Adif culminará antes de verano la terminal de mercancías para conectar Júndiz con Europa

¿Qué va a suponer esto para el polígono industrial? Fundamentalmente, tener la 'llave' para conectar el eje Atlántico europeo que saque a miles de camiones de las carreteras mediante una suerte de autopista ferroviaria entre España y el resto de Europa. El objetivo que se ha ido fijando en los últimos años es que el tráfico de mercancías sobre raíles pase del 5 al 10% antes de 2030.

La clave de esta infraestructura es que permitirá trabajar con trenes tanto de ancho ibérico como de ancho estándar. Es decir, que los convoyes que circulen por Vitoria no tendrán que pasar por el trámite de tener que parar en Hendaya o en Irún para adaptarse al ancho de las vías españolas o del resto del continente. Para eso se habilita lo que en el argot ferroviario se conoce como el 'ancho mixto', capaz de trabajar con los dos tipos de raíles. A partir de verano, por tanto, Júndiz podrá recepcionar enormes convoyes de hasta 740 metros de longitud -aunque las vías de carga y descarga más grandes sólo tendrán una extensión de 600 metros- y estará preparada para operar cuatro trenes al día y 50.000 contenedores al año.

Inicialmente, el plan con el que trabajaban tanto Adif como el Ministerio pasaba por terminar la obra durante el invierno. Sin embargo, «las obras se vieron afectadas por retrasos en el suministro de materiales y las inclemencias meteorológicas», explican desde la empresa pública. Pese a ello, la intervención está «muy avanzada» y de ahí que se prevea culminar la obra antes de que acabe este trimestre. Ahora mismo «se trabaja en la conclusión de las actuaciones de vía y electrificación, la reposición de servicios afectados y las instalaciones de seguridad», añaden estos mismos medios.

La nueva terminal permitirá situar a Júndiz como un polo prácticamente único en España. Vitoria será la primera plataforma de este tipo ligada al Corredor Atlántico. En España, fuera de la capital alavesa sólo habrá infraestructuras de este tipo en Madrid, Barcelona, Valencia y Valladolid. Con la inversión de Adif, el Ministerio de Transportes gana lo que el propio gabinete de Óscar Puente tilda de «una apuesta estratégica de futuro». Pero Álava también ve reforzada la vocación logística que ha ido ganando a base de plataformas logísticas como Arasur, Subilllabide o el propio Júndiz, vías como la A-1 o bases como la de DHL en Foronda.

La intermodal viene a completar esa oferta logística de territorio. Además, lo hace justo antes de que se vuelva a abrir la pugna entre empresas para gestionar el tráfico de mercancías en Júndiz. Y es que el control sobre la futura plataforma ferroviaria, volverá a salir a concurso público en cuestión de meses.

En la actualidad la operativa en este punto está controlada por Sibport, una sociedad que agrupa los intereses de la Autoridad Portuaria de Bilbao, Noatum -una firma logística en manos del fondo soberano de Emiratos Árabes- y la vizcaína Transitia. Sin embargo, esa concesión caduca en septiembre, de modo que en el nuevo contrato se accederá a una infraestructura puntera y prácticamente a estrenar, lo que hace que fuentes del sector auguren una guerra de operadores privados.

«Adif ya trabaja en la elaboración de los pliegos de la nueva licitación para la gestión de la terminal. Asimismo, garantizará la continuidad del servicio en la terminal en todo momento», puntualizan desde la empresa pública.

El puerto de Bilbao tratará de defender su posición en la intermodal y ya adelantó en otoño que peleará por ese contrato. «Queremos estar e invertir en Júndiz, que será un tractor de inversiones industriales. Echaremos el resto para venir y ser un complemento para hacer más competitiva la región y su área de influencia. En la nueva terminal ferroviaria, estamos dispuestos a llegar donde Álava y el Adif nos permitan», señaló Andima Ormaetxe, director de Operaciones, Comercial y Logística del puerto durante el foro Transmodal durante el pasado otoño. Bilbao, según explican fuentes conocedoras del sector ferroviario, necesita de Júndiz para mantener su posición logística -controlan los puertos secos de Pancorbo y Arasur- y evitar que los competidores del Corredor Mediterráneo también se posicionen en la red atlántica.

La nueva infraestructura de Júndiz, no obstante, es sólo la primera piedra de un plan mediante el que Adif pretende invertir hasta 100 millones en cuatro fases. Tras esta primera intervención se contempla una segunda terminal en Villodas, donde se podrían operar hasta tres trenes al día y también se instalarían otras tres vías de ancho internacional y se invertirán 39,4 millones. Para desarrollar esta segunda inversión el ministro Puente ya emplazó al Gobierno vasco a suscribir un convenio con el Ejecutivo central que permita ejecutar esa infraestructura.

Después volverían las intervenciones a Júndiz y en una cuarta fase se volvería a mejorar las vías en Villodas. Las previsiones que maneja Transportes es que cuando todo esté completado se pueda trabajar con hasta diez trenes cada día y Álava pueda mover hasta 190.000 contenedores de forma anual.