«Después de lo ocurrido en Vitoria es posible que Michelin necesite menos plantilla»

–¿Qué balance hace de su mandato?

– Ha sido un año y medio intenso. Ahora hemos cerrado un capítulo con un buen convenio. Pero lo que hemos vivido en estas últimas semanas ha afectado a la credibilidad y la confianza de esta fábrica.

– Profundice, ¿qué lectura hace del nuevo pacto laboral?

– Creo que hay que mirar al contexto, de gran incertidumbre. Somos una multinacional que dependemos de la producción que se nos asigne. Luchamos por esas asignaciones. Algunos decían que las asignaciones eran bajas para meternos miedo. Una vez firmado el convenio seguimos desactivando días.

– Y, en ese contexto, la negociación.

– Hemos hecho una propuesta generosa, pero partiendo de unas condiciones que ya eran buenas. Nos hemos encontrado unos sindicatos que no están de acuerdo con nosotros, pero que al final buscan lo mejor para las personas, y otras fuerzas sindicales que no quieren acordar. Ha habido mucho ruido y nuestra propuesta quizá no ha llegado a la sociedad, pero tampoco se ha conocido la contrapropuesta de quienes no quieren un acuerdo.

– ¿Cuánto de buenas son esas condiciones en Michelin?

– Las personas de líneas de producción tienen desde junio un salario medio de 45.000 euros brutos, un 50% más que la media de Euskadi. A eso hay que sumar una serie de beneficios sociales que mantenemos. Y la jornada de producción es inferior a 200 jornadas al año, un equivalente inferior a 35 horas semanales. Un salario que va a llegar a 50.000 al final del convenio, con una jornada inferior a 35 horas… no se merece los calificativos que ha recibido.

– ¿Por qué, entonces, Vitoria vota 'no' a esa oferta?

– En 2009 tuvimos una fuerte caída de producción y había personas con contrato temporal. Todos trabajamos algo menos y nos sacrificamos. Ese modelo de cuidar a las personas tal vez ha sido considerado como buenista. Las personas, de forma equivocada, piensan que en Vitoria nunca va a pasar nada. En Lasarte la actividad se ha reducido un tercio en los últimos 15 años; en Aranda ha habido un cierre de 600 personas, en Valladolid se han cerrado varias actividades...

– Cuneo, fábrica competidora de Vitoria, ha subido menos sus sueldos. ¿Hemos perdido competitividad con este convenio?

– Es un hecho. Si nuestros salarios suben más que nuestra competencia interna, perdemos competitividad. La competitividad es mucho más, aun así. Hay que hacer el producto que realmente necesita el cliente. Hay que buscar el equilibrio entre el futuro de la fábrica y dar las mejores condiciones a sus trabajadores.

– Decía en su carta que estábamos perdiendo credibilidad.

– La confianza se construye en tres ejes: cumplir los compromisos, identificar proyectos clave y el eje personas. El tercero es un eje de mostrar un compromiso y un comportamiento acorde a los valores de Michelin. Lo vivido en estas últimas semanas puede afectar a medio plazo.

– ¿En qué se puede traducir eso?

– Fundamentalmente, en dos cosas. En menos asignaciones de producción –y, por lo tanto, menos empleo– y en riesgo a proyectos de futuro.

– Entonces, ¿corre el riesgo Michelin Vitoria de perder puestos de trabajo tras lo ocurrido?

– Después de lo ocurrido, posiblemente haya un reparto de asignaciones de producción diferente y necesitemos menos plantilla para abordarlo. Eso va a depender de cómo evolucione el mercado. En Europa tenemos una sobrecapacidad y el grupo no puede continuar con estas políticas de forma indefinida.

– Ahí surge la pregunta sobre las inversiones. Estaba anunciado el proyecto Acoustic para coches eléctricos. ¿Sigue en pie ese programa?

– Acoustic se ha anunciado y, mientras no se anuncie lo contrario, está aquí. Pero que Acoustic se lo están cuestionando es un hecho. Al igual que las siguientes fases. Estábamos buscando terreno con dos objetivos. Queríamos hacer en ingeniería civil las prensas del futuro. Hoy en día se está cuestionando ese proyecto. Queríamos los terrenos de al lado, que pertenecen al Ayuntamiento, porque queríamos que esta fábrica se orientara hacia neumáticos de 18, 19 y 20 pulgadas e hiciera series más cortas. Necesitábamos espacios de almacenamiento y nos venía muy bien. Posiblemente esos espacios del Ayuntamiento que necesitábamos para el corto y medio plazo ya no serán necesarios.

– Es un cambio de perspectivas muy drástico.

– Lo primero digo que se lo están cuestionando, lo segundo que se lo están cuestionando y lo tercero que lo necesitábamos a corto y medio plazo y probablemente ahora se lo están cuestionando.

– Pero lo dice.

– Porque a la hora de una decisión tienes que tomarlo todo en cuenta. Estas decisiones estaban analizándose y este es un elemento más. De nuevo, volvemos a los tres pilares de la confianza. Si Vitoria, pese a todo, consigue resultados, sigue teniendo voluntad y entre todos conseguimos crear aquí el modelo humano que Michelin espera… Si es que tenemos todo en esta ciudad. Tenemos todo para hacer de esta fábrica la mejor del mundo.

– ¿Le ha dado algún consejo a David Udakiola?

– No soy de dar consejos. Lo que tenía que compartir con David lo he compartido con él. Es un gran profesional. Un gran director, por encima de todo, tiene que ponerse al servicio de los demás y hacer una buena reflexión sobre el contexto. Yo soy más de ver primero fuera qué es lo que necesita el cliente y adaptarnos al contexto. Cuidar a las personas y trabajar duro y con determinación por esta planta, que se lo merece. Y la mayoría de las personas que hay en esta fábrica, también.