«Detrás del rechazo a las renovables se esconden otras reivindicaciones»
La doctora de la UPV-EHU releva a la exministra Leire Pajín al frente de la Red Española para el Desarrollo Sostenible
Estíbaliz Sáez de Cámara ha tomado el relevo de Leire Pajín como presidenta de la Red Española para el Desarrollo Sostenible (REDs), una entidad que ... aglutina universidades, administraciones públicas, empresas y sociedad civil. Su objetivo es impulsar alianzas en políticas públicas que giren en torno a la sostenibilidad.
Esta alavesa de Zurbano, doctora en Ingeniería Ambiental y profesora de la Escuela de Ingeniería de Bilbao, se convierte con este cargo en una de las grandes defensoras de la Agenda 2030. Elaboración de guías, talleres de sensibilización, jornadas y cursos formativos... son algunos de los proyectos que llevan a cabo.
«Quienes hemos crecido conectados al entorno rural, tenemos una sensibilidad muy marcada», apunta esta académica acerca de la conciencia ambiental que le mueve. Sáez de Cámara ejerce a su vez como directora de Sostenibilidad y Compromiso Social de la Universidad del País Vasco desde 2017.
– Para quien no tenga ni idea de qué es eso de la Red Española para el Desarrollo Sostenible (REDs), ¿cómo lo explica y cuál es su origen?
– Con la entrada del siglo XXI y viendo los retos en materia de desarrollo sostenible, Naciones Unidas crea la SDSN (Sustainable Development Solutions Network), una red global de conocimiento, formada principalmente por universidades y centros de investigación, que pone su conocimiento al servicio de la sociedad, la industria y los gobiernos. A partir de esta red global, tras la aprobación de la Agenda 2030, se crean redes nacionales en diferentes países, entre ellas la española, de la que ahora soy presidenta.
– Ha sido elegida después de dos ministros socialistas, Miguel Ángel Moratinos y Leire Pajín. Habrá quien piense que tiene filiación política…
– Error. De hecho, además, yo entré en la red a propuesta del Gobierno vasco, que es de otro signo político. No tengo ninguna filiación y en el consejo asesor de la red hay personas de los partidos más dispares que puedas imaginar. Ha sido casual que los predecesores fueran socialistas. Pero en el consejo tenemos personas integradas de todos los colores.
«Han gobernado diferentes partidos sin acabar con las políticas ambientales»
– Hablamos mucho de Vitoria como 'Green Capital'. Como alavesa, ¿cree que el territorio es un ejemplo de sostenibilidad?
– Vitoria es una ciudad de la que debemos sentirnos muy orgullosos por las políticas a nivel social y a nivel ambiental que ha tenido históricamente. Algo curioso es que ha cambiado un montón de veces de partido político al frente del gobierno, pero ninguno ha frenado todos esos avances. Eso llama mucho la atención, porque en otras ciudades no ocurre, sino que de repente se acaba con las políticas ambientales.
– ¿El Anillo Verde sigue sirviendo como ejemplo?
– El Anillo Verde es un excelente ejemplo, igual que los proyectos que se están poniendo en marcha de agricultura regenerativa. Y en Álava se cuenta con una alianza para el desarrollo sostenible que impulsó la Diputación en la que estamos muchísimas organizaciones y muy diferentes, y ya que es una de las pocas redes que existen a nivel estatal.
– Cuando la gente escucha 'Agenda 2030', suele pensar en una serie de propuestas de lucha contra el cambio climático. ¿Es la principal lucha? ¿Qué hacen desde REDs?
– Lo que buscamos es un cambio transversal que afecte a diferentes cuestiones. Tenemos que apostar por las energías renovables, pero también por un cambio en nuestros modos de comportamiento y consumo. En REDs, por ejemplo, hemos trabajado en el rechazo social que generan las energías renovables en algunos núcleos de poblaciones, sobre todo en zonas rurales.
«El rechazo a las renovables se da en poblaciones desatendidas a otros niveles»
– En Vitoria mismo ha habido protestas multitudinarias contra proyectos de renovables, ¿qué opinión tiene?
– Hay opiniones diversas, pero lo que tenemos claro es que hay que transitar y quizás no se ha hecho tan bien hasta ahora. Hemos analizado cuáles son las razones y hemos creado espacios de diálogo para ver cuáles son las razones para que produzca este rechazo inicial.
– ¿Y cuál es la conclusión?
– Prácticamente lo que hemos visto es que el rechazo a las renovables se genera porque normalmente son poblaciones que están desatendidas en cuanto a otro tipo de servicios y cuando les llegan este tipo de proyectos, es como la gota que colma el vaso. Por decirlo de una forma simple, si en un entorno rural se ha cerrado ya la escuela, el consultorio médico tiene un horario muy reducido, ven cómo se han ido reduciendo sus servicios y, de repente, les llega un proyecto renovable, se sale a la calle por hartazgo.
– ¿Entonces?
