Ver 19 fotos
La huelga de jardineros de Vitoria alcanza el medio año con la solución del conflicto «aún lejana»
Los trabajadores y Enviser no han sido capaces de sellar un pacto en seis meses y hoy la negociación está enquistada
«Al poco de iniciarse este conflicto, un representante sindical dijo que llegarían hasta septiembre. Y, efectivamente, estamos en septiembre y, siendo realista, veo la ... solución aún lejos». Hoy se cumple medio año desde que el pasado 26 de marzo 80 jardineros de Vitoria declararon una huelga indefinida, que se ha cronificado sin que se contemplen aún vías para el entendimiento. La afirmación de la teniente de alcaldesa, la jeltzale Beatriz Artolazabal, evidencia que las diferencias existentes entre Enviser, la empresa subcontratada por el Ayuntamiento que se encarga del cuidado de las zonas verdes de Vitoria, y sus trabajadores están aún lejos de mitigarse. «Las posturas están muy enconadas», remarca la responsable de Espacio Público. Y mientras tanto, la capital alavesa volverá a copar titulares informativos a nivel nacional por este conflicto laboral que ha transformado los jardines en selvas.
Cronología
-
12 de marzo. Los representantes de los trabajadores de Enviser anuncian en la comisión de Espacio Público una huelga desde el 26 de marzo.
-
26 de marzo. Comienza la huelga indefinida que secunda prácticamente la totalidad de la plantilla (80 personas). Reclaman un incremento salarial.
-
18 de abril. Tras varias reuniones con Enviser, la concejala de Espacio Público, Beatriz Artolazabal, anuncia que se han dejado de abonar sus servicios.
-
26 de abril. Un mes de huelga con la vegetación ya desbocada. Primera oferta insatisfactoria para la plantilla: 25 euros brutos más al mes.
-
16 de mayo. Segunda oferta de Enviser, con una mejora de 42 euros mensuales que los trabajadores ven insuficiente.
-
20 de mayo. Artolazabal se sienta con empresa y trabajadores para que acerquen posturas. También afirma que el contrato no se puede mejorar.
-
21 de mayo. El Consistorio anuncia que estudia la rescición pactada del contrato de jardines con Enviser.
-
26 de mayo. Dos meses de huelga y Enviser recoge el guante del Ayuntamiento: afirma que valora la rescisión del contrato como solución.
-
5 de junio Los jardineros y Enviser se citan por primera vez en el Consejo de Relaciones Laborales del Gobierno vasco (Preco). Sin acuerdo.
-
16 de junio. El Gobierno vasco atiende la solicitud del Ayuntamiento y de Enviser y decreta unos servicios mínimos que hoy siguen activos.
-
23 de junio. Tras varias protestas en su domicilio y lanzamientos de pasquines, queman un muñeco vestido de jardinero y con el rostro de Artolazabal en las hogueras de San Juan.
-
2 de julio. Tercera reunión en el Preco sin acuerdo. Los trabajadores exigen la implicación real del Ayuntamiento ante una empresa «deslegitimada».
-
4 de julio. El Gobierno vasco se implica directamente en la negociación y traslada una oferta a las dos partes.
-
8 de julio. Enviser acepta la oferta del Gobierno vasco, pero los trabajadores la echan por tierra tras una gran tensión.
-
18 de julio. Sigue el desacuerdo y los jardineros recogen firmas para buscar la implicación del Consistorio.
-
30 de julio Tras semanas de distanciamiento por el fracaso en Lakua, una nueva reunión en el Preco se salda sin resultados positivos.
-
18 de septiembre. Tras más de mes y medio sin contactos, jardineros y Enviser se ven por sexta vez en el Preco sin ningún tipo de avance.
«Sabíamos que la huelga iba a ser larga. Tenemos la experiencia de que es una empresa que acumula conflictos laborales de dos en dos y todos se resuelven siempre en un periodo largo de tiempo. Lo primero que nos dice cuando se convoca la huelga es '¿Estáis dispuestos a aguantar entre cuatro y seis meses?'», remarcan fuentes sindicales consultadas por EL CORREO. Aunque, en su caso, creen que el acuerdo sería sencillo si hubiese «voluntad por parte de Enviser de mejorar las condiciones actuales y del Ayuntamiento de cara al nuevo pliego de 2028».
