«Es necesario un debate sobre los murales»
- ¿Cómo ha impactado la pandemia en la próxima programación de Artium?
- No hemos cancelado absolutamente nada, pero, claro, tuvimos que posponer y reprogramar ... todas las exposiciones, actividades y programas que estaban en marcha. El caso más evidente fue el de Moyra Davey, que estaba planeada para mayo. Me parecía importante que el museo no parase para que no afectase a toda esa gente que está al final de la cadena, los productores culturales, artistas, diseñadores, escritores, todo ese tejido que da sentido a un museo de arte contemporáneo.
- ¿Cómo puede condicionar esta situación a la producción artística?
- Hay cosas que ya se han resignificado. Surgen nuevas lecturas de piezas que ya existen. Es el caso de la obra de Ricardo Iriarte, que documentó la acción que Pepe Espaliú realizó en San Sebastián para hablar del sida en un momento en que era un tabú. Esa pieza se contaba de una manera, que ahora ha cambiado y muestra cómo el arte puede generar espacios colectivos que visibilizan el rechazo de la enfermedad, el contagio, al cuerpo enfermo...
- En otro orden de asuntos, ¿por qué cree que los murales gustan tanto en Vitoria?
- El arte figurativo es más fácilmente comprendido y validado por la población. Y creo que es importante escuchar a la gente. Muchas veces desde el arte contemporáneo se ha practicado una disgregación entre alta y baja cultura que no debería ser así.
-¿ Comprende que el mero hecho de plantear un debate sobre el modelo de muralismo genere tanto rechazo?
- Generar un debate es necesario, esa idea de plantear el espacio público y cómo puede ser intervenido. Ahora bien, siempre hay que tener en cuenta algo fundamental: hay que respetar el patrimonio.
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