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Koldo López de Goikoetxea y Rufino Bastida, cocineros con solera de décadas en El Portalón. el correo

Pinttu pone sobre la mesa a los cocineros

El músico alavés Jesús Mari Alegría publica un libro en torno a una docena de reconocidos profesionales de los fogones, oriundos de Ziordia, en Navarra

Sábado, 9 de enero 2021, 03:13

«Cuando yo les hablaba en Vitoria de lo buenos que eran los cocineros de Ziordia, la gente me miraba como a un bicho raro. Me pasó algo parecido cuando estudiaba en Madrid y conocí la pintura de Marcote: decía que era el mejor pintor alavés, pero aquí no sabían quién era», recuerda Jesús Mari Alegría Urtiaga, Pinttu. Y entonces agrega que «me enteré de que los dos cocineros de El Portalón eran de Ziordia», en referencia a Koldo López de Goikoetxea y Rufino Bastida.

Pese a que, al igual que otros profesionales oriundos de la localidad navarra, cuentan con una amplísima trayectoria, no son tan conocidos y mediáticos como otros personajes. Por eso, aún consciente de que «la humildad es el camino de la sabiduría», el músico alavés ha desarrollado un proyecto en forma de libro y con el título 'Navarra, hasta la cocina. Historias de los grandes cocineros de Ziordia', para poner sobre la mesa a una docena de chefs con verdadero rango de maestría. «Se han dedicado a hacer cocina, son alquimistas de los fogones», resume el autor y agrega que «además conocer la cocina francesa, han respetado mucho lo tradicional y han alardeado de la txistorra, la alcachofa, los pimientos de Lodosa y todos esos productos que formaban parte de lo que podríamos llamar su genética culinaria navarra».

Sobre todo, cuando el epicentro de este tsunami de ollas es una pequeña localidad. «Ziordia es mi segundo pueblo pues allí he pasado gozosos momentos desde mi infancia», subraya Pinntu. El artista de Araia precisa que esos recuerdos incluyen las aventuras festiva sde juventud, cuando tocaba el txistu con su primo Jon o con su tío Gabriel Urtiaga, casado con Asunción Pozueta, hija de Valentín.

Y por esta vía, donde la familia y la historia desembocan en el pionero Valentín Pozueta, es por donde arranca todo. Pero además del chef en Estados Unidos están Benjamín y José Ignacio Urdiain, Javier Arbizu, Antonio Iglesias,Valentín Aguirre, Cándido, Gerardo y Casimiro Mendia, Juan Manuel Mendibe, Koldo López de Goikoetxea y Rufino Bastida.

Jesús Mari Alegría Urtiaga, Pinttu, con su libro. el correo

Jesús Mari Alegría indica que, en lo físico, ha optado por una edición en rústica, ilustrada con fotografías y con un formato manejable «que se puede leer con comodidad en la cama». Y en los contenidos ha elegido un menú en el que se combinan perfiles biográficos o listados de platos anotados a mano por Cándido Mendia –cocinó para Alfonso XIII o los March o en hoteles como el María Cristina o el Ritz–, junto a anécdotas y entrevistas con cocineros. Y, por supuesto, unas cuantas recetas.

La publicación, que ha contado con el apoyo del ayuntamiento navarro, ha llegado con cuentagotas a la capital alavesa, a las librerías Mayner y Ayala y al restaurante Dolomiti, según precisa Pinttu. También matiza que «no es un libro de recetas. La receta es el testimonio humano de una gente de un pueblico que de repente da de comer a todo lo más granado del mundo: artistas, políticos, reyes, actores, músicos... y han sido admirados por ellos. Pero muchos en el pueblo no conocían los detalles».

Tal vez por esto el autor –que añade un glosario local y algunas partituras relacionadas con Ziordia– apunta en verso al final del libro que «no vayamos de eruditos ni alardeemos al catar, si no hemos conocido a estos reyes del yantar». Ahora ya está todo en negro sobre blanco –como tinta marina en porcelana– y no tienen excusa ni 'foodies', ni gourmets, ni... Y Pinttu ya prepara una presentación en Madrid con Navarra Cultura e Inmaculada Alegría, «que no es pariente», matiza.

Una nueva película, una escuela en Vitoria y una segunda tonelada de instrumentos solidarios

Tan incansable como su animado e incesante repertorio de una canción diaria durante el confinamiento, Jesús Mari Alegría no deja de pensar cómo ayudar a quienes lo necesitan. Y junto a sus colaboradores en la ONG Músicos Sin Fronteras desarrolla constantes y continuas acciones para apoyar con solidaridad y cultura. «Queremos inocular el 'veneno' de la armonía y la convivencia», explica Pinttu y agrega que «estamos haciendo de Vitoria una ciudad de alto voltaje solidario internacionalmente».

Y es que los proyectos solidarios han llevado el nombre de la capital alavesa a Guatemala, República Dominicana, Venezuela, Cuba, Siria o Irak. En este último lugar, con el músico Gani Mirzo como coordinador, han llevado una tonelada de instrumentos musicales y forman en un cenytro especial a mujeres que han sido víctima de abusos y violencia sexual por parte del Daesh. Pinttu avanza que ya está en marcha la segunda tonelada –pueden hacerse donaciones a través de la escuela municipal Luis Aramburu– y un nuevo filme sobre este proyecto. «Si con la primera película nos dieron 32 premios, ahora vamos a por todos», anuncia Alegría como si fuera del mismo Bilbao, aunque su intención es que la cinta también refleje a Vitoria.

De momento, en la capital alavesa «el Ayuntamiento nos ha dejado una lonja para adcuar y reparar los instrumentos», a la vez que una mujer solidaria ha cedido a Músicos Sin Fronteras durante cinco años un local para poder almacenar materiales.

«Queremos hacer mucho, pero la grandes cosas empiezan por lo pequeño», señala Pinttu y subraya que «es importante salvar a un niño de un barrio». Por este motivo el músico y sus colaboradores ultiman para Vitoria el proyecto Atximurka, una escuela de música para niños sin recursos, Y hay proyectos de discos solidarios de jazz o con Salvador Sobral. Que no pare la música.

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