Alavesa
Los distintos informes coinciden en que la vendimia en Rioja Alavesa se verá afectada por el mildiu, el predisco y la última ola de calor. ... Hace unos días lo hizo el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Calificada (DOCa) Rioja y este jueves ha sido el Servicio de Viticultura y Enología de la Diputación de Álava. En su último análisis antes de que se empiece a arrancar la uva de las cepas, los técnicos forales coinciden en que será una campaña «rápida y con una muy considerable merma de producción».
La novedad en este caso es que también se detalla el estado de los racimos del valle de Ayala, donde se produce el Arabako Txakolina. Ahí se mantienen unas «perspectivas de producción optimistas, con el ojo en la meteorología hasta la maduración para determinar el rendimiento final, que se prevé que sea bueno». Eso sí, la maduración podría retrasarse debido al episodio de calor que ha paralizado el desarrollo, lo que se puede traducir en «mermas de producción en casos aislados» por el efecto del hongo mildiu.
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«La duración excesiva de esta ola de calor de 14 días ha sometido a los viñedos de txakoli a radiaciones solares muy superiores a las habituales y han provocado daños en los frutos especialmente en los racimos más expuestos y orientados al oeste», se lee en el documento respaldado por el Departamento de Agricultura de la Diputación.
Pero tanto en el análisis de Ayala como en el de Rioja Alavesa se habla de que los viñedos han sufrido un «estrés hídrico y térmico» -es decir, una incapacidad de cubrir lo que demanda la planta- por las altísimas temperaturas que se han registrado en la primera quincena del mes y la falta casi absoluta de precipitaciones durante ese mismo periodo.
Esto, en el caso de Rioja Alavesa, ha ayudado a que el mildiu remita en sus ataques que fueron más virulentos durante un mes de julio que se catalogó como «relativamente fresco» y «húmedo». «Este calor ha sometido a las plantas a un fuerte estrés hídrico del que están por ver las consecuencias, especialmente en viñedos que se encuentran en suelos ligeros con poco fondo y carentes de riego», apuntan los técnicos forales. «De cara a los próximos días del mes de agosto, la previsión de temperaturas más frescas y quizás alguna precipitación es positiva de cara a aliviar el estrés hídrico en las plantas y encarar una buena maduración aumentando peso y volumen del fruto», determinan.
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