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Mientras buena parte de la comunidad artística lamenta el cierre de la sala Amárica, la diputada de Cultura de Álava, la socialista Ana del Val, ... defiende su transformación en un centro de emprendimiento e innovación. La responsable foral justifica esa decisión en la baja asistencia de público:4.000 personas de media al año.
«No hay una rentabilidad social en la sala y eso, por supuesto, es un fracaso. No hemos conseguido llenarla, no hemos conseguido tener más afluencia de público», afirma Del Val en declaraciones a EL CORREO. Sostiene, en definitiva, que prescindir del espacio para uso cultural es una decisión «muy meditada». El cierre está previsto para finales de junio. Será entonces cuando se realizará una pequeña reforma para acoger la nueva actividad, que dependerá del departamento de Desarrollo Económico.
«Llevamos desde el año 2019 viendo datos de afluencia de público, analizando cómo podríamos utilizar mejor este espacio con otros proyectos», recalca Del Val acerca de un anuncio hecho público hace menos de una semana y que ha levantado una gran polvareda en el sector.
La cultura alavesa, que ha expresado su hondo malestar por esta decisión en un amplio reportaje en ELCORREO, ha pasado a la acción con la asociación Amárica Elkartea, que ha lanzado una campaña contraria al cierre en la web Change. Ayer por la tarde llevaba más de 350 firmas recogidas. «Manejo mal este descontento porque siempre he intentado dialogar y coordinar», dice Del Val acerca de las voces críticas contrarias a este cambio de rumbo. «Muchas personas me han contado que había que hacer algo. Públicamente no lo van a decir porque, evidentemente, para el mundo de la cultura se vive como una pérdida, pero no es tal», sostiene.
Desde el departamento que dirige Del Val insisten en que el cierre de este espacio expositivo no supondrá que se cancelen las diferentes iniciativas, como Viphoto o Tetrapack, que hasta ahora se llevaban a cabo en la emblemática sala creada en 1989 y cuyo rumbo en los últimos años se ha caracterizado por un programa poco definido.
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La intención es trasladar la mayor parte de esas propuestas a la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa, que a finales del año pasado se remodeló para acoger exposiciones. «Es un espacio con muchísima más actividad y visibilidad», defiende Del Val acerca de ese espacio ubicado a la derecha de la entrada. «Contra lo que dicen algunas opiniones, pretendemos que se exponga y que se vea la gran creatividad que tiene Vitoria y Álava en el sector cultural».
La responsable foral insiste en el potencial de la Casa de Cultura. «Entran todos los días unas 4.163 personas», dice en referencia a los usuarios de la conocida biblioteca del parque de la Florida, lo que incluye a quienes acuden a estudiar, clubes de lectura o presentaciones. «Son personas que entran, porque el espacio de exposición está en la entrada», dice Del Val. «A la Sala Amárica acudían 4.000 personas al año, no más. Y gastábamos alrededor de unos 100.000 euros anuales en exposiciones».
Según los cálculos de la Diputación se prevé que la última exposición en la Sala Amárica bajará la persiana en junio. Estará dedicada al «centenario de una compañía eléctrica». Este mismo viernes se inaugura una exposición 'Gerra eta denbora', una muestra colectiva promovida por Espazioa.
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