«Estamos educando para un mundo que no conocemos, tenemos que ser visionarios»
Asumirá el cargo el 1 de septiembre y entre sus objetivos está avanzar en la innovación y en la «cultura del reconocimiento»
Cristina Pena Mardaras (Bilbao, 1965) asumirá el próximo 1 de septiembre el cargo de directora general de Egibide tras la marcha de Nacho Eguizábal a ... Roma para trabajar como director internacional adjunto del Servicio Jesuita a Refugiados. Doctora en Derechos Humanos y licenciada en Filosofía y Ciencias de la Educación, Pena cuenta con una amplia trayectoria como docente y en cargos de gestión en centros de Valencia, Canarias o Bogotá (Colombia). Amante de la música –canta en un coro–, dejará su puesto actual en la Universidad de Deusto para hacerse cargo del gran coloso de la educación alavesa con cinco campus, más de 7.000 alumnos y 450 docentes. Lo hace con «una gran ilusión y vocación de servicio» pero también siendo consciente de que es «una responsabilidad exigente».
– ¿Cómo está siendo esta primera toma de contacto?
– He visitado los distintos campus, he conocido a las personas que forman el equipo humano y me estoy familiarizando. Venía con ilusión porque me parece que Egibide hace un servicio incuestionable al territorio y a las personas, pero según voy conociendo más el proyecto esa ilusión se va acrecentando. Eso sí, Nacho me ha dejado el nivel muy alto.
– Su nombramiento estuvo envuelto en una polémica inesperada al intentar imponer el obispo de Vitoria su propio candidato a director. ¿Cómo vivió esa situación?
– Con expectación, como todo el mundo. Yo había completado el proceso, había pasado las entrevistas con la Comisión Ejecutiva y sabía que estaban considerando mi candidatura, pero nada más. Ese revuelo me generó inquietud, pero lo seguí totalmente desde fuera.
– ¿Cuáles van a ser sus principales líneas de trabajo al frente de Egibide?
– Mi primer objetivo es el despliegue del plan estratégico en el que hay retos como ayudar a los alumnos al desarrollo de su proyecto personal, avanzar en los equipos a la corresponsabilidad, el liderazgo compartido y la cultura del reconocimiento. También hay otros retos como la innovación, la formación y capacitación del profesorado y la comunicación tanto interna como externa. Todo siendo conscientes de que hacemos un aporte muy significativo al territorio.
– ¿A qué se refiere con la cultura del reconocimiento?
– Valorarnos los unos a los otros y saber de los logros de los compañeros. Todo lo que sea potenciar el reconocimiento y la valoración de quienes están aquí trabajando suma al proyecto.
– La FP vive uno de sus mejores momentos en cuanto a imagen y matriculaciones. ¿Hay margen para el crecimiento?
– Más allá de responder a las necesidades tenemos que ser visionarios, estratégicos y darnos cuenta de lo que está por venir. Estamos educando para un mundo que no conocemos, en un contexto de crecimiento industrial, y tenemos que tener esa capacidad de diseñar planes formativos en nuevas áreas. Así que sí, tiene que haber crecimiento.
– ¿Se plantean entonces ofertar nuevos grados?
– Hay cosas que se están cociendo, sí, pero necesitan su tiempo.
«Contamos con alumnos de 58 nacionalidades, a veces se ponen etiquetas a la red concertada que no son correctas»
– La relación con Deusto está más que consolidada. ¿Habrá colaboraciones más allá del Grado Dual en Industria Digital?
– He conocido de primera mano lo que se está haciendo y es muy relevante. Confío en que sigamos avanzando, se ha hablado de nuevos proyectos y confío en que vayan para adelante.
– ¿Cuándo será una realidad la Casa de los Cuidados en el convento de Las Brígidas?
– Esta semana hemos estado en Diputación y se ha nombrado el proyecto, pero no podría decir una fecha exacta.
– ¿Y sobre el traslado de la Escuela de Hostelería a una nueva ubicación?
– Es un tema al que tendré que dedicar mucho tiempo.
– A partir del próximo curso todos los colegios deberán reservar un número de plazas para alumnado vulnerable. ¿Qué le parece esta nueva medida del Gobierno vasco?
– Luchar contra la segregación debe ser una preocupación de todos, pero especialmente de los centros educativos. Nosotros estaremos a piñón para contribuir a ello, de hecho ya contamos con alumnos de 58 nacionalidades y somos un centro con un alto índice de vulnerabilidad. A veces se ponen etiquetas a la red concertada que no son correctas.
– El descenso de la natalidad será un problema grave en el futuro en las aulas. ¿Cómo lo afronta?
– En Egibide todavía no lo estamos notando pero llegará porque la caída demográfica no se compensa con las familias que vienen de fuera. Lo bueno sería aprovechar el momento y si se cierran aulas que esos docentes se destinen a hacer más desdobles, apoyos y a ofrecer más orientación.
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