Ermitaraba abre la iglesia de La Puebla de Arganzón, una joya del Renacimiento
Con su brillante retablo del siglo XVI, el templo fue primera parada de Adriano VI antes de partir hacia Roma para tomar posesión como Papa
Adentrarse en un templo digno de un Papa. Ese es el plan que proponen Ermitaraba y Raíces de Europa para este próximo sábado con una visita a la iglesia de La Puebla de Arganzón. Sin necesidad de inscripción y con el acompañamiento de la catedrática Sol Silva, las entidades patrimonialistas organizan, con el apoyo de EL CORREO, un recorrido por lo que Jon Ortiz de Zárate, miembro de Ermitaraba, describe como «uno de los grandes retablos de la diócesis».
Con el patrocinio de los Velasco, condestables de Castilla, esta iglesia del siglo XVI alberga una joya que podría ser obra de Felipe Bigarny, uno de los mejores artistas del Renacimiento español y que trabajó en la catedral de Burgos. Aun así, los propios estudiosos del tema convienen en que la brillante pieza contó con otros maestros «de primer nivel».
Cargado de pasajes de la vida de la Virgen y coronado por una Crucifixión, quienes se sumen a la visita podrán contemplar una obra de arte dividida en tres cuerpos y de la que destaca su «gran uniformidad y riqueza decorativa». Construido entre 1531 y 1536, el retablo supone el elemento central de una iglesia que cuenta, además, con un espectacular sepulcro, retablos laterales del siglo XVIII y una portada tardogótica hacia el oeste obra del círculo de Gil de Siloé. Quienes quieran conocerlos en detalle podrán hacerlo este sábado a mediodía.
Una iglesia especial
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El retablo. Hecho entre 1531 y 1536, cuenta con la mano del artista Felipe Bigarny, uno de los genios del movimiento renacentista español.
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Destino papal. El templo fue la primera parada de Adriano VI en su camino a Roma para convertirse en Papa
Una visita que sigue a otra que Ermitaraba y Raíces de Europa organizó hace dos semanas con vecinos de Treviño para conocer el patrimonio de Villanueva Tobera y Busto de Treviño. Acompañados por Pedro Echeverria, profesor de Historia del Arte en la Universidad del País Vasco (UPV), habitantes de estos pequeños concejos, familiares y amigos pudieron redescubrir el patrimonio de las zonas más rurales.
Con ambas iniciativas se estrena un proyecto piloto que tiene como objetivo dar a conocer a los vecinos las joyas artísticas que tienen a la puerta de sus casas. Una iniciativa que la asociación estudia ahora extender a más localidades del territorio.
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