Con la rima a otra parte
Los bertsolaris Xabier Silveira y Unai Muñoa trasladaron su vena creativa al rap hace seis años, abriendo una senda muy poco frecuentada
FELIX IBARGUTXI
Martes, 13 de agosto 2013, 02:38
Han pasado ya seis años desde que los bertsolaris Xabier Silveira y Unai Muñoa probaran a unirse a los grupos de rap Aritz Sound System y 121 Krew. De ahí surgió un espectáculo que incluía ingredientes muy variados: para empezar, unos bailes de break dance; luego Muñoa y Silveira cantaban bertsos en formatos clásicos; canciones de los raperos de Aritz Sound System y 121 Krew; más break dance; y, para rematar, Silveira y Muñoa improvisando en plan rap y fusionando sus intervenciones con las de otros raperos. Aquel espectáculo se ofreció en más de una docena de ocasiones y en diferentes escenarios.
Duró un par de años. Fue el primer intento concienzudo de integrar el bertso y el rap. Después ha habido más bertsolaris que han puesto un pie en el territorio hip-hop, pero da la impresión de que este maridaje no es fácil, entre otras cosas porque el rap no tiene muchos seguidores, y en el campo euskaldun todavía menos.
No obstante, sigue habiendo bertsolaris empeñados en improvisar también mediante la filosofía y las técnicas raperas, como los alaveses Iñaki Viñaspre e Iker Pastor, el navarro Ekaitz Astiz, el labortano Odei Barroso...
Película sobre Eminem
Silveira entró en el universo rapero cuando ya era un bertsolari muy rodado, que poseía cuatro txapelas del Campeonato de Navarra: "Eso de improvisar en formato rapero lo descubrí allá por 2006-2007, en unos encuentros organizados por Canal Bizkaia, en Barakaldo, con dos bertsolaris y un grupo de rap. Luego, qué casualidad, en ETB2 echaron la película sobre Eminem y entendí mejor las raíces del rap improvisado".
Conviene matizar que en el mundo del rap hay dos géneros diferentes: las sesiones de improvisación y las canciones que nacen mediante una elaboración concienzuda.
En una primera fase, el lesakarra Silveira cantó junto con el también bertsolari Unai Muñoa. Luego lo ha hecho en bastantes ocasiones con el navarro Ekaitz Astiz. Hoy en día el bertsolari de Lesaka está a otras cosas: "Este año he tenido alguna propuesta, pero las he rechazado. Últimamente estoy centrado en el campeonato de Euskal Herria de bertsolaris. Además, ahora que conozco más el rap, tengo el sueño de escribir unas letras y sacar al menos un disco. Creo que hay que trabajar más el rap en euskera, entre otras cosas porque el listón que ha impuesto el bertsolarismo está muy alto. A nosotros nos ha llegado el rap procedente de España y de Latinoamérica, y me parece un rap rudo, poco elegante e inteligente, centrado sobre todo en lo que llaman 'batallas de gallos'. Ese tipo de rap no me parece interesante para trabajarlo en euskera. Pero si fueran posibles esos 'enfrentamientos' en un ambiente de broma e ironía, como ocurre en el bertsolarismo, seguramente yo también me atrevería".
Silveira admite que todavía no se considera rapero, pero cree que merece la pena trabajar ese estilo, porque tiene encaje dentro del bertsolarismo, y además lo enriquece. "Pero en Euskal Herria todavía cuesta entender el rap como una posible variable del bertsolarismo".
Su exsocio, Unai Muñoa, hizo su primera incursión en el rap hace ocho años. Era también un bertsolari contrastado. "Tengo amigos en Lasarte que han ejercido de raperos, y ocurrió que queríamos hacer algo de cara al maratón del euskera que se hace cada cuatro años. O sea, que son ya ocho años. Un amigo se subió a pinchar ritmos de rap, y yo me puse abajo cantando bertsos con estructura de seguidilla, en solitario y sin parar durante media hora", comenta.
"Sigo porque lo paso bien"
El bertsolari labortano Odei Barroso, bastante más joven que Silveira y Muñoa, es un enamorado del rap. Comenzó en la escuela de bertsos de Ciboure con doce años, "pero ya antes había imitado a los raperos en casa". Ha fundado junto con su primo Gorka Rodríguez y unos músicos la formación rapera 2ZIO, muy conocida al otro lado del Bidasoa, y que este 7 de setiembre actuará en Zestoa.
Barroso nació en Barakaldo, una población con fuerte tradición de grupos de hip hop, pero reside desde hace muchos años en la localidad labortana de Urrugne. Se propone pasar bastantes años en esto del hip-hop, sin dejar de lado el bertsolarismo clásico. Y no quiere ni oír hablar de batallas de gallos: "Son ofensivas, superficiales, con recursos fáciles".
Otro caso de bertsolari rapero es el del vitoriano Iñaki Viñaspre. "Comencé a rapear tontamente, porque tenía un amigo que sabía. Me puse a ello en serio en el año 2008, cuando se celebró el festival Piztu Gasteiz, porque vino Xabier Silveira con Aritz Sound System y 121 Krew, y yo también me animé a rapear un poco, y luego seguí con ellos de un sitio para otro. Antes realizaba más actuaciones que ahora. Para mí ha sido como un juego, y sigo ahí porque todavía lo paso bien. Pero creo que el bertso te permite decir más cosas. El rap es agradable porque tiene ritmo y te permite hacer paradas".
El de Ekaitz Astiz es un caso diferente. Al igual que Silveira, Muñoa, Barroso y Viñaspre, comenzó en el bertsolarismo y luego metió las narices en el hip hop, pero este navarro del valle de Ultzama ha dejado bastante de lado los bertsos. Básicamente se dedica a crear canciones y a cantar en la formación rapera Goienetxe Anaiak, y de vez en cuando también se atreve con el rap improvisado. Tiene 25 años, estudió Ingeniería Informática y trabaja en ese campo.
Goienetxe Anaiak nació hace cuatro años integrado por ZKH (Ekaitz Astiz), Mister Fru y Dj Biguria. Tras una maqueta, el año pasado publicó su primer disco: 'Anaia Nagusia'. Canta exclusivamente en euskera, "siempre en favor de los trabajadores y de nuestra lengua, ¡pero ojo!, no son panfletos. Tienen su ironía. Lo último que quiero es adoctrinar a nadie", nos dice Astiz. "Y siempre cantaremos en euskera. Hay que ser consecuentes".