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Diez sacerdotes celebran sus 50 años al servicio de la Iglesia
Cerca de 100 de los 200 curas que ejercen en la Diócesis se han dado cita en el Seminario para celebrar la fiesta de Jesucristo Sumo Sacerdote
Antes de salir de la sacristía ya había mucho murmullo. Y no era para menos. Este jueves, día de Jesucristo Sumo Sacerdote, en los pasillos ... del claustro del Seminario había mucha expectación por ver salir a 8 de los 10 sacerdotes que iban a ser homenajeados. Una vez puestas las casullas, la foto fue muy parecida a la de hace 50 años. El único que cambiaba era el obispo. Por lo demás todos estaban tan alegres y listos para celebrar su medio siglo de servicio a la Iglesia con la misma ilusión que el día de su ordenación.
Dadas las últimas instrucciones por el responsable de la Facultad de Teología, Manuel Gómez-Tavira, una cruz procesional y un incensario abrieron paso al cortejo hasta el altar de Capilla pública. Entre los bancos les esperaban cerca de la mitad de los 211 sacerdotes de la Diócesis y otros tantos amigos y familiares. Pablo Corres, Jesús Díez-Caballero, Francisco Fuentes, Jesús María García, Luis María Goicoechea, José Francisco Lag, José Martínez, Juan Carlos Pinedo, Benjamín Respaldiza y Benedicto Sáez y el diácono Manuel Arozamena –que en su caso celebraba sus 25 años– se sentían en casa. No en vano fue el sitio en el que alimentaron su fe y germinó su vocación sacerdotal.
Así se lo hizo saber el obispo, Juan Carlos Elizalde, que les ha agradecido su servicio y fidelidad. «Sois herencia del Concilio Vaticano II y vuestra tarea es seguir trabajando por la unión de todas las sensibilidades. Debemos esforzarnos por imitar a Cristo y reforzar esa identidad de Buen Pastor», lo que a su juicio «nos llevará a ser una Iglesia fecunda en un mundo de ingratitud, de indiferencia e incluso de hostilidad manifiesta hacia Dios». Tras las ofrendas y peticiones, el prelado les ha hecho obsequio de una estatuilla del beato Pedro de Asúa.
Unas palabras que sin duda han llegado a esta promoción de 15 curas. Tres abandonaron el sacerdocio y los otros dos restantes fallecieron. La celebración ha servido de este modo también para brindar una oración por las almas de estos dos últimos compañeros: Iñaki Cámara y Jose Luis Querejazu, párroco de San Pedro que les dejó hace apenas un año. Pérdidas que se suman a un clero cuya edad media supera los 70 años. Hoy el Seminario, reabierto en 2017, acoge a 20 estudiantes que, muchos años después, también pudieron cumplir con la tradición de servir de camareros a todos los convidados a la comida que se ha ofrecido después de la misa en honor a los homenajeados.
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