Vitoria llena la despensa para Nochebuena

La lluvia no ha echado para atrás a miles de personas que se han acercado a la cita organizada por la Fundación Vital y en la que un año más se han generado largas colas para hacerse con uno de los calendarios y bolsas plegables que se repartían en los accesos. Cuando el agua ha dado una tregua, el evento ha lucido un aspecto abarrotado. «Como siempre, la mañana se está dando maravillosamente bien. Y si no llueve mucho más arrasaremos», compartía jovial Pedro Aguirrezabal sin dejar de despachar chorizos y lomos «del gran Mendiola». Más de 40 años lleva asistiendo a esta cita «con lo mejor de nuestra casa para alegrar los platos navideños».

Y de un veterano a un novato. Ander Abaitua se estrenaba este año en el mercado con su miel producida en Leza, Rioja Alavesa. «Del panal, directa al tarro. No le añado nada más», presumía este joven de 25 años, que celebraba que había «mucho movimiento» de público. «La acabo de probar y sabe a miel, miel. Deliciosa», piropeaba una potencial clienta.

El centenar de puestos presentes este 2024 están regentados por 81 vendedores. De ellos 42 proceden de Álava (52%) y el resto han llegado de otras dieciséis provincias, desde Girona a Asturias, Salamanca y también del País Vasco francés. Hay artesanía, embutidos, conservas, queso, miel, pan, repostería, vinos, licores, aceite, aceitunas y encurtidos... Todo lo necesario para llenar la despensa de cara a la Navidad e incluso para el resto del año.

«Aquí viene gente que se lleva cajas enteras para tener provisiones para todo el año. Y también personas que quieren algo más selecto, un capricho para Nochebuena», desgranaba Ismael Jiménez, de Conservas Artesanas del Reyno, llegado desde Alsasua. «Lo que más nos piden son espárragos, alcachofas y pimientos», detallaba. Todo, por supuesto, de la huerta navarra.

Entre la clientela, la gran mayoría son alaveses y repetidores, pero también ha habido en esta edición visitantes más 'exóticos'. Era el caso de un grupo de estudiantes del máster de Análisis Forense de la UPV. Raúl, Julia, Gemma y Nerea son de Toledo, Barcelona, Valencia y Albacete. «Nos enteramos por las noticias que había esto y hemos venido a ver el ambiente, nos ha sorprendido que hay muchísima gente. Tiene muy buena pinta, queremos probar los talos», compartían estos jóvenes.

Y junto a los puestos de talos, estudiantes de la Escuela de Hostelería de Egibide repartían pintxos de 'parmentier' de hongos y castañas con huevo poché y migas de jamón Basatxerri y otro de estofado de garbanzos con berza, rabo, manitas de cerdo y shiitake salteado. Ideal para entrar en calor esta lluviosa y fresca mañana. «Estamos aquí aguantando el chaparrón, nunca mejor dicho. Pero la gente está animada y el año pasado fue un éxito, así que tenemos buenas expectativas», sostenía Koldo Huete, profesor de la Escuela de Hostelería. El pintxo se vende a 1 euro y todo lo recaudado se destinará a la asociación de Daño Cerebral Álava.