«Un representante sindical dijo que llegarían hasta septiembre. Ya hemos llegado y aún no veo la solución»
¿Por qué a lo largo de estos seis meses no se ha alcanzado un acuerdo? La única diferencia para suscribir un convenio propio -actualmente rige el estatal- radica en los incrementos salariales que reclama la plantilla y la oferta de Enviser, ya que las mejoras sociales -entre ellas reducir las horas de trabajo- ya se han pactado. El comité de empresa, compuesto por ELA, ESK y LAB, asegura que la mayoría cobra «poco más que el SMI», entre los 1.185 y los 1.275 euros brutos mensuales dependiendo de la categoría. «Cobran 10.000 euros menos y trabajan 100 horas más al año que un jardinero municipal». Y en su petición inicial, que data de mediados del pasado año, reclamaban un incremento de 500 euros al mes.
Una vez que el 26 de marzo se puso en marcha la huelga, los trabajadores se chocaron con esa política de «alargar los conflictos». «No ha habido nunca cadencia de reuniones porque desde el principio se niegan a recibir las reivindicaciones de los trabajadores y ha ido todo a bandazos», lamentan los sindicatos.
«Lo primero que nos dice Enviser cuando se convoca la huelga es '¿Estáis dispuestos a aguantar de cuatro y seis meses?'»
Las primeras reuniones se saldaron con ofertas de 25 o 42 euros brutos más al mes. «Broma» o «falta de respeto» fueron algunas de las consideraciones de los empleados a dichas propuestas durante los dos primeros meses de negociación. Un tiempo en el que Espacio Público se fue citando con cada una de las partes para reclamarles flexibilidad para alcanzar un acuerdo y en el que ya advirtió que el Ayuntamiento no puede mejorar el precio del contrato hasta que expire a la conclusión del año 2027.
Rescisión, no
«La ley marca los márgenes y no podemos modificar unilateralmente un contrato en vigor ni conceder mejoras que desbordan lo previsto en los pliegos. Si lo hiciéramos, estaríamos actuando fuera de la legalidad y comprometiendo el dinero público. No podemos gobernar a golpe de chantaje», asevera Artolazabal.
Tras las negociaciones, los trabajadores piden 360 euros más al mes mientras que la empresa les ofrece 200
Precisamente, fue aquel momento cuando desde el Consistorio se abrió la puerta a estudiar «una rescisión pactada del contrato» que no perjudicase legalmente a ninguna de las dos partes. Y, por sorpresa, Enviser recogió el guante y se mostró favorable a esa solución, que también los trabajadores vieron como una buena salida para renegociar sus condiciones. Fue el propio Ayuntamiento, al comprobar la dificultad del proceso y la situación de precariedad en la que iba a quedarse, quien abortó la idea y conminó a las partes a seguir negociando.
Preco, Lakua, siegas...
Con la llegada del mes de junio, entraron en escena los mediadores del Consejo de Relaciones Laborales del Gobierno vasco (Preco), donde hasta la fecha se han producido hasta seis reuniones infructuosas, la última de ellas la pasada semana.
Con la hierba de los jardines desbocada, las piscinas municipales con un aspecto muy poco apetecible para tumbarse con la toalla y un evento como el Araba Euskaraz trasladado por el mal estado de Olárizu llegó el decreto de servicios mínimos el 16 de junio. Una medida del Departamento de Trabajo del Gobierno vasco que exacerbó aún más los ánimos de los huelguistas, que tuvieron que volver a segar por toda la ciudad.
Ya en julio, fue el propio Ejecutivo autonómico el que tomó cartas en el asunto y Trabajo llamó a una mesa de negociación en su sede de Lakua. Sobre la mesa una oferta única e inamovible: un incremento del 5% este año, dos aumentos del 2% en 2026 y 2027, además de un alza de 2.250 euros en el salario base de cara a 2028.
Enviser, cuya propuesta a tres años recoge un 9% de subida global que ha repartido de diversas formas, aceptó ese texto sin ni siquiera levantarse de la reunión. Incluso internamente la votación en ELA avaló el pacto. Pero los propios trabajadores lo acabaron echando por tierra en una asamblea cargada de tensión la tarde del 8 de julio.
A partir de ahí, de nuevo distanciamiento. En casi tres meses solo dos reuniones, en las que ambas partes evidenciaron sus diferencias. «Hemos rebajado nuestra petición a 360 euros al mes y no es una postura inflexible», remarca la parte social. «La empresa ha hecho tres ofertas sucesivas con una subida salarial del 20%, lo que no pueden pretender es equipararse con el personal funcionario», replica Artolazabal.
¿Y es posible el acuerdo? «Si Enviser y el Ayuntamiento hacen un esfuerzo, no es difícil», dicen los trabajadores. «Si el comité da pasos hacia una salida, sí», argumenta Espacio Público. Mientras tanto, el tiempo sigue corriendo. Y la hierba sigue creciendo.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión