De Miguel ya sale a diario de prisión tras cumplir 393 días de sus 9 años de condena
El líder de la mayor trama corrupta destapada en Euskadi fue trasladado ayer a Basauri. Cada mañana se desplazará a una consultora vizcaína y regresará para dormir
Alfredo De Miguel, cabecilla de la mayor trama corrupta destapada en Euskadi, ya tiene el plácet judicial para hacer vida en semilibertad. Un furgón policial ... le trasladó ayer desde la prisión alavesa de Zaballa, donde permanecía desde julio del año pasado, a la de Basauri. Con este cambio de centro variará su régimen penitenciario. Desde el lunes, según ha sabido este periódico, abandonará cada mañana la cárcel con dirección a una consultora vizcaína ubicada a unos 18 kilómetros. Tendrá que retornar a su celda al anochecer.
De esta manera, este condenado a una pena efectiva de nueve años por delitos como asociación ilícita, tráfico de influencias o malversación de fondos públicos sólo habrá pasado 393 días entre rejas en un régimen cerrado. Ingresó el 6 de julio del año pasado tras agotar todas las vías legales para su internamiento. Dicho de otro modo, transcurrieron casi catorce años desde que agentes de la Ertzaintza irrumpieron en su domicilio, en Vitoria, por mandato del Juzgado de Instrucción número 4 de Vitoria. En aquella época ejercía de número 2 del PNV alavés y también era el diputado foral de Administración Local de la Diputación de Álava. Junto a él fueron juzgados una veintena de implicados, la mayoría con fuertes lazos con el partido jeltzale.
Ingresó en Zaballa el 6 de julio del año pasado tras agotar todas las vías legales disponibles
¿Cómo ha logrado De Miguel obtener esta medida de gracia tan rápido? Al poco de instalarse en Zaballa abonó los 186.500 euros a los que se le condenó por el cobro de comisiones ilegales, entre otros ilícitos. Entre el 10 de octubre y el 19 de marzo, De Miguel –junto con otros siete presos– completó el programa PIDECO, el curso específico para delincuentes económicos. Es el mismo programa realizado un par de años atrás por Iñaki Urdangarin. Aparte de para concienciar, ayuda a acelerar el acceso a beneficios penitenciarios. También trabajaba en la biblioteca de la cárcel y coordinaba el voto por correo de los reclusos.
En base a estos avances, hace unas semanas, su abogada solicitó al Juzgado de Vigilancia Penitenciaria que su cliente pudiera beneficiarse del artículo 100.2 del reglamento penitenciario. Básicamente, esta medida permite flexibilizar la clasificación penitenciaria de los internos hasta el punto de poder salir fuera del centro a trabajar sin estar todavía en régimen abierto. Como ha sucedido ahora con De Miguel y como ya ocurrió a finales del mes pasado con dos de sus cómplices. El excontable del parque tecnológico de Miñano, Koldo Ochandiano, y el exdirector de Deportes del Gobierno vasco, Xabier Sánchez Robles.
Celda de 13 metros
Cabe recordar que una quincena de implicados fueron condenados por su implicación en esta red corrupta (exigían mordidas, se llevaban contratos públicos de forma irregular y planeaban un pelotazo urbanístico en la localidad alavesa de Zambrana). Sólo cuatro acabaron en prisión. Ahora, con esta semilibertad para De Miguel, únicamente queda en Zaballa el que fuera concejal jeltzale Aitor Tellería, el último en pisar una celda. Lo hizo en noviembre del año pasado.
Su abogada pidió al juez que se le aplicase el artículo 100.2 del reglamento penitenciario
De los 393 días penados entre rejas, De Miguel ha disfrutado casi desde el primer momento de una celda de 13 metros cuadrados para él solo en el pabellón 4. Se trata de un módulo de respeto, con 72 habitaciones dobles en el que sus 80-90 reclusos (el número fluctúa) se «autogestionan» el día a día. Aparte de sus cómplices –Koldo Ochandiano, Xabier Sánchez Robles y Aitor Tellería– ha compartido techo con ladrones, traficantes, violadores y asesinos, entre los que se encuentran algunos etarras.
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