"En esta casa se ha llorado mucho", reconocía la mujer de Urkullu
El deseo del lehendakari de mantener a su familia unida ha supuesto un auténtico quebradero de cabeza para el líder jeltzale
OLATZ BARRIUSO
Jueves, 27 de diciembre 2012, 14:27
La mudanza de Iñigo Urkullu a Ajuria Enea, la residencia oficial del lehendakari en Vitoria, se ha convertido en un asunto muy doloroso para el líder jeltzale. Desde que el PNV confirmara su candidatura a la Lehendakaritza, Urkullu y su esposa, Lucía Arieta-Araunabeña, padres de tres hijos veinteañeros y universitarios, han intentado mantener unido el núcleo familiar pese al drástico cambio que supone ver al padre como jefe del Ejecutivo vasco.
No obstante, sus deseos de continuar viviendo los cinco juntos -hasta ahora, Urkullu y su familia residían en un adosado en Durango con sus dos perros- chocaban, lógicamente, con los planes de unos jóvenes -Kerman, de 23 años; Malen, de 21; y Karlos, de 20- que tienen su vida hecha entre la facultad y los entrenamientos deportivos.
Según fuentes muy cercanas a Urkullu, el lehendakari ha sopesado en todo momento cómo conciliar "el mantenimiento de la convivencia familiar con las responsabilidades y servidumbres del cargo". Dicho de otro modo, ha estado barajando la posibilidad de vivir a caballo entre Vitoria y Durango -su antecesor, Patxi López, dormía algunos fines de semana en su piso bilbaíno- para ver más a sus hijos.
"Espero que la decisión sea compartida por todos los miembros de mi familia. Si vivimos juntos el matrimonio pero no los hijos, o no todos, ya no voy a verles cada noche. Espero corresponder con el ejercicio de ser padre", confesaba Urkullu a EL CORREO el 11 de noviembre. En aquella entrevista, y después de que, en un reportaje durante la campaña, su esposa Lucía admitiese que "se ha llorado mucho" en su familia, Urkullu desveló que las lágrimas seguían ante la dificultad de buscar una solución satisfactoria para todos.