'Switch 2': ¿Cómo será la próxima consola de Nintendo?
Su lanzamiento no está previsto hasta la primavera de 2024, como pronto
Nintendo es una compañía acostumbrada a saborear victorias y capear temporales. Su liderazgo indiscutible se vio enturbiado con la irrupción de la PlayStation original, cuando una Nintendo 64 fundamentada en el cartucho y de catálogo más familiar se las vio y deseó para equiparar la base instalada de sus predecesoras. GameCube corrió un destino similar, por lo que la multinacional japonesa se vio obligada a arriesgar el todo por el todo con los sensores por movimiento de Wii.
Aquella máquina se convirtió en todo un fenómeno planetario (al compás de una Nintendo DS que popularizó las pantallas táctiles mucho antes de que se convirtieran en imprescindibles para los fabricantes de smartphones). En 2012 llegó Wii U, sucesora que pocos entendieron como tal y registró unas ventas inaceptables pese a su atractiva propuesta de juego asimétrico. Los de Kioto optaron entonces por refinar la fórmula en el contexto de una máquina híbrida, pensada tanto para conectarse al televisor como para jugar en cualquier sitio (al más puro estilo Game Boy).
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Con Switch, Nintendo aunó por tanto sus dos principales segmentos de negocio y volvió a tocar las estrellas. No en vano, hablamos de la tercera consola de videojuegos más vendida de todos los tiempos (124 millones de unidades hasta la fecha según VGChartz) por detrás de PlayStation 2 y la propia Nintendo DS. Seis años después de su lanzamiento y con 'The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom' a punto de llegar a las tiendas como el perfecto canto de cisne, toda la industria da por sentado que el anuncio de 'Nintendo Switch 2', 'Nintendo Switch Pro' o 'Super Nintendo Switch' (como la refieren los más nostálgicos) está a la vuelta de la esquina.
Un salto en potencia
¿Qué sabemos de este nuevo hardware? Lo que podemos descartar desde ya es que Nintendo esté pensando en una plataforma diametralmente opuesta al combo de Joy-Con desacoplables y Dock. El éxito fulgurante de Switch obliga a centrar los esfuerzos en perfeccionar lo existente: mejorar las especificaciones de una máquina que ya renquea con determinados títulos (especialmente los de terceros, que acostumbran a mostrar un acabado y rendimiento harto inferior -por razones obvias- respecto a sus versiones para Xbox y PlayStation).
A este último respecto, aunque se rumoreó con un nuevo chip a cargo de AMD, la lógica dicta que Nintendo vuelva a colaborar con Nvidia (responsables del chip Tegra X1 de Switch) para multiplicar la potencia de su consola. No deberíamos esperar, sin embargo, unos gráficos tope de gama: Nintendo siempre ha priorizado la relación calidad precio en sus sistemas de entretenimiento doméstico y apostar por unas especificaciones de vanguardia supondría un precio de venta al público demasiado abultado. Esto desalentaría a muchos de los actuales propietarios de una Nintendo Switch, quienes decidieron agenciársela gracias a las rebajas inherentes a sus múltiples modelos (estándar y Lite en contraposición al más reciente OLED).
Los analistas más venerados del sector esperan que Switch 2 alcance una resolución 4K cuando está conectada al televisor y Full HD (1080p) al jugar en portátil. Todo ello a unos 60 frames por segundo estables. Estas previsiones han dado pie a pensar en un Dock que, en esta ocasión, resulte algo más que un 'hub' de conexión. La base de marras podría incorporar su propio chip y disipadores para que la diferencia entre jugar en portátil y frente a la tele se antoje significativa. De hecho, Nintendo tiene mucho que ganar si decide vender la consola sin Dock (a un precio más económico) y éste tanto por separado como en pack. Así permitiría a cada tipo de usuario hacerse con la configuración que más se adapte a sus necesidades y su bolsillo.
Los 'insiders' también dan por hecho que la venerada pantalla OLED de Switch se convertirá en estándar de su próxima iteración, esta vez alcanzando una tasa de refresco de 120 hercios.
Los retos de una sucesora
Uno de los problemas más acusados de Nintendo Switch ha sido el llamado 'Joy-Con drift', esto es, un fallo por el que los sticks analógicos no registran correctamente los movimientos comandados por el jugador. El problema ha llevado a una reparación gratuita universal de la que se ha hecho eco la mismísima Comisión Europea. Entendemos que los ingenieros de Nintendo han tenido tiempo sobrado para identificar las causas del problema y, por ende, trabajan en diseñar unos mandos a prