Acoso laboral
Piden 50.000 euros a una directiva de Vitoria por acosar a una empleada y prohibir a la plantilla hablarleLa Fiscalía de Álava le solicita un año y medio de cárcel. La denunciante sufrió una «depresión» y enlazó bajas por la «acción humilladora» de su jefa hasta dejar el empleo
El Juzgado de lo Penal número 2 de Vitoria revisará en unos días el caso de una mujer empleada durante doce años en una ... oficina ubicada en la capital alavesa. Dejó su puesto de trabajo en la primavera de 2021, después de enlazar bajas médicas de diversa consideración y serle diagnosticado «un trastorno de ansiedad y depresión».
Según los escritos de la Fiscalía de Álava y de la acusación particular a los que ha tenido acceso este periódico, su mal nada tuvo que ver con su carga de trabajo o con la dificultad de su cometido. Apuntan a su directora.
Está investigada por dirigirse a su subordinada «desde el inicio de la relación laboral» con frases como «eres una inútil, no vales para nada». También por sus «continuas referencias a su forma de vestir y aspecto físico y descalificaciones hacia el trabajo que hacía (la denunciante) y a su capacidad para llevarlo a cabo».
Apreció indicios de «acoso laboral» e «intimidación encubierta»
Esa táctica melló con rapidez la autoestima de su subalterna. Hasta el grado de que le diagnosticaron «un trastorno de ansiedad y depresión» al año de contrato. Empezó a acumular bajas médicas. Primero cortas, de apenas un mes.
Pero al octavo año de contrato, la ahora investigada le acusó de «desidia», de dejar los expedientes «desordenadamente expuestos» o de «modificarlos en alguna ocasión sin el conocimiento de la empresa». En la jurisdicción social –que se limita exclusivamente a cuestiones monetarias–, esta directiva «tuvo que reconocer que la amonestación era improcedente».
A raíz de aquellas acusaciones, la empleada pasó un curso entero en blanco por prescripción médica. A la vuelta, su jefa «la confinó en un cuarto» y rebajó sus atribuciones a almacenar y destruir documentación durante un mes. A continuación, ordenó al resto de la plantilla que «ignoraran» a la denunciante. «Les prohibió dirigirse a ella y tener cualquier tipo de contacto en el centro de trabajo». Tampoco pudo atender a la clientela.
Hasta 3 años
Osakidetza ya apreció indicios de «acoso laboral» y de «intimidación encubierta» en una evaluación que realizó a esta subordinada. Ésta abandonó su puesto a mediados de 2021.
En este contexto, la Fiscalía solicita para su exjefa año y medio de prisión y 19.000 euros de indemnización por «acoso en el ámbito de una relación laboral». La acusación particular lo eleva a 3 años de cárcel y 50.000 euros por la circunstancia agravante de «abuso de superioridad».
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