– Realmente lo que vemos es que detrás hay otra serie de reivindicaciones. Es importante generar espacios de diálogo en los que se encuentre la propia empresa que quiere instalar estas energías, la población, el gobierno regional, organizaciones ecologistas y analizar ese malestar.
«Debemos saber por qué se está deslegitimizando y la opinión de los más jóvenes»
– En el actual escenario global, en el que cada vez más se habla de negacionismo climático, ¿cuáles son las principales barreras que se encuentran?
– Yo más que de negacionismo climático hablaría de un negacionismo, en general. Contra eso lo que podemos es generar diálogos, pero lo que pedimos siempre a las personas es que expongan su posición con argumentos sólidos. Muchas veces, cuando empezamos a indagar cuáles son las razones para que una persona niegue el cambio climático y se le piden argumentos y datos, vemos que todo se desmonta. Lo que estamos defendiendo es que haya discusión, debate y posturas diferentes, pero que siempre lo respalden datos e información.
– En ese horizonte más verde, ¿Vitoria está bien posicionada, aunque sea a nivel nacional?
– Desde luego. Un ejemplo es que Vitoria es una de las cien ciudades que ha entrado en la 'Misión Europea de Ciudades Inteligentes'. Es un avance importante porque significa que es una de las ciudades que aspira a ser climáticamente neutra en 2030. De hecho, todos los requerimientos que está pidiendo la comisión para ver cómo avanza Vitoria hacia la neutralidad, está quedando en la mejor posición a nivel estatal. En este sentido parecemos más bilbaínos que vitorianos.
– En esa misión europea colabora REDs. ¿De qué forma?
– Sí, para ser una ciudad climáticamente neutra, el Ayuntamiento de Vitoria tiene que movilizar a empresas, universidades y a todos los agentes posibles. Entonces hemos colaborado con el ayuntamiento para que los trabajos de fin de grado o fin de máster de los estudiantes universitarios se enfoquen en retos reales de la ciudad en lugar de quedarse en un mero ejercicio teórico. De ahí nació el proyecto 'UnicitiES 2030'. Buscamos aterrizar muy en lo local y en soluciones prácticas. No queremos quedarnos solo en las grandes discusiones.
– ¿Qué actividades cercanas tiene como presidenta? ¿Cuál es su agenda más próxima?
– Más que actividades o eventos, lo que tenemos son proyectos en marcha, que presentamos y exponemos además en todo el territorio. Entre esos se encuentra uno en torno a la integración de la cultura en el desarrollo sostenible, otro en zonas en riesgo de despoblación y el desarrollo de binomios entre universidades y ciudades. Además queremos tener debates en torno a la Agenda 2030, que ha sido muy criticada en los últimos meses por determinados partidos políticos, ha habido rechazo. Por eso estamos haciendo una labor para ver por qué se está deslegitimizando y para ver qué percepción tienen las personas jóvenes.
«Debemos acelerar el ritmo para cumplir con la Agenda 2030»
– ¿En qué punto se encuentra España a la hora de cumplir con los objetivos de la Agenda 2030?
– A nivel global, en el informe que se publicó en el año 2023 se veía que únicamente el 15% de las metas están en un buen camino y con la velocidad suficiente para que se alcance el año 2030. El panorama no es nada alentador. Estamos en el camino, pero no a la velocidad suficiente. A nivel estatal, España sí que es verdad que con la pandemia por medio y toda la influencia que tuvo la invasión de Ucrania en el sistema energético ha tenido avances y retrocesos. Tan solo destaca en temas de igualdad de género. Pero en el resto vamos lentos y debemos acelerar mucho el ritmo.
– ¿Y hay algún país europeo que sea faro en este sentido? ¿Los nórdicos?
– Los países nórdicos sí que tienen un mejor avance y ya tienen muchísimo más recorrido en este ámbito.
– Cuando nos referimos a REDs, ¿es una entidad o una asociación?
– En cuanto a naturaleza jurídica es asociación. Forma parte como un nodo de la red madre que se crea en Nueva York, Naciones Unidas –fue impulsada en 2012 por Ban Ki-Moon, exsecretario general, y Jeffrey Sachs, economista de renombre–. Pero cada nodo en los diferentes países tenemos una entidad jurídica diferente.
– Releva como presidenta nada menos a que a Leire Pajín, exministra. ¿Cómo lo lleva?
– Genera un cierto vértigo, porque es una persona con mucho carisma. Pero ella me animó mucho a aceptar cuando se propuso mi nombre. Lo cierto es que me hizo mucha ilusión que existiera este cambio hacia un perfil más académico.
– ¿Qué más perfiles hay?
– Es muy plural en cuanto a ideología política y perfiles profesionales. Como ejemplo, el vicepresidente primero, Alfons Martinell, es un profesor jubilado de la Universidad de Girona, y el segundo, David Padrón es profesor de Economía Aplicada de la Universidad de La Laguna (Canarias). Hay académicos de diferentes ámbitos y expertos (agricultura, cultura...) y muchas personas que han trabajado con gobiernos, que son quienes luego ven cómo articular todas las propuestas.
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