Félix, el joven que murió de un golpe en Basauri cuando viajaba de polizón en el techo de un tren
Entre sucesos terribles, la prensa local hablaba de bodas con escándalo, «vociferaciones cacofónicas» en Somera, «francesitas de vida alegre», ladrones de 9 años, vacas bravas sueltas por Bilbao y monaguillos abofeteados
Ha llegado el momento de retroceder un siglo. Bienvenidos a las noticias de junio de 1925, que nos muestran un Bilbao y una Bizkaia a ... veces sorprendentes en su diferencia y otras, extrañamente parecidos a los nuestros: como cada mes, copiaremos una selección procedente de 'El Pueblo Vasco' y 'El Noticiero Bilbaíno' y centrada en los sucesos, los avisos oficiales y la publicidad de índole más local. No son todas las noticias de la misma fecha, sino que se fueron publicando a lo largo del mes correspondiente, y están tal cual, incluidos los títulos en negrita, con mínimas adaptaciones en la ortografía y la puntuación.
Fúnebre hallazgo. Se dio cuenta al gobernador de que en Dos Caminos fue hallado el cadáver de un joven frente a la vía férrea, acudiendo el juzgado, que le halló en un bolsillo de la americana una cédula personal de 11ª clase, extendida en Burgos, a nombre de Félix Hernando Gómez, de 17 años. Es creencia general que el citado individuo viajaba sin billete en el techo de algún vagón del Ferrocarril del Norte y se dio un golpe en el túnel próximo al Boquete, cayendo a la vía y quedando muerto.
Incidente con motivo de una boda. Sobre las 7 de la mañana del domingo, se presentó al municipal de Bidebarrieta un vecino de Basurto, denunciándole que un tío suyo iba a contraer matrimonio en la parroquia de Santiago, pero que había visto a dos mujeres en la puerta de la iglesia con propósito de promover escándalo y de impedir la boda. No tardaron en presentarse también ante el municipal dos jóvenes que dijeron ser hermanas, la una de 24 años y la otra de 29, ambas solteras y vecinas de Ollerías Altas, haciendo saber al citado municipal que la mayor de ellas era madre de dos niños de corta edad, siendo el padre el novio que iba a casarse con otra mujer. El guardia dijo que él no era el llamado a resolver. Pero dichas mujeres promovieron tan ruidoso escándalo, pronunciando frases insultantes contra el denunciante y su tío, que el municipal se las llevó detenidas para denunciarlas al juzgado. Parece que, obviado ya el inconveniente, la boda pudo celebrarse, si bien de esto no dice nada el parte que trata de este suceso.
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De mi buzón. «La noche del domingo al lunes será histórica entre las muchas que nos van dedicando con sus vociferaciones cacofónicas, en esta calle Somera, desde las diez de la noche a las cuatro de la mañana, los beodos de todo género que por ella circulan. No hubo medio de dormir, ni con narcóticos. Es inverosímil que, a pesar de las repetidas quejas, esto no pueda remediarse» (firmado: Unas someranas).
Una huelga femenina. En una fábrica de calzado de la calle de Iparraguirre se declararon ayer en huelga las operarias de un departamento, en número de diez. La causa fue, según se nos comunica, un incidente registrado entre el encargado y una obrera, en el transcurso del cual el primero parece profirió frases que ofendieron a la segunda.
El padre, la madre, la chica y el chico... El domingo penetraron en un restaurant de la calle de la Ronda un matrimonio con un hijo y una hija, estos de 24 y 25 años de edad, respectivamente. Se acomodaron en una mesa bien preparada y pidieron su correspondiente cubierto. Gente modesta, no quisieron ni café, ni licores, ni cigarros. Dijeron que con lo que habían comido y bebido era bastante. A la hora de pagar, surgió la dificultad: que no llevaban entre los cuatro ni un perro chico. Así lo hicieron saber a la camarera los comensales, con el encargo de decir al dueño que, como tenían hambre y carecían de recursos, habían determinado comer en el primer restaurant que les tocara en suerte, habiendo sido en aquel precisamente. El dueño salió y llamó a los municipales, los cuales se llevaron a 'los bien comidos' a la prevención, en donde hicieron la digestión en un calabozo, pues pasaron la tarde y la noche. Ayer fueron llevados a disposición del juzgado. ¡Que aproveche!
Tres 'francesitas' de vida alegre tuvieron un 'pique' en una casa de la calle de la Laguna por cuál de las tres se sabía pintar mejor los labios y las cejas. Ello fue que se 'zurraron' de lo lindo y promovieron una 'trapatiesta' en la que tomaron parte otras jóvenes y los agentes de Vigilancia.
