Calentamiento superado con nota

La Carrera de Barricas fue uno de los eventos que más público congregó por la mañana, aunque con menos espectadores que en ediciones anteriores en esa primera vuelta de reconocimiento. Amenazaba lluvia a ratos pero el cielo se portó finalmente, quizás por esa posibilidad de agua llevaba el equipo de Siberiarrak manguitos y gorros de ducha. El espectáculo de 'Euskal Crossfit rural', como lo definió el 'speaker', volvió a conquistar a los presentes que animaban y grababan con sus móviles cada vuelta. La fresca mañana no echó para atrás a ningún vitoriano de bien, ansioso de saborear este aperitivo de las fiestas. La familia formada por David García, Lorena Izquierdo y los pequeños Danel y Eider, de 4 y 2 años, salió por la mañana para sumergiese en el ambiente. «Nos gusta mucho ver el jolgorio y a la peque parece que también porque se pone a bailar cada vez que pasa la charanga», contaban los padres.

Este Santiago fue día de primeras veces para muchos, entre ellos el combo formado por la cuadrilla morada Kaletarrak y la incombustible charanga que les acompañó durante toda la jornada: los Txarangutanes, llegados desde Majadahonda con un mono entre sus filas –era un músico disfrazado, entiéndase–. «Es nuestra primera vez y no podíamos tener más ganas. Estamos alucinando», confesaba Javier sin soltar la trompeta y ataviado, como el resto de sus compañeros, con pantalones con estampado de plátanos.

Aprovecharon para hacerse fotos con ellos un animado grupo de Zafra (Badajoz), que se encontraron con la fiesta totalmente de casualidad. Pero bendita casualidad, porque lo pasaron en grande. «Somos del grupo de senderismo El Abuelino. Ponlo, ponlo», solicitaba Manuela García. Tras caminar por Hondarribia y Gorliz recalaron ayer en la capital alavesa y elogiaban el ambiente «precioso» con el que se toparon. «¡Estamos totalmente mimetizados con los blusas y neskas, es genial!», añadía otra amiga.

El punto álgido de la jornada llegaba con el Paseíllo de las 29 cuadrillas desde la plaza de España hasta las inmediaciones del Iradier Arena, donde hace ya siete años que no se celebran corridas de toros. Pero eso no evita la celebración de la recientemente rebautizada como kalejira hasta la antigua plaza y escenario habitual de desenfreno para blusas y neskas. Desfilaron primero las cuadrillas de la Federación y a partir de las 17.00 horas las de la Comisión.

Minutos antes de la puesta en escena había algunos bandos bien definidos: los que parecían derrotados antes de empezar con la camisa ya descolocada y descansando en los taburetes de un bar cercano, los que lucían de punta en blanco con un maquillaje impecable de purpurina iluminándoles todo el rostro y los que no podían esperar ni un instante más a dar brincos por la Dato. Entre el público que se agolpaba en los extremos de la calle y en las terrazas hubo comentarios de sorpresa por el relevo generacional en muchas de las cuadrillas. Y es que llamaba la atención la gran cantidad de blusas y neskas muy jóvenes que ayer completaron el Paseíllo. Que hay cantera está claro.

«Qué tranquilos van hoy», comentaba una espectadora al paso de Batasuna. «¿Por qué dejan tanto tiempo entre una carroza y otra?», se quejaba otro forastero. Jatorrak advertía con una pegatina en su furgoneta: 'Peligro, blusas cruzando'. Mención especial para ese blusa de Txirrita con un cartel disculpatorio en el que se podía leer 'belauna gaizki dut, abarkak ezin eraman' (tengo mal la rodilla no puedo llevar abarcas). Disculpado y ojalá se recupere para La Blanca.