Cierra el mercado municipal de Llodio por el derrumbe del techo
Los tres comercios afectados piden al Ayuntamiento «una solución provisional» para reubicar sus puestos de venta en otro lugar
Llodio está sin mercado municipal desde este juves, cerrado de manera forzosa e inesperada por el desplome del techo de la lonja que lo alberga ... la noche anterior. Afortunadamente, la estructura del inmueble se vino abajo de madrugada, cuando en el local de la calle Zubiko Kurajo, que dispone de tres negocios particulares, no había ni vendedores ni compradores porque aún no era hora de atención al público.
La alarma le saltó al propietario de la charcutería Mari Paz, que dispone de un sistema de cámaras de seguridad que alertó del percance al precipitarse la escayola sobre el mostrador y el suelo. Llamó de inmediato a la Policía Local, con la que se acercó al mercadillo para una primera evaluación del estado de la lonja, y a los otros dos dueños, los de la carnicería y la pescadería que aún mantienen abiertos sus negocios tras la reubicación que sufrieron hace apenas un año. El destrozo era de tal magnitud que en ese preciso instante se determinó clausurar la pequeña plaza de abastos y acordonar su acceso ante el riesgo de caída de otros materiales en suspensión.
El percance sucedió de madrugada, cuando los comercios estaban sin vendedores ni clientela
«Es una enorme faena», expresa Iker Landeta, de Toñi Arraindegia, el puesto más afectado por el desplome del techo, en conversación con ELCORREO. «Esta mañana ya no hemos podido abrir y no sabemos cuándo será posible» explicó el pescadero. Estaba a la espera, como los demás implicados por el percance, de la valoración de daños de los peritos de las compañías aseguradoras. Según las primeras impresiones, el techo se precipitó por «un cúmulo de circunstancias», entre otras razones, por humedades y posibles desperfectos de los materiales por el paso del tiempo.
«A ver si el Ayuntamiento nos da una solución provisional», clama Landeta. «Claro, también hay que determinar responsabilidades porque aquí habrá que reclamar daños y perjuicios», añade el dependiente. Además de las ventas que se perderán mientras los negocios estén inutilizados, el género guardado en cámaras y estanterías para su venta inmediata tampoco tendrá salida estos días. Landeta recuerda que hace un año, cuando se trasladaron a la ubicación actual mientras se ejecutan las obras del nuevo mercado de Llodio, «ya estuvimos un mes sin trabajar. Ahora nos viene esto», exclama.
«Solo somos tres puestos, pero de muy buen género y clientela fiel», defiende Landeta. «Es un mercado selecto». Mientras, no les queda más remedio que esperar acontecimientos, solicitar ayuda al Ayuntamiento y explicar a la gente lo sucedido en la misma puerta echada de la plaza.
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