El desgarrador testimonio de una víctima de violación en Vitoria: «¿Dónde me llevas? Déjame salir del coche»
La Audiencia de Álava juzga a un hombre de 37 años acusado de secuestrar a una mujer y violarla en su coche a las afueras de la capital alavesa. Le piden 19 años de cárcel
En la Audiencia Provincial de Álava se ha vivido esta mañana de miércoles un desgarrador testimonio. El de una víctima de agresión sexual. Esta mujer perdió el móvil y el dinero al salir de una discoteca de Vitoria tras una noche de fiesta. Aceptó que un cliente de ese local, con el que había hablado antes, le acercara en coche a su casa. Sin embargo, este hombre, de 37 años, está acusado de llevarla a la fuerza a un descampado y violarla.
Debe responder por un delito de agresión sexual y otro de detención ilegal. Por ambos, la Fiscalía de Álava y la acusación particular le reclaman 19 años de cárcel. También diez años de libertad vigilada cuando recupere la libertad y una década de alejamiento de la víctima. Por último, si sus tesis son aceptadas, deberá indemnizarla con 5.000 euros. La defensa, por su parte, solicita la libre absolución para su cliente.
Los hechos ocurrieron la madrugada del 28 de enero de 2019. La víctima salió del establecimiento, emplazado cerca de la Avenida de Gasteiz, y se dirigió a una parada cercana de taxis. Allí la abordó el procesado, con el que ya había conversado en el interior del establecimiento. Éste se ofreció a acercarla a su domicilio. «Para cuando me di cuenta, vi que no íbamos por el camino a mi casa. Le dije '¿dónde me llevas? Déjame salir ya del coche'», continuó. «Intenté abrir mi puerta pero no se podía».
«Temí por mi vida»
la declaración de la víctima
La joven ha relatado este miércoles que acabaron en un descampado, «en una zona oscura» y que no supo situar. Según el atestado de la Ertzaintza era la carretera comarcal A-3608, camino de la localidad alavesa de Acosta, donde el procesado trabaja.
«No sabía qué hacer. Estaba asustada. En shock», ha abundado. Logró escapar del automóvil y, tras caminar durante unos pocos minutos, paró a un turismo. Era el mismo vehículo en el que había viajado. Se supone que el acusado la obligó a entrar. Y allí dentro se consumó la agresión sexual. Aparte, supuestamente la golpeó. «Me dijo que iba a hacer lo que él dijese. Temí por mi vida».
En un descuido del ahora investigado pudo escapar. Anotó mentalmente la matrícula del turismo, un Citroen C4, y volvió a detener el primer coche con que se cruzó. A partir de ahí entraron en juego la Ertzaintza y el Juzgado de Instrucción número 2, que impuso una orden de alejamiento a este hombre. El parte médico reflejó numerosas heridas en la cara y manos de esta mujer.
«Contraté sus servicios», alega él
En su declaración, la versión del procesado fue diametralmente opuesta. Este hombre, sin antecedentes penales, relató que la tarde anterior estuvo de cumpleaños con su familia, les dejó en su vivienda y se fue a trabajar a una granja en la que está empleado. Tras eso, ya de madrugada, fue a la discoteca a tomar una copa y relajarse.
En ese lugar de ocio, según explicó, conoció a la víctima. «Me dijo que ejerce la prostitución y acordamos irnos juntos». A continuación relató que ella perdió el móvil y su dinero -«800 euros de su paga en el local en el que trabaja»- y que, pese a ello, se fueron juntos. «Mantuvimos relaciones consentidas en dos lugares diferentes y, al acabar, comenzó a golpear los cristales y el salpicadero y me acusó de robarle el móvil y el dinero», ha enumerado. La mujer abandonó el vehículo «llorando» y él asegura que se marchó.
Este juicio por agresión sexual y detención ilegal, presidido ya por el magistrado Jesús Poncela en sustitución de Jaime Tapia, continuará esta tarde de miércoles y mañana. Por la sala principal del Palacio de Justicia de Vitoria desfilarán varios clientes de la discoteca, sus responsables, ertzainas participantes en la investigación y peritos forenses.