Miguel Ángel Fernández: «Hay jornaleros que han venido al Ayuntamiento para pedirme comida»
El regidor de la pequeña localidad riojanoalavesa relata que la Ertzaintza le multó cuando volvía de Vitoria de cuidar a su madre de 86 años
Son momentos tensos en los que la sonrisa apenas asoma en el rostro de Miguel Ángel Fernández, el risueño alcalde de la pequeña localidad de Navaridas. Y no es que quede oculta tras la mascarilla, sino que la crisis -y no solo el coronavirus- deja muchos afectados.
- Se le percibe preocupado.
- Sí. Aunque esto sea una pandemia global está afectando a pequeños pueblos como el nuestro, aunque ahora no tengamos ningún contagiado.
- Ustedes mismos compraron el hipoclorito y la lejía para desinfectar las calles con sulfatadoras agrícolas.
- Y pedimos mascarillas para proteger a la gente más mayor, pero nos las requisaron dos veces. Yo encargué a la farmacia 200 unidades para varios enfermos oncológicos que hay en el pueblo y que aguantaron más de una semana con una que les dieron en el hospital. Primero me las requisaron para centros médicos, lo cual veo lógico, y la segunda el Gobierno de Navarra -porque procedían de una empresa de allí-. Luego se apiadó de nuestra situación y nos cedió un pequeño paquete de diez.
«Nadie se acordaba de nosotros y le mandé un email al lehendakari. Al día siguiente vinieron los bomberos»
- ¿Y en un pueblo de 209 habitantes cómo se organizan?
- Al principio de la crisis nos juntamos con la médico, el tendero, la persona que reparte los medicamentos, la asociación del pueblo y los vecinos con niños a su cargo para hacer un bando de cómo comportarnos durante el confinamiento. Horarios, número máximo de personas en un espacio, zonas vetadas... Le acabé mandando un correo electrónico al lehendakari para quejarme de la situación de abandono de la zona rural y al día siguiente vinieron los bomberos de Diputación a desinfectar.
- ¿Cómo afectará a Navaridas los recortes en el fondo de entidades locales (Fofel)?
- Asumimos que con este escenario habrá recortes. Supondrá un daño enorme, un roto en el presupuesto. El Fofel es prácticamente un tercio de nuestros ingresos. Al menos tenemos una situación de superávit en las arcas municipales y las pequeñas cosas que podamos hacer estarán sujetas a subvenciones. El dinero que íbamos a dedicar a la Feria Histórica del Vino o las fiestas de San Juan de Ortega -24.000 euros- se van a convertir en fondos para cubrir desfases o descuadres que se produzcan.
- ¿No habrá nada que celebrar cuando esto pase?
- Necesitaremos dinero para cubrir las necesidades sociales. Somos un pueblo agrícola con bodegas familiares, por lo que nos vemos en la necesidad de ayudarles. Algunos tienen parte de la cosecha de 2018 sin vender, la de 2019 recién embotellada y van a empezar a recoger la uva sin saber cuánto les van a pagar. Están rozando la ruina. Hay temporeros en el pueblo que han venido al Ayuntamiento para pedirnos dinero para comer, ni en la crisis de 2008 habíamos visto una situación así.
- ¿Y alguien ha sido multado?
- Pues yo.
- ¿En serio?
- Mi madre tiene 86 años y vive sola en Vitoria, soy la única familia directa que conserva, por lo que algunos días he tenido que ayudarle con los recados y las tareas domésticas para evitar que pise la calle y pueda infectarse. La Ertzaintza me ha parado varias veces durante el estado de alarma y no he tenido mayores problemas cuando les he mostrado los papeles que justifican esta situación, pero el pasado lunes una patrulla me propuso para sanción haciendo caso omiso a la documentación que les exponía. No lo entiendo.
Algunos datos
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90 litros de hipoclorito ha gastado el Ayuntamiento de Navaridas para limpiar sus calles.
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Sin Sanlúcar de Barrameda Navaridas marida cada año sus vinos con los de otra región. El año pasado fue con los caldos portugueses de Douro, Alentejo y Oporto. El 2 de mayo le tocaba a la localidad gaditana de Sanlúcar de Barrameda, un acto que ha quedado suspendido por el coronavirus. «Menos mal que alguien con buen ojo nos dijo en marzo que lo diésemos por imposible y empezamos inmediatamente con los trámites», se consuela.
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Con mascarilla por su madre El regidor porta mascarilla sobre todo en espacios cerrados y pensando en la salud de su madre. «Al cabo del día te reúnes con mucha gente y no quiero llevarle el bicho cuando voy a echarle una mano», afirma con enorme cautela.
«No hacía gimnasia y ahora me han entrado las ganas»
Como muchos otros, lo que más echa de menos el alcalde de Navaridas es la tertulia de sobremesa con los amigos o tomarse algo tras un día de trabajo. Pero después de tanto tiempo enclaustrado para poner freno a la propagación del Covid-19, a Miguel Ángel Fernández se le ha activado el espíritu deportista. «Mira que yo no soy de hacer gimnasia, pero la verdad es que estos días he empezado a hacer un poco y de repente me han entrado ganas de seguir con ello», confiesa.
