Borrar
El blanco se está haciendo con amplias zonas de la ciudad en las últimas fechas

Una semana de amaneceres a bajo cero y lo que nos espera

Álava acumula siete heladas consecutivas. Este martes, Vitoria, hoy, ha sido de las más afectadas, con una mínima de -4 en Abetxuko. Salvatierra se ha ido a los -5,7

Sergio Eguía

Martes, 3 de enero 2017, 10:30

Como la gota malaya. Los amaneceres a bajo cero no cesán en Álava. Y, lógicamente, empieza a hacer mella en la salud y la paciencia de los vitorianos. que los Puntos de Atención Continuada de la ciudas estén saturados por la gripo no es casualidad. Entre los que se han salvado, por ahora, del moquillo, la cosa se divide entre los que están hartos de las gélidas temperaturas, que ayer se fueron a los -3,6 grados en Abetxuko y hoy a los -4, y los que empiezan a no poder más con la cantinela del vecino que pide a gritos que llegue ya el verano. Un clásico. Espere sentado porque Euskalmet no preve que las temperaturas suban en los próximos días. Hasta el domingo seguiremos con fuertes heladas y máximas que a duras penas alcanzarán los 7 grados.

Más allá de las sensaciones, los datos objetivos nos hablan de que este principio de 2017 está siendo fresco. No es nada que no se espere para esta época del año, pero las anormalmente altas temperaturas del otoño parece que nos habían malacostumbrado. Este miércoles, Salvatierra ha bajado a los -5,7. Ayer martes, la mínima del territorio se registró Espejo (-5,3) a poco de Navarrete, que pasa por ser el pueblo más frío de Euskadi. Allí ha bajado hasta los -5. Poca cosa para una localidad que hace cinco jornadas estaba a -7,2 y en la que no es raro ir más allá de los -10 ó 12. En cualquier caso, Antoñana ha marcado la mínima semanal con -7,5.

Salvatierra lleva una semana durita con amaneceres casi diarios en menos cinco. Ayer, -4,9. Y así lleva desde el miércoles de la semana pasada. Por lo demás, los sospechosos habituales. Santa Cruz de Campezo, -4,5; Iturrieta -4,6; Antoñana, -4,6. Nada cambia, ni cambiará hasta que lleguen las nubes y las noches no quede raso. Es lo que tiene la inversión térmica, en la que una masa de aire frío se queda estancada sobre La Llanada, reforzada por los bancos de niebla nocturnos, y en las cumbres, paradojas del clima, se disfruta de temperatuas más templadas. Los que subieron el Primero de Año a nuestros montes lo comprobaron.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo Una semana de amaneceres a bajo cero y lo que nos espera

Una semana de amaneceres a bajo cero y lo que nos espera