«Estamos un poco constreñidos en un edificio con tantos fondos y usuarios»
Enrique Uriarte | Director de la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa ·
La veterana biblioteca de La Florida prologará el curso en septiembre con actividades en torno a la nueva edición del ciclo de Música AntiguaEnrique Uriarte Gonzalo-Bilbao (Vitoria, 1968) es bibliotecario y lector, apasionado del arte y del libro, hombre de una cultura diversa en la que el ... rock no es un elemento extraño, castellanoparlante y euskaldun de largo recorrido. Y ahora asume el proyecto de la gran biblioteca y centro cultural de la Diputación alavesa, Ignacio Aldecoa.
– ¿Cuál es el reto?
– Uno ilusionante e importante. Nada menos que tratar de hacer las cosas bien: dirigir un centro, una casa de cultura con la tradición que tiene y esa ubicación, con ese recorrido y volumen de usuarios, un nivel de actividad tan alto cada día. El reto es hacerlo bien y satisfacer a la ciudadanía.
– ¿Cuál es la apuesta?
– La apuesta es el equipo interno, las personas que trabajan allí. Sacar chispas a la gente, creo que todo el mundo puede aportar muchísimo y hay que escuchar primero al equipo de trabajo; en segundo lugar, a los usuarios y, a partir de ahí, construir. Tratar de aportar a esta ciudad y territorio una oferta cultural de altura.
– ¿Cuánta gente utiliza este equipamiento?
– Estoy recién llegado y aún no me he puesto al día en detalle, pero recuerdo que hace años eran 20.00 personas al mes. Son unos números muy elevados en comparación con otros centros.Ahora estamos a un 35% de aforo y la pandemia ha hecho que algunos usuarios se retraigan.
– La biblioteca fue en su día pionera como fonoteca o en la atención a la infancia. Ahora hay nuevas necesidades. ¿En cuáles habrá que insistir?
– En el mundo de las bibliotecas se habla, desde hace años y con bastante énfasis, de la biblioteca como lugar de encuentro, como foro, plaza pública o espacio para el diálogo. Esto hay que reforzarlo y ya estamos haciéndolo todas las bibliotecas. Pero la nuestra, por su ubicación y por el edificio tan grande y potente que tenemos, creo que es un buen lugar para provocar estos encuentros.
– ¿Cómo se articula esto?
– Olvidémonos un poco de esa biblioteca donde mandan callar y uno está recogido leyendo.Aunque ese espacio y hábitos vamos a mantenerlos, ya los servicios infantiles tenían su nivel de ruido y los ciudadanos nos comunicamos. Espacios como una sala de exposiciones o el salón de actos y sus actividades deben convivir con el área de lectura.
– Desde su óptica actual, ¿hacia dónde le gustaría llevar las actividades y con qué disciplinas?
– La Casa de Cultura es un espacio con ciertas limitaciones. En el salón de actos se ha proyectado cine, pero no es una sala con el suelo inclinado. ni es un escenario suficientemente equipado ni amplio para una representación teatral o un concierto musical. Pero se han venido haciendo actuaciones de todo tipo en pequeño formato, que seguiremos haciendo. La sala de exposiciones desapareció, por necesidades de espacio. Hoy exponemos en unos pasillos y veremos cómo recuperar un lugar para las artes plásticas, un aspecto en el que ha habido una tradición muy interesante.
– ¿Y qué posibilidades hay ahora mismo?
– Estamos muy condicionados por el edificio, porque hay un volumen muy importante de libros, discos, películas y muchos usuarios.Estamos un poco constreñidos. Habrá que pensar en reordenar el espacio poco a poco. Que nadie espere grandes reformas. Soy partidario de adaptarnos a esos formatos pequeños o medianos.
– Tras cuatro décadas largas, me imagino que es necesaria alguna que otra adaptación.
– Sí. Efectivamente, necesita mejoras a nivel de eficiencia energética, así como remodelar o readaptar ciertos espacio. Los servicios de Cultura y Arquitectura de la Diputación estamos en ello, pero son inversiones potentes y, si llega ayuda externa, tal vez podamos acometer lo que necesita esta biblioteca de 45 años. Hay que reformarla, pero yo no quiero echar las campanas al vuelo. Habrá que trabajar discretamente y buscar alianzas.
Contra el covid persistente
– En este sentido, será importante que la programación vaya cogiendo músculo. ¿Con qué novedades arranca el curso?
– La Semana de Música Antigua que dirige, tras ganar el concurso, Daniel Broncano, ha planteado una serie de actividades paralelas, como ya hizo Carmen Martínez Guerra el Año pasado. Pero este año se traspasan los muros de la catedral y de San Pedro, llega a otros especios. Desde el 31 de agosto, haremos un ciclo de cine, habrá un centro de interés y discos, libros y revistas sobre la música anterior a 1750 a disposición de la gente. También, varios talleres, uno de los cuales será de respiración y canto para pacientes de covid persistente. A partir de octubre, estaremos a tope con la programación clásica de la Casa de Cultura.
– Por cierto, ¿es usted más lector de papel o de formatos electrónicos?
– Leo mucho libro en papel, pero ahora todos usamos mucho las pantallas. Estoy suscrito a varios periódicos que leo en el móvil, pero aunque tengo libro electrónico no ha llegado a engancharme. Soy un poco fetichista, como todos los amantes del libro, y los colecciono como objetos.
– A través de internet, hay acceso a casi todo. ¿Cómo afecta esto al papel de la biblioteca?
– Bueno, la biblioteca es prescriptora. Ayuda al lector a navegar en este maremágnum y a elegir. En el Estado español se publican 50.000 libros al año y un lector avezado leerá entre 3.000 y 5.000 en su vida. Le auguro un futuro poderoso y largo.
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