Tres escándalos. Han sido denunciados al juzgado: un carretero, por desobedecer a un municipal e insultarle al tratar de obligarle a que circulara en la dirección debida por la calle del Correo; dos vendedoras de la Plaza Vieja, por arañarse, morderse y arrancarse los añadidos a cuenta de «unas palabras» que tuvieron; y un beodo que promovió fuerte escándalo en la calle de Lersundi, cuando le preguntó otro sujeto si había temblor de tierra.
Un lobo descuidado, / que la boca jamás se hubo lavado, / a una oveja atacó con buena gana, / mas se dejó sus dientes en la lana. / ¡Y es que a veces los lobos / no usan Licor del Polo..., serán bobos!

Un infanticidio. Al pasar el domingo, a las cinco y media de la mañana, un transeúnte por detrás del palacio de Zabálburu, halló un envoltorio de trapos. Avisó al municipal y este comprobó que entre los trapos había un niño muerto, recién nacido, envuelto en una camisa de mujer. La boca la tenía taponada con un trapo y en el cuello tenía atada fuertemente una cinta negra. El juzgado se personó en el lugar del fúnebre hallazgo, ordenando a los camilleros municipales el traslado del cadáver al depósito.
Niña abandonada por sus padres. El vecino de Campo Volantín don Plácido Martínez se hizo cargo de una niña de 9 años que dijo llamarse Eulogia Murueta Suárez y que venía de San Sebastián, con una carta de sus padres para una tía suya residente en Erandio y llamada Trinidad. La niña, al llegar a Bilbao, preguntó en dónde estaba Erandio y un señor la subió a un tranvía de Algorta, pero, como no tenía dinero, no se atrevió a seguir. En esa ocasión fue cuando el Sr. Martínez se hizo cargo de la niña, llevándosela a su casa hasta que las autoridades dispongan de ella. Eulogia Murueta dice que sus padres, residentes en Francia, la llevaron a San Sebastián, poniéndola en el tren camino de Bilbao con la carta de referencia para su tía Trinidad, pero sin dinero alguno.
Jovencita de 16 años desaparecida en Baracaldo. El vecino de la calle de los Fueros, 11, 1º, don Germán Regidor, ha puesto en conocimiento de las autoridades que desde el día 2 del actual falta de su domicilio la joven de 16 años Felicidad Esteban, sin que, a pesar de las gestiones realizadas, se haya logrado saber el menor detalle de su paradero. Parece que la joven reclamada es bastante agraciada, viste traje claro y lleva medias de punto inglés y zapatos de charol.
¡Pobre monaguillo! En la puerta de la iglesia de la basílica de Santiago había el domingo una mujer pedigüeña, que constantemente molestaba a los fieles. El monaguillo Pablo Zuazo, de 13 años de edad, cumplió el encargo de hacer salir del atrio del templo a la mendiga, pero la mujer se insolentó y además desobedeció. En aquel momento, un joven de 18 años 'se sintió protector' de la mujer y, después de zarandear al pobre monaguillo, le dio de bofetones. Hubo de ser conducido el Pablo Zuazo a la casa de socorro, siendo curado de contusiones y erosiones. El agresor fue puesto a disposición del juzgado.
Una desgracia junto al Parque. Una joven de 18 años llamada Pascuala Meléndez Basabe, habitante en una casa de la calle de Barraincúa, se hallaba ayer a cosa de las seis de la tarde (según se dijo, cuidando unos niños) cuando se vio de improviso perseguida por una vaca que estaba pastando en una campa cercana al Parque, al cuidado de una aldeana. La pobre joven fue alcanzada y acometida por la vaca, que le dio una cornada en la ingle derecha.

El alcalde, colombófilo. En las cornisas del Palacio Municipal han puesto sus nidos algunas parejas de palomas que suelen juguetear en la terraza del Salón Árabe, donde actualmente se halla instalado, con carácter provisional, el despacho de la Alcaldía. El señor Moyúa, hurtando unos minutos a sus tareas oficiales (que ayer fueron de día grande, por el número de asuntos que hubo de ventilar), salió personalmente a la terraza a dar de comer a sus simpáticas vecinitas, que –lo decían claramente con sus insistentes arrullos– agradecieron vivamente el rasgo de nuestra primera autoridad local.
Instintos de ladrón. En un chalet de la plaza de San Agustín penetró un niño de 9 años y se llevó una caja de agujas de gramófono. El chaval resultó ser el autor de otras varias sustracciones que ha venido cometiendo siempre que se le presentaba ocasión. Ha sido puesto a disposición del Tribunal de Niños.
Hurto de prendas. El vecino de Miravilla, número 6, denunció ayer a la guardia municipal que, hallándose acostado en su cama, alguien penetró en su dormitorio y se le llevó los pantalones y la camisa, que tenía sobre su lecho. En los puños de la camisa había puestos unos gemelos de nácar y en el cuello, un pasador de oro. Además, de un aparadorcito de su gabinete, le robaron un despertador, marca alemana. El denunciante hizo constar que la puerta de la habitación está toda la noche cerrada con un sencillo picaporte para que los huéspedes del piso puedan entrar sin llamar.
Otro robo. Don José Fabá Teijeiro, domiciliado en el segundo piso de la calle de Castaños, se personó ayer en la guardia municipal a denunciar que, en la noche del 12 al 13 del actual, hallándose durmiendo en su cama, le sustrajeron una cartera con unas 8.000 pesetas que tenía debajo de la almohada, sospechando que el autor sea un huésped de la misma casa que dormía en la habitación del denunciante y que ha desaparecido.

Hazañas de una vaca. El vecino de Deusto José Luis Aranda llevaba ayer al matadero de dicho barrio una vaca, la cual, indudablemente, sospechaba adónde la conducían, porque no omitía ocasión para no llegar. Y tan pronto retrocedía, llevándose a rastras al conductor, como avanzaba y trataba de empitonarle, cosa que este evitaba con quiebros que eran señales de gran serenidad, ya que no seguramente de arte taurino. Por fin, el hombre no tuvo más remedio que abandonar la vaca a su capricho, y esta huyó, desmandada y sembrando el pánico, desde la Universidad hasta el barrio de Tellaeche, en donde empitonó a un inofensivo transeúnte que, bien ajeno a lo que le iba a suceder, marchaba a su trabajo. El pobre hombre fue derribado y recogido por la vaca, quedando en el suelo medio conmocionado y con una cornada en una pierna. Otras muchas personas estuvieron a punto de ser alcanzadas por la furiosa vaca, pero se salvaron gracias a sus buenas piernas. Al fin, entre los municipales y el dueño, ayudados por otros individuos, se logró sujetar a la vaca con unas cuerdas, siendo llevada al matadero, en donde cinco minutos después ya había pagado con su vida sus hazañas. El transeúnte herido fue trasladado en el coche-camilla al hospital civil, en donde se vio que sus lesiones eran de alguna importancia, por lo que ingresó en una sala de cirugía. Se llama José Estremo, de 28 años, y es vecino del barrio de Tellaeche, en Deusto. El dueño de la vaca ha sido puesto a disposición del juzgado.
Muerta por salvar a su hijita. A las cuatro y media de ayer tarde se hallaba a la puerta de su casa, en Ortuella, la vecina Martina Ossorio Miranda, con una hijita suya de dos años, cuando la vio que se bajaba de la acera y que llegaba un automóvil procedente de Bilbao. La pobre mujer fue rápidamente a recoger a la niña y, en aquel momento, el auto le dio un tremendo golpe que la hizo caer sin sentido, pero la niña ya estaba a salvo. El público se aglomeró alrededor de la mujer, pero se vio que la desgraciada era cadáver. Acudieron los miñones, con su activo comandante don Víctor Lorenzo, y establecieron cordón alrededor del cadáver y del auto, que era el BI-4064, conducido por Luis Llorente, hasta que llegó el juzgado (...). La Martina deja tres hijos y una hija, esta la niña de dos años que cuidaba y los otros hijos de 14, 13 y 12 años de edad. Cuando salieron de la escuela y se enteraron del triste fin de su madre, se desarrolló la escena que es de suponer. El padre, que estaba en sus obligaciones, fue avisado también y acudió al lugar del suceso, quedando en lamentable estado de ánimo.
Un chófer de ocasión. Ayer don José Luis Uriarte denunció en la Comisaría de Vigilancia que, al llegar a la plaza de toros, dejó su automóvil (un Amílcar) al cuidado de un joven como de unos veinte años y que, al salir de la plaza, el automóvil y el joven habían desaparecido. El auto fue hallado a las diez y media de la noche en Olaveaga. El muchacho, que sabía conducir, había puesto en marcha el coche y, luego de dar una vuelta por la carretera de Castrejana, se metió con el automóvil por el camino de la Ventosa, donde su poca pericia le hizo embestir una esquina y, no atreviéndose a presentarse, optó por abandonar el auto en el lugar de la ocurrencia.
Se quiere matar porque no le dan libertad para divertirse. Sobre las doce y media de la noche del domingo, la joven de 18 años Amparo Pérez Zornoza, natural de Baracaldo y vecina de Cruces, barrio de los Tranviarios, intentó arrojarse a la ría desde la escalinata de la Ribera, cosa que evitaron otras personas con el sereno Antonio Chamizo, que la sujetaron. La joven hacía resistencia y, al ver que no salía con su idea, dijo que ya se suicidaría en otra ocasión. Preguntada por qué causa, manifestó que estaba decidida a suicidarse porque sus padres no le daban las libertades que se deben dar a una joven de su edad.
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