Una marea humana se manifiesta en Vitoria en apoyo a Palestina
25.000 personas toman la capital alavesa y los sindicatos celebran el «gran seguimiento» de la huelga en distintos sectores
Elena Jiménez, Sara López de Pariza, Borja Mallo y J. Manuel Navarro
Miércoles, 15 de octubre 2025
Vitoria ha sido testigo este miércoles de una de las manifestaciones más multitudinarias que se recuerdan en los últimos años. Decenas de miles de personas ( ... 25.000, según los organizadores y 15.000, de acuerdo con los cálculos de la Policía Local y la Ertzaintza) han abarrotado las calles de la capital alavesa en diferentes convocatorias que, como en el resto de Euskadi y España, han obtenido una respuesta sin precedentes. Ha sido un apoyo masivo a Palestina y una denuncia sin fisuras del «genocidio» cometido en Gaza por Israel. Contra el Estado hebreo se ha exigido el «boicot» absoluto; la extinción del acuerdo de asociación que disfruta con la Unión Europea.
Por lo general, ha predominado la solidaridad y en la intensa mañana de movilizaciones apenas se han registrado incidentes. Los más notables han tenido lugar, de hecho, fuera de la franja de paros parciales que se han sucedido entre las 11.00 y las 14.00 horas en diversos sectores económicos.
En el campus de la UPV-EHU, sí se han registrado hechos vandálicos. Se han cegado cerraduras o quemado contenedores a la altura del puente de San Cristóbal. Sobre este último incidente la Guardia Urbana ha trasladado que había detectado la presencia de cinco encapuchados que pretendían bloquear la carretera. El equipo rector, igual que el Consejo de Estudiantes de la institución académica, ha condenado estos incidentes (que también se han repetido en el campus bilbaíno de Leioa) y ha señalado que tales acciones no son «en ningún caso una buena forma de solidaridad». Desde la UPV-EHU han incidido en que, además, este tipo de comportamientos contradicen el motivo de la huelga. «La población de Gaza está harta de destrucción», han subrayado.
Según los sindicatos, el paro ha tenido un «amplio seguimiento» en el sector industrial, epicentro de las protestas al concentrar buena parte de las empresas que tienen relaciones comerciales con Israel. Las centrales sindicales han considerado que la intensidad de los paros ha legitimado la intensificación de su denuncias, mientras que la respuesta masiva de la sociedad alavesa ha buscado presionar a aquellos negocios con vínculos comerciales con el Estado hebreo para que gestionen un terreno que, además de económico, es también reputacional. Prueba de ello han sido los numerosos pasquines que han recibido de parte de los manifiestantes distintos negocios del centro de la capital.
También los servicios públicos se han visto afectados, aunque de forma desigual. En los urbanos de Tuvisa sólo han parado durante la mañana el 10% de la plantilla (7 de 71 conductores), mientras que en el tranvía a partir de mediodía se ha contado sólo con la mitad de los convoyes y en Alavabus, en todo el día, apenas se han cancelado cuatro viajes entre la capital alavesa y Aiaraldea.
En Osakidetza, donde los ambulatorios han funcionado como un día festivo, el seguimiento ha sido del 5% (4,8% en Álava, 4,92% en Bizkaia y 6,18% en Gipuzkoa). Por su parte, el departamento de Educación ha informado de que más del 40% del persona docente de la red pública ha secundado los paros previstos para toda la jornada. El impacto en el sector educativo se ha dejado notar y miles de familias han tenido que organizarse sobre la marcha para recoger a sus hijos a mediodía ante la ausencia del servicio de comedor en las escuelas o, por el contrario, han optado por no llevar a sus hijos al colegio, como ha comprobado EL CORREO en distintos centros escolares del territorio.
«La guerra no ha terminado»
A la hora en la que han comenzado los paros parciales, cientos de personas convocadas por los sindicatos se han dado cita en variados puntos de la ciudad –la Universidad, Esmaltaciones, Txagorritxu, El Boulevard, Santiago y las oficinas municipales de San Martín– para formar una marea humana que ha desembocado después en la plaza de la Virgen Blanca.
ELA, eso sí, ha hecho su propio recorrido desde la subdelegación del Gobierno en Álava e Ikasle Abertzaleak, el sindicato de estudiantes ligado a GKS, también se ha segregado de la masa al finalizar su protesta en el parque de la Florida. Allí han quemado una bandera de Israel con la imagen de Trump y Netanyahu.
En la manifestación central han liderado mientras tanto la marcha un grupo de mujeres y niños palestinos que han caminado al grito de «las tierras robadas serán recuperadas». Entre ellas, Noha Muhaisen ha destacado que «el genocio y la guerra no han terminado; por eso quiero pedir a todo el mundo que apoye a Palestina hasta que sea libre».
Un mensaje que también han compartido jóvenes manifestantes como June Pascual, que ha visto el apoyo como una forma de mostrar «coherencia con nuestros valores», o Iñigo Urrestarazu, quien han indicado que «la defensa de los derechos humanos es responsabilidad de todos en todo el mundo».
Al mediodía la Virgen Blanca ha vuelto a cobrar protagonismo al abarrotarse de nuevo con menores de edad, plataformas propalestinas, trabajadores de diferentes sectores, familias y alumnos donde se ha leído un manifiesto para denunciar «el genocidio y los crímenes contra el pueblo palestino» y reclamar su «fin inmediato». El acto ha finalizado con los presentes entonando 'La Internacional' en árabe.
Por la tarde, ha habido otras protestas de menor entidad en la zona de la Catedral Nueva y una cacerolada en la Virgen Blanca. En la primera, los manifestantes han reclamado «justicia para Palestina» y han quemado una bandera israelí.
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