Juan Carlos Antolín | Presidente de SEA Hostelería

«Las perspectivas para fiestas de Vitoria son buenas, pero la falta de mano de obra es un problema grave»

- ¿Cómo llega el sector a la cita con Celedón?

- Las perspectivas son buenas. La previa de las fiestas para nosotros siempre es un esfuerzo por organizar horarios, pedidos, proveedores, instalaciones, permisos del Ayuntamiento... Es un trabajo previo que no se ve, pero que se traduce en que podamos trabajar bien durante estos días.

- Las prefiestas han funcionado muy bien en los últimos años.

- Siempre decimos que Santiago (el Día del Blusa y la Neska) puede ser el termómetro festivo. Y la verdad es que Santiago fue muy bueno en la noche de la víspera y el mismo día, pero el domingo fue demoledor. No hubo nada, todo el mundo desapareció y la ciudad se quedó vacía. Ahora habrá que ver qué pasa. En esta ciudad influye mucho el tiempo. Si no hace muy bueno pero lo suficiente como para que la gente salga, bien. Pero si hace demasiado bueno, la gente va a la playa.

- La hostelería lleva un tiempo necesitada de mano de obra. ¿Cómo va a hacer frente al tirón de La Blanca?

- Es un tema bastante complicado. Históricamente hemos tenido problemas en verano y en Navidades, ahí cojeamos. En mi caso concreto, este año me está pasando con bastante gente y te descalabra un poco el calendario, las vacaciones de los compañeros y cómo abordar estos días de exceso de trabajo. ¿Cómo lo vamos a sacar? Como se pueda, sin quemar mucho, en la medida de lo posible, al personal. Pero estas fiestas son para progresar y facturar. El esfuerzo del personal a veces es un poco por de más. Es que este año desde febrero ya notabas que falta personal. Es un problema grave.

- Este año, las txosnas sí usarán TicketBai como los bares y los restaurantes.

- Es que creo que lo justo es lo justo. Si jugamos todos a lo mismo, tenemos que jugar con las mismas reglas. Entiendo que para las txosnas es un momento de trabajar y facturar para sus intereses, pero tenemos que jugar todos con las mismas reglas.

- ¿Qué cambiaría de las fiestas para que fuesen mejores?

- A mí me gustan mucho las fiestas porque son muy participativas. La gente de fuera se integra igual que la de aquí. Es una fiesta de calle, muy de ciudad y con mucha animación. ¿Peros? Por un lado, la limpieza. Después de los paseíllos se pone todo muy sucio. Por otro, está la falta de sitios para que la gente vaya a los baños. Se ponen pocas instalaciones y, en algunos momentos, mal ubicadas. Y luego creo que la hostelería, siendo el motor que mueve la fiesta, debería ser tenida en cuenta por el Ayuntamiento. Organizan conciertos y actuaciones, pero no cuentan con el sector para nada.

- O sea, que le gustaría que les consultasen de cara a las fiestas, que ustedes pudiesen participar de la planificación.

- Exactamente.

- El absentismo es la primera preocupación de los empresarios alaveses. ¿Cómo les está afectando en la hostelería?

- Creo que como a todas las empresas. Lo que pasa es que nosotros somos transparentes: todo el mundo va a los bares y ve quién está y quién no. La gente ve si se atiende bien o mal, ve que falta un profesional... Nadie va al taller y ve que falta Fulanito. Como somos tan transparentes, la gente lo acusa más y parece que el problema del absentismo se da sólo en la hostelería, pero pasa en muchos sectores y es un problema gravísimo. Por nuestra parte, lo intentamos cubrir lo mejor que podemos, pero el problema existe.

- El convenio del sector es una de las negociaciones laborales que están más atascadas en Álava. ¿Por qué?

- Porque todos tenemos líneas rojas. Las hay que los sindicatos no quieren pasar y otras que nosotros no queremos pasar.

- Hay puntos de vista distintos entre los sindicatos, pero también hubo un grupo de hosteleros que llegó a decir que iban a acabar «ahogados» si se firmaba el convenio.

- Esto ocurre porque hay mucha desinformación. Ese grupo se forma a partir de la pandemia y en él la gente expone sus problemas. Lo que le pasa a esa gente nos pasa a todos. Pero como no hay un asociacionismo integral, pues cada uno habla y se hizo un comunicado quejándose. La gente de nuestro sector tiene que cobrar más, tiene que tener mejor calidad de vida y tiene que conciliar. Eso es fundamental. ¿Pero dónde va a repercutir eso?

- ¿En sus márgenes de negocio?

- En los precios. Tenemos que repercutir eso al cliente final porque nos están subiendo los costes. ¿Qué pasa? Que nos da miedo subir los precios.

- Explíquese.

- No podemos decir «es que nos van a ahogar con la subida del convenio». Igual no sólo tenemos que tocar el dinero. Que está bien que la gente cobre más. Cada uno luego puede actualizar o incluso hacer un pago a cuenta de convenio. Con la desinformación lo que pasa es que la gente está confundida. Después de ese comunicado convocamos una reunión en SEA para informar a todos los hosteleros. Vinieron cuatro. A todos nos cuesta salir del bar, pero es muy fácil escribir por WhatsApp. Eso es lo que pasa. Hay que estar aquí, y hablar con los sindicatos, con el abogado... Yo también tengo los problemas que tienen los demás. soy un hostelero como ellos. Los que estamos en SEA Hostelería trabajamos como los demás y estamos trabajando más por el sector.

- ¿Van a mover ficha para desbloquear la situación?

- Ya lo hemos hecho. Estamos cediendo, haciendo mucho y se están acercando posturas. Pero, como te he dicho antes, hay líneas rojas.

- ¿Pero han mantenido reuniones con los sindicatos?

- Sí.

- ¿Cuándo ha sido la última?

- En junio.

- Se habla mucho de la vivienda, pero Vitoria también tiene fama de cobrar caro los alquileres de locales en el centro. ¿Realmente sucede esto?

- Hay muchas casuísticas. ¿Quieres abrir un negocio? ¿Cómo lo quieres abrir: tú, con tu pareja, con una plantilla? ¿Con qué concepto? ¿Dónde estás mejor, en el centro o en las afueras? Depende del negocio. ¿Los alquileres? Lógicamente, cada propietario fija un precio de acuerdo a la ley de la oferta y la demanda. Siempre hay un poco de especulación. Si el de al lado cobra algo, yo voy a cobrar esto otro porque mi local es mejor.

- Pero eso hace que haya calles del centro con decenas de lonjas vacías.

- Eso es lo que pasa, que el centro de la ciudad se está quedando sin vida. ¿Qué esta subsistiendo? La hostelería. Cuando abrimos un bar en el centro, se nota que viene un poco de comercio. Luego hay que poder subsistir y que la gente te compre lo que vendes. Pero eso lo hemos dicho muchas veces: al ciudadano de Vitoria no le gusta gastar en Vitoria, le gusta gastar fuera. ¿Pagas más por estar en el centro? Bueno, se supone que la repercusión económica va a ser mejor. En fechas como las que viene ahora, todo está en el centro. Llevar una comparsa a Salburua no tiene mucho sentido.