El Ayuntamiento adquiere por 9.000 euros un inmueble de la iglesia de San Juan
Retoma el proceso de compra de los edificios anexos con un trujal en plaza del Mercado 9
salvador arroyo
Jueves, 23 de julio 2015, 00:13
El Ayuntamiento ha retomado el proceso de compra de los inmuebles que afectan a la iglesia de San Juan, en el corazón del Centro Histórico. La Junta de Gobierno Local formalizó el pasado martes la compra de un trujal ubicado en el número 9 de la plaza del Mercado. Desembolsará 9.271 euros. Se cierra así una operación otras continuarían aún abiertas tras un proceso de negociación con los propietarios que quedó bloqueado en diciembre del pasado año, cuando la oferta exigida por el dueño de uno de los edificios llevó al Ayuntamiento a desistir y asumir de motu propio una serie de trabajos de consolidación en lo que queda del templo, que cuenta con declaración de Bien de Interés Cultural (BIC).
Desde que en 2002 (tras sendos plenos celebrados el 14 de marzo y el 7 de noviembre) la entidad local asumiera su compromiso de adquirir todo el conjunto de estructuras asociadas a la iglesia resultado de la política de desamortización de Mendizábal la compra se ha realizado de forma paulatina. «Aquellos acuerdos establecieron la necesidad de ocupación de los bienes inmuebles que forman parte de la antigua iglesia de San Juan», recordó ayer la alcaldesa, Aitana Hernando, quien precisó que «nos hemos hecho ya con la mayor parte, pero aún nos queda; no mucho».
En octubre de 2013 su predecesor, Fernando Campo, convocó a los dos particulares que comparten con la entidad local la propiedad de la iglesia de San Juan. Existía por su parte se precisó voluntad de vender. Pero las exigencias económicas de, al menos uno de ellos, llevaron de nuevo a vía muerta la negociación.
El entonces mandatario local cifró en «unos 350.000 euros» la cantidad que se reclamaba al Ayuntamiento por uno de los inmuebles. El carácter «inasumible» de la cuantía llevó a romper las negociaciones y a abandonar temporalmente la idea de asumir la propiedad única de todo el complejo, en un estado de deterioro notable desde hace décadas.
Su alto nivel de protección, en cualquier caso, obliga a mantenerlo en pie. Es «intocable». Y cualquier intervención requiere la autorización previa de Patrimonio. Aquella negociación, precisamente, llegó a entablarse ante lo inminente de unos trabajos de reforma que se consideraron «imprescindibles» para evitar el desplome del monumento. Las obras, con un presupuesto de 37.500 euros, fueron ejecutadas por el Consistorio de forma subsidiaria y, por tanto, aplicando la parte proporcional de los costes a los dueños particulares.
El parcheo
Se procedió a retirar estructuras con peligro de desprendimiento sobre la vía pública y a afianzar los que presentaban mal estado. Se procedió asimismo al retejado de parte de la cubierta, el sellado de goteras y la eliminación de viejas antenas y repisas. Ha sido, hasta la fecha el último de los parcheos significativos a los que se ha sometido el conjunto de edificios. Y se realizó después de más de cinco meses de cubrición con distintos refuerzos y andamios de seguridad.
La pretensión de recuperar el edificio ha sido una voluntad retirada de distintas corporaciones y de todo signo político. Sobre la mesa se pusieron muchas ideas museo etnográfico, auditorio o centro cultural, pero el cálculo de la inversión que sería necesaria las han hecho inviables, sobre todo durante la crisis.
La transformación de la iglesia originaria se inició en torno al año 1875, cuando la expropiación y puesta en el mercado de bienes eclesiásticos derivó en ese edificio amorfo que la confiere singularidad.