Blanco, pedroñero, 'jumbo'... Vitoria vende el «mejor» ajo
La feria «más importante de España» bulló en la Cuesta y Portal del Rey con una «buena» venta. Retrasos de «una hora» empañaron el arranque, criticaron varios puestos
Diente a diente. De cabeza. En ristra o ramillete. Con el carro lleno. El ajo, en todos sus formatos, variedades y orígenes, volvió a ser ... este 25 de julio el más tradicional protagonista del Día de Santiago en Vitoria. La Cuesta de San Francisco y la calle Portal del Rey bulleron desde primera hora en una mañana a la que por fortuna acompañó el buen tiempo. «Y eso que anunciaban agua», celebraron los vendedores poco después de la apertura, bajo un sol que ya empezaba a achicharrar.
Entre los decanos de este mercado figuraba Vicente Sierra, con más de 35 años desplazándose hasta la capital alavesa desde Plasencia de Jalón (Zaragoza). En la cita vitoriana monta tres puestos, atendidos también por su esposa y su hija, con ajo 'pedroñero' a 28 y 25 euros la ristra con medio centenar de cabezas. Sus compradores son fieles. «La clientela es la misma y como los ajos salen buenos, vuelven todos los años», compartía el responsable de Ajos Sierra.
La cita
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Precios. Entre los diferentes importes que se anunciaban en los puestos, se ofertaba el kilo por 6 euros y los dos por 10 euros. La ristra grande se podía encontrar por 28 euros y la pequeña por 25. En otros puntos tenían 60 cabezas por diez euros
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La feria Reunió 70 puestos en la calle Portal del Rey y la Cuesta de San Francisco. Hubo comerciantes que se quedaron en lista de espera.
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Quejas. El montaje y la apertura se retrasaron «una hora» por «problemas de gestión».
Entre los productos más demandados se hallaba también el ejemplar rojo navarro que despachaba Frutas y Verduras Lerín. «¡Ajo bueno para todo el año, miren qué barato, id viniendo para aquí, majos!», vociferaban con simpático deje 'navarrico' sus tenderos a la nutrida fila que se formó junto al puesto. A la voz de «¡Siguiente!», anunciaban sesenta cabezas a diez euros, aunque de un tamaño «más pequeño».
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¿Cómo estaban los precios? «Parecidos a los del año pasado», apuntaban desde diferentes tenderetes, entre ellos, el de la bilbaína Ainhoa, con importes de 28 y 25 euros por sus ristras cultivadas en Cuenca. Nelson Mora, empleado en Frutas Imanol -otra de las veteranas firmas presente en la cita alavesa desde hace tres décadas- exhibía una oferta de 15 euros por 3 kilos. «Los precios los mantenemos, pero a nosotros nos suben todo, el gasoil, la furgoneta...», resoplaban los vendedores de Nacor, 'stand' de Reinosa con tarifas de 25 euros por 30 cabezas. «Ha subido la mano de obra pero tratamos de contener los importes», apuntaban otros comerciantes.
'Jumbo', «el más grande»
No solo de Las Pedroñeras y de la Ribera Alta navarra, también de Zamora y León, esta hortaliza se presentaba con diferentes procedencias y tamaños cuyas bondades promulgaban frenéticos los 'ajeros'. «Ajo de Vallelado (Segovia), blanco, más suavecito, o morado, más potente. Depende de los gustos. Aproveche la oferta, tenemos el ajo más grande toda la feria, el 'Jumbo'», promocionaban desde el puesto de Antonio, que lleva «toda la vida» asistiendo a Vitoria por el Día del Blusa y de la Neska.
Con un total de 70 puestos, en la ciudad está una de las ferias de ajos «más grandes y tradicionales» de España y también «en la que mejor se trabaja», afirmaban los comerciantes. «A mí me ofrecen ir a otras, pero sólo vengo a la de aquí, hay buena venta», constataba Sierra. Luis Mari Sanz de Galdeano y Sandra Sánchez, compradores fieles a la gran cita, se marchaban hacia casa cargados con dos rastras de 60 cabezas, a 30 euros cada, «nos hemos gastado 60 en total». Acudieron puntuales a la apertura. «Venimos por tradición, pero merece la pena», sentenciaban.
Un contratiempo imprevisto empañó el arranque de la cita. Varios de los vendedores coincidieron en quejarse por lo que calificaron como «problemas de gestión» que supusieron «retrasos de una hora o más» para poder montar su puesto y abrirlo al público. «Otros años, para las siete de la mañana estamos colocando y descargando todo el género y solemos abrir para las ocho, pero esta vez hemos tenido que hacerlo a las nueve o más porque nos han hecho esperar», señalaban en alusión a responsables «del Ayuntamiento». «Ha habido problemas para el montaje, nos han tenido parados y nos han separado», afirmaban los afectados. Esto también dejó esperas entre los compradores más madrugadores, que suelen presentarse antes de las 8.00.
A pesar de que la mañana arrancó «un poco floja» y «paradita» a juicio de los vendedores, a medida que pasaron las horas el creciente río de compradores se fue haciendo más y más extenso y para mediodía, con el cielo algo encapotado, ya no cabía un alfiler. «Aquí para la una ya no queda nada», vaticinaban en Sierra. En Hortifrutas Otero agotaron existencias «a las doce», ya que «tenemos clientes fijos».
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