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elcorreo.com
Viernes, 5 de febrero 2016, 09:57
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Gabriela, la madre de la niña de 17 meses asesinada en Vitoria el pasado 25 de enero al ser arrojada por la ventana, ha relatado que el detenido por estos hechos también intentó tirarla a ella, pero que se defendió y así pudo salvar la vida. Gabriela, que recibió el alta médica el pasado miércoles tras nueve días ingresada, primero en el Hospital de Cruces y después en el Hospital Universitario de Burgos, ha estado atendida por psicólogos y psiquiatras porque se «derrumbó» cuando recibió la noticia de la muerte de su hija, ha confesado al Diario de Burgos, que publica este viernes las declaraciones de la joven.
«Intento tirarme, sí; pero me defendí. Y justo en ese momento llegó la Policía, a la que llamaron los vecinos, porque yo no podía». Sobre los presuntos abusos a la niña, sobre el momento en que supuestamente le sorprendió, sobre su reacción, prefiere no hablar. «Yo sé cómo ocurrió y se lo he contado ya a los investigadores», señala.
Gabriela insiste que ya les ha contado todo lo ocurrido a los policías que fueron a verla al hospital y no quiere entrar en detalles sobre los presuntos abusos a la niña por parte del detenido, a quien confirma que no conoció esa misma noche. «Si conozco a una persona una noche, no voy a su casa y menos con mi hija», señala Gabriela, aunque no detalla desde cuándo conocía a D.M.G, quien se encuentra detenido en la cárcel de Álava. «No estoy tan loca como para hacer eso», sostiene.
Solo un día en Vitoria
Sobre el día en el que ocurrieron los hechos, Gabriela explica que el joven acudió a Hontoria del Pinar (Burgos), donde estaban pasando el fin de semana con el abuelo de la pequeña, y las llevó a las dos, junto a la tía de la niña, a la capital burgalesa donde viven. Gabriela señala que, en Burgos, dio la cena a la niña y después viajaron a Vitoria con intención de «quedarse sólo ese día».
A partir de ahí, Gabriela afirma que «no quiere recordar» e incluso señala que «ni la televisión puede ver porque a la mínima sale otra vez» por lo que pide que le dejen «tranquila». De momento debe estar a disposición de la Policía y del juzgado de Vitoria que instruye el caso porque la investigación sigue abierta pero después de Semana Santa no descarta viajar a Brasil donde reside su familia materna. «No sé qué hacer», dice mirando a su madre, «depende de lo que ocurra los próximos días». No trabaja y tampoco estudia, con lo que no hay motivos profesionales que la aten a Burgos, señala el diario castellano.
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