Amaia Ortiz, fitopatóloga: «Los alaveses nos merecemos el apodo de patateros»
La jefa de sanidad vegetal en Neiker repasa mañana los hitos en la historia del cultivo en su discurso de ingreso en la Real Sociedad Bascongada
«Médico de plantas». Así resume Amaia Ortiz Barredo lo que es una fitopatóloga. Esta jefa del departamento de producción y protección vegetal en Neiker ( ... Instituto vasco de investigación y desarrollo agrario) ha dedicado media vida a estudiar las enfermedades en diferentes productos. Remolacha, trigo... Este jueves 19 de diciembre ahondará en la historia del cultivo que más identifica a los alaveses con su discurso de ingreso en la Real Sociedad Bascongada. 'La patata en Álava: un repaso a su historia y a lo que no está escrito' lleva por título. El acto se iniciará a las 19.00 horas en Neiker, conocida también como la Granja Modelo de Arkaute.
– ¿En qué momento se encuentra actualmente la producción de patata en Álava en comparación con otras provincias?
– Álava sigue siendo el principal productor de patata de siembra en España. Pero estamos hablando de que solamente hay 600 hectáreas frente a las 7.000 que hubo. Dado que Álava produce muy poquito, muchos agricultores compran esa patata para sembrarla en Países Bajos, Francia y Escocia antes.
– Con el Brexit, esa compra se ha frenado en Escocia.
– Estamos en un momento interesante porque el Brexit ha implicado que Escocia salga de Europa y el 40% de la patata de siembra que se necesita en España se traía de Escocia. Ahora Álava tiene la oportunidad de producir esa cantidad. Por eso estamos en un momento revolucionario también.
– ¿Cómo explicaría a alguien que no conoce el término qué es una fitopatóloga?
– Un médico de plantas, eso es.
– ¿Qué formación se necesita para serlo? ¿Cuál ha sido su recorrido?
– Hice Biología en la universidad de Leioa. Eran cinco años de estudios y, cuando estaba en cuarto, una amiga me habló de la Granja Modelo (germen de Neiker) que había en Arkaute. Fuimos diciendo que éramos biólogas y queríamos hacer prácticas. Les pareció bien y a mí se me abrió el mundo, sentía que había encontrado lo que más quería.
– ¿Cuál ha sido el mayor momento de esplendor de la patata en Álava?
– El momento de esplendor duró del 33 al 87, incluso hasta el 87. Pero 1985 es el punto de inflexión porque entra España en la Unión Europea.
– El título de su ponencia sugiere que hablará de «lo que no está escrito» sobre la patata en Álava. ¿Qué figuras destacaría que han quedado olvidadas?
– El trabajo va dedicado a la memoria de José Buesa, que pasa desapercibido absolutamente en todos los papeles que hablan de la historia de la patata y tuvo un papel clave en 1933. Era ingeniero técnico agrícola y se dio cuenta del estado de degradación y de enfermedad que tenía el tubérculo. Fue quien avisó a Díaz de Mendívil, que era un personaje muy popular, con grandes cargos, que se podía perder toda la producción. Se movieron muy rápido ante una crisis que estaba ya encima.
– ¿Y cómo afrontaron esa crisis?
– Toman las riendas de buscar un sitio para sanear la patata. Tuvieron el apoyo del Gobierno de la Segunda República. Viajan a Holanda y Alemania, donde también se siembra. Traen ideas, llegan a España y buscan por toda la geografía el sitio más adecuado. Decidieron que era en el monte de Iturrieta. La información científica era mucho menor, pero era buena por ser un altiplano y una zona cultivable a mil metros de altura.
– ¿Cuándo se empieza a conocer a los alaveses como patateros?
– Tiene que ver con eso. A partir de 1933 empiezan a labrar de una forma mucho más seria, en zonas altas, se impulsa una normativa e Iturrieta se convierte en el centro de producción de la patata de siembra (Estación de Mejora de la Patata). Hubo un parón del 36 al 39, pero de allí salía toda la patata que se volvía a sembrar en otros sitios como Galicia, en Andalucía… Nos conocen con el apodo de patateros no por la patata de comer, sino por la patata de siembra.
– ¿Qué opina del apodo?
– Es justo. Porque la verdad es que éramos patateros 100%. Álava estuvo vinculada a los cultivos, a la agricultura. El de mayor esplendor fue la patata. Generó mucho potencial económico en la provincia y fue lo que daba dinero durante un tiempo.
– ¿La entrada de España en la UE cómo afectó al sector?
– En 1985 se liberaba el mercado, pero hasta entonces no teníamos competencia. Llegan los holandeses y traen una patata no solo barata, sino espléndida, ya que habían investigado mucho. La producción cae en picado en Álava.
– ¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta el sector?
– Fundamentalmente al cambio climático, porque la población de pulgones (propagan virus) cada vez es mayor en tierras altas. Y no solo de pulgones, sino de otras plagas emergentes, como son los cicadélidos y otras enfermedades que están haciendo un daño tremendo.
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