139 agentes culturales de Álava se unen para defender la sala Amárica

Desde su creación hace apenas unos días, Amárica Elkartea ha reunido a 139 artistas y agentes culturales, consolidándose como «el colectivo más representativo del sector de las artes visuales en el territorio». Asimismo, la recogida de firmas en contra del cierre ha alcanzado ya más de 1.200 adhesiones «reflejando la amplia oposición del sector y la ciudadanía a la desaparición de este equipamiento cultural». La plataforma tiene un doble objetivo claro: «defender el arte contemporáneo en Álava y exigir la continuidad de la sala Amárica como espacio expositivo». Entre sus integrantes hay nombres como Daniel Castillejo, Dorleta Ortiz de Elguea, Ekain Jiménez, Fernando Iglesias, Gala Knörr, Jon Gorospe, José Vicente Cos, Marta C. Dehesa, Txaro Arrazola o Zas Kultur.

Durante un acto en la librería Zuloa se ha leído un comunicado en el que se ha criticado la decisión «unilateral» de la Diputación, que se ha tomado «sin consulta alguna con el sector cultural ni con su propio Consejo de Cultura». A juicio de esta plataforma, el cierre no es un hecho aislado «sino un síntoma más de la falta de compromiso institucional con las artes visuales en Álava».

Más allá de oponerse al desmantelamiento de la céntrica sala, este colectivo tiene como fin preservar el legado de Fernando de Amárica. «Su patrimonio fue legado para la exhibición de arte. Desvincular la sala de su propósito original es traicionar su memoria y el compromiso institucional con la cultura», han subrayado. Están abiertos al diálogo con la Diputación (por el momento no se han producido contactos) para explorar soluciones que permitan mantener abierto el local. «La sala Amárica es actualmente insustituible en el territorio, su cierre supondría un retroceso en la infraestructura cultural de Álava privando a artistas y ciudadanía de un espacio adecuado para la creación, exhibición y disfrute del arte contemporáneo». Para ella piden una programación «estable, coherente y de calidad, acorde a su relevancia como equipamiento cultural».

Por otro lado, van más allá y se erigen con interlocutor del sector de las artes visuales. Piden fortalecer el ecosistema de las artes visuales en Álava y que la cultura y el arte contemporáneo «sean una prioridad en las políticas culturales del territorio». Seguirán con la recogida de firmas y este viernes se celebrará su primera asamblea en la librería Zuloa para definir la estructura de la asociación.

A esta oposición del mundo de la cultura (también se pronunció en contra el Instituto de Arte Contemporáneo (IAC)) se han sumado otras en los últimos días. La última la de los vecinos del centro agrupados bajo el paraguas de la asociación Ensanche XIX. El colectivo ve con buenos ojos la apertura de un centro de innovación y emprendimiento pero subraya que hay otras «muchas alternativas en el Ensanche» para ubicarlo, mientras que no ocurre lo mismo con una sala de exposiciones de primer nivel.

Desde Ensanche XIX critican que «la escasa rentabilidad social no justifica en modo alguno el cierre de la Sala Amárica, cuya necesidad es muy sentida por públicos y creadores del territorio y alrededores». Pero van más allá y lamentan que la programación de estos últimos años haya sido «más que discutible», basada en «un solo tipo de exposiciones fotográficas, excluyendo otras disciplinas artísticas, poca rotación, marketing inexistente y horarios de mínimos».