Bildu se postula para dar otra vez «estabilidad» a Vitoria y el PNV le reprocha «que llega tarde y mal»
La alcaldesa evita confrontar con Rocío Vitero, marca distancias con el PP y lanza un guiño a Elkarrekin
La segunda jornada del debate general de política municipal ha evidenciado que los socios del Gobierno Local, PSE-PNV, tienen estrategias diferentes a la hora ... de tender la mano a futuros pactos con la oposición. A mitad de legislatura y en minoría, sin los votos de EH Bildu, PP o Elkarrekin al Gabinete Etxebarria le será imposible sacar adelante ni nuevas ordenanzas fiscales, ni presupuestos, ni planes urbanísticos. Pero mientras la alcaldesa ha evitado la confrontación con la coalición abertzale, su aliado económico de los dos últimos ejercicios, la primera teniente de alcaldesa, la peneuvista Beatriz Artolazabal, le ha lanzado un contundente: «los conversos a la cola; llegan tarde y mal».
«No tenemos socios preferentes», le ha espetado a una Rocío Vitero, líder de EH Bildu, que se había postulado de nuevo como garante de la «estabilidad» de un Gobierno al que encuentra, ha dicho, «falto de proyecto compartido». «Esta pareja de baile se pisa bastante», les ha dicho a PSE y PNV. «Tienen que ser honestos, si tienen estabilidad es por EH Bildu, que tiene claro por dónde avanzar».
Artolazabal, que en anteriores debates del estado de la ciudad mantuvo un tono menos combativo en lo político, ha rechazado que la formación soberanista se presente «como si hubiera inventado la responsabilidad institucional». Ha remachado que la coalición PSE-PNV ha pactado «con todos» los grupos y se lo ha agradecido, consciente de su minoría. «Una cosa es sumar acuerdos y otra atribuirse el mérito de que Vitoria funciona gracias a que EH Bildu ha acordado unos presupuestos y ordenanzas».
«Resulta curioso escucharles cuando durante muchos años han despreciado las instituciones, han estado fuera del sistema, cuando peor mejor... Y ahora quieren que creamos que han inventado la gestión. Los conversos a la cola; llegan tarde y mal». Y ha hecho alusiones a su silencio ante los sabotajes a las empresas de renovables y más recientemente ante la quema de un muñeco con su cara en las hogueras de San Juan.
El debate
¿Ha empezado el PNV a tomar distancias con EH Bildu de cara a próximas citas electorales? Se verá este mismo curso, en el que su socio de gobierno, el PSE, aún confía en reeditar pactos para salvar las cuentas. Maider Etxebarria ha vuelto al menos a tender la mano a los grupos, a Bildu pero en especial al Elkarrekin, al que ha dedicado sus últimas frases en un debate en el que nadie se ha salido del guion.
Rocío Vitero, la portavoz de la coalición abertzale, la fuerza más votada en las municipales, ha sido la encargada de abrir la segunda sesión, en la que ha defendido el papel «de las fuerzas del progreso para buscar puntos de encuentro» y huir de quien «se afana en la involución». Frente a quien les quería «arrinconar y llevar a la irrelevancia política» ha citado la lista de programas y proyectos que ha logrado sacar adelante con su apoyo a las cuentas del Ayuntamiento, entre ellos los pisos para jóvenes en el Casco Viejo, las ayudas a la apertura de nuevas tiendas, las viviendas comunitarias o las comunidades energéticas . Y en consonancia con esta línea de trabajo, ha vuelto a proponer al gobierno dos grandes pactos, «por un modelo de cuidados digno y una transición ecosocial justa», a los que ha sumado otros tres por la vivienda, convivencia y seguridad «alejados del ruido y la bronca».
El líder de los populares en el Consistorio, Iñaki García Calvo, ha insistido en su mensaje de que los diez últimos años de gobiernos del PNV y el PSE «han llevado a la ciudad al abismo». Su «modelo» de la seguridad, la vivienda, la industria o los servicios sociales es radicalmente diferentes de la del Gabinete de Maider Etxebarria. No se ha negado sin embargo al acuerdo. «Estamos dispuestos a dejar las siglas de lado por un nuevo pacto de vivienda, un Plan General realista o para evitar el colapso de los servicios sociales». «Elija entre un modelo de izquierdas fracasado o un proyecto alternativo».
Progresismo o gobernabilidad
Garbiñe Ruiz, de Elkarrekin Podemos, ha centrado su discurso en cuestionar que Vitoria siga siendo referente de sostenibilidad y de inclusión social. Critica por poco «ambiciosa» la zona de bajas emisiones, el plan de movilidad a los polígono o una transición energética que va al «ralentí». «Ya no es el faro de sostenibilidad». Y además, en cuestión de vivienda, le ha echado en cara al PSE-PNV que después de recargar el IBI a los pisos cerrados «vea que no funciona y anuncie que va a estudiar aplicar el canon de vivienda vacía». «Prioriza la gobernabilidad del PNV por encima políticas sociales progresistas», le ha achacado al PSE. Aun así, «pese a su poca voluntad de negociar con este grupo, tendemos la mano».
Etxebarria ha cogido ese guante sin cerrarse a acuerdo con los demás grupos, incluido el PP, con el que ha sido más contundente. Además de negar los datos que ha ofredido García Calvo sobre cierres de comercios le ha acusado de mantener un «discurso totalitario» en materia de seguridad ciudadana. Incluso ha dicho que las primeras okupaciones ilegales , entre las que mencionó Errekaleor, Olárizu, el colegio Ruiz de Garibay, Arkaute o la Casa Alfaro, «se las colaron a ustedes».
El PP pone a Etxebarria «frente a su espejo» y anuncia un «cambio de ciclo imparable»
El portavoz del grupo municipal del PP, Iñaki García Calvo, intentó ayer echar por tierra todo el discurso «irreal» de la alcaldesa y ponerla «frente a su espejo». Es decir, sacarla de «su reclusión» y hacerle ver que la capital alavesa carece, a su juicio, «de proyecto, de rumbo y de ambición». «No me gusta hablar mal de Vitoria, pero no puedo hablar bien de este gobierno», dijo.
Tras este arranque pasó a dibujar el mismo panorama de sus últimos discursos sobre «una sensación de inseguridad cada vez mayor», un comercio que se «desangra», una burocracia «desesperante», un proyecto estratégico de alta velocidad «desterrado a 2040», el «colapso de los sistemas de protección social que agravará el macrocentro de refugiados de Arana», un Plan General «que nace fallido y que hay que modificar al día siguiente» para tener más suelo para industria, de «criminalizar» a los propietarios con el recargo del IBI...
Como novedad, García Calvo se refirió al plan de choque de vivienda presentado la víspera por la regidora socialista. Cuestionó que la iniciativa para construir 1.383 de esas casi 3.000 nuevas VPO y viviendas tasadas previstas en tres años se deje en manos privadas «sin decir por dónde van a evolucionar esos umbrales de acceso a pisos tasados».
El líder popular, que recordó la «enorme generosidad» que tuvo su partido para permitir que Etxebarria fuera investida alcaldesa en lugar de EH Bildu, lanzó un mensaje a los vitorianos en clave electoral. «No es tiempo para la resignación. Comienza un cambio de ciclo que es imparable.... Y frente a esa incapacidad probada, ofrecemos una alternativa distinta, con un proyecto, un liderazgo que devuelva la esperanza, porque se puede conseguir una ciudad viva, segura y con futuro».
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