La confitería Hueto e Hijos endulza el mercado
José Ángel martinez viguri
Martes, 29 de diciembre 2020, 00:02
Entre un puesto de manzanas reinetas y otro con cebollas, la confitería Hueto e Hijos ofrece sobre una mesa, bajo los arcos de la plaza de España de Vitoria, un variado lote de las exquisitas delicias que salen de su reputado obrador. Es Navidad, Nochebuena de 1960, día de gran mercado, exposición y concurso agrícola y de maquinaria en el centro de la ciudad rural, y ahí está la ilustre pastelería, la única entre decenas de productores, para endulzar los paladares de pobres y ricos. Hasta su cierre el 5 de enero de 2007, Hueto fue el establecimiento más longevo del admirado gremio de pasteleros alaveses, también el más antiguo de la calle Postas.
Lo fundó Hermenegildo Hueto en 1826 como negocio de cerería, confitería y chocolatería y bajó la persiana su tataranieta Rosa la víspera de Reyes, 181 años después. Al cartel a modo de pergamino colgado de la columna, como se aprecia en la imagen, que anuncia la venta de almíbares, mermeladas, turrones, chocolates y confituras, habría que añadir lo que hacía la boca azúcar cuando uno traspasaba la puerta de Hueto y se encontraba con un local modesto en espacio pero grandioso en bandejas y vitrinas. Los alfonsinos, un bizcocho del gusto del rey Alfonso XIII; las pastas, los inigualables malvaviscos, los fruit-chocos, las frutas escarchadas, las trufas, el membrillo...