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Pasan las horas y, con ellas, crece la angustia entre los 171 trabajadores de Guardian. Los sindicatos apuran las opciones para evitar el apagón del ... horno de vidrio flotado en la planta de Llodio y buscan la implicación de otras autoridades para frenar una medida que haría que esta infraestructura quedase prácticamente inservible.
En un movimiento rara vez visto en Euskadi, ELA dio un paso más y optó por judicializar la paralización de la principal instalación de la antigua Villosa. El sindicato ha solicitado al Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) que freme de forma cautelar esta medida antes de que no haya vuelta atrás.
La decisión no es baladí. El sindicato, con mayoría en el comité de la planta alavesa, busca imitar así un caso que ya ocurrió en el pasado. En 2020, la justicia gallega impidió que se parasen las cubas de la factoría de aluminio de Alcoa en Lugo gracias a las medidas cautelares solicitadas por las centrales CCOO, CIG y UGT ante esta magistratura.
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En ese caso, la representación de la plantilla planteó que no se adoptase una decisión así hasta que no se resolviese el ERE que había presentado Alcoa para los trabajadores y que estaba impugnado por los sindicatos. La parte social de la factoría gallega argumentó entonces que la parada de esas cubas hacía extremadamente difícil volver a producir después, exactamente igual que ocurre ahora con Guardian. La única diferencia reside en que aquí todavía no hay un ERE sobre la mesa, pero sí la certeza de que el expediente para extiguir los contratos de toda la plantilla llegará en marzo a la mesa de negociación.
Fuentes cercanas al comité de empresa confían en que la justicia se posicione a lo largo de hoy para evitar la paralización del horno. En paralelo, ELA apeló a los departamentos de Industria y Trabajo del Gobierno vasco para que «impidan en las próximas horas» que Guardian inicie el proceso para inutilizar la máquina clave para elaborar vidrio en la antigua Villosa.
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En este sentido, el comité también busca que Osalan se interponga en el camino de la multinacional americana. Denuncian que el apagado de la infraestructura se hará sin un protocolo de actuación. Gabriel Ainz, delegado de prevención de riesgos laborales en el comité, incluso alertó ayer de un «grave riesgo de que el horno colapse y se caiga el edificio». Pese a ello, no ocultó que el movimiento buscaba «ganar algo de tiempo». La plantilla, mientras, aprobó ayer en asamblea, «por unanimidad», ir a la huelga indefinida desde el jueves.
Antes de esos paros se esperan 48 horas intensas en Llodio. Hoy está previsto que el Departamento de Industria se reúna con Guardian para tratar de frenar la desactivación del horno prevista para mañana. En paralelo, habrá que ver si la justicia mueve ficha para denegar esa medida.
Sin embargo, si nada hace que la empresa cambie de opinión, la jornada clave será mañana. Desde las 7.00 horas la plantilla se concentrará a las puertas de la factoría para protestar contra la parada de la máquina industrial. Aunque esa jornada no es de huelga, Ainz dio por descontado que ese procedimiento, que requiere de «unas quince o veinte personas», será acometido por expertos ajenos a Guardian Llodio. «Nos imaginamos que va a venir una compañía de fuera a hacerlo porque nuestra gente no se ve en estos momentos capacitada para hacerlo».
El portavoz sindical no quiso aclarar si impedirán el acceso de esos técnicos externos el próximo miércoles. Dejó entrever que «no nos gustaría que entrase nadie de fuera», pero los trabajadores son conscientes de que tendrán «visita» de las fuerzas de seguridad para impedir que eso suceda.
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