«Nunca habíamos visto algo así»
Los servicios de emergencias llegados desde Euskadi ayudaron a evitar que las llamas alcanzasen una pequeña aldea de León
Casasuertes fue evacuado el 16 de agosto. En invierno ya no vive nadie en esta pequeña y preciosa aldea de la montaña de León, no ... hay cobertura y la nieve puede llegar hasta las ventanas. Pero ese día había 150 personas en las fiestas patronales. Todos ellos tuvieron que ser desalojados de sus casas por el avance de uno de los muchos incendios que están devorando esta zona de la comunidad de Castilla y León, considerada de especial interés natural. «Jamás habíamos visto nada parecido», confiesa Pedro Luis Álvarez, alcalde de Barón, el municipio del que forma parte este núcleo rural.
Noticia relacionada
Los grandes fuegos se niegan a dar tregua pese a remitir la ola de calor
Ayer a la tarde uno de los focos que parecía extinguido en Casasuertes se reactivó y las llamas se colocaron a apenas unos 150 metros de distancia de las primeras casas. Fue entonces cuando se requirió la ayuda de varias decenas de bomberos llegados desde Euskadi. EL CORREO acompañó a los servicios de emergencias durante este operativo. En este grupo en concreto había bomberos y trabajadores del servicio de Montes de la Diputación vizcaína que se desplegaron en las zonas en las que no llegan los camiones. Muchos de ellos trabajaron en la zona de Boca de Huérgano, pero también por Astorga. Los efectivos ayudan en las tareas que les encomiendan los responsables del dispositivo.
Ver 7 fotos
Hay un dato que ayuda a comprender mejor la magnitud del desastre: en Álava hay unas 287.000 hectáreas entre suelo forestal y agrícola. Se calcula que la superficie quemada en esta zona de León supera ya las 50.000 hectáreas. Otro dato, el incendio de Zambrana de 2022, uno de los más graves en el territorio en los últimos tiempos, se quemaron 190 hectáreas.
«Actuar rápido»
Desde primera hora de la mañana los efectivos llegados desde Euskadi habían estado trabajando cerca de la localidad de Vegacerneja para abrir una vía de escape. El problema fue que las condiciones empezaron a empeorar en torno a las tres de la tarde: la temperatura subió, la humedad bajó en picado y empezaron a percibirse rachas de viento de unos 40 kilómetros por hora. El resultado fue que las llamas volvieron a acechar la aldea de Casasuertes y había que actuar rápido.
Los miembros de la Unidad de Militar de Emergencias (UME) llevaban varios días trabajando en esa zona. Habían conseguido abrir un pequeño cortafuegos en la parte superior del pueblo y se marcharon cuando el fuego parecía extinguido. Pero las llamas se reactivaron muy cerca de ese punto, ya no había profesionales allí y existía el riesgo de que el fuego superase esta barrera y afectase a las viviendas.
En un lugar en el que resulta tan complicado introducir mangueras y autobombas, con tantos frentes abiertos, lo más práctico era recurrir a lo que se denomina como «fuego técnico». Es decir, «combatir el fuego con fuego», evitando que las llamas superasen el cortafuegos que se había abierto los días anteriores. El trabajo de este grupo fue un «éxito» y consiguieron detener las llamas antes de que llegasen al pueblo, según explicaban los responsables del equipo.
Entre Álava, Bizkaia y Gipuzkoa se han movilizado a 71 bomberos, muchos de los cuales se encontraban librando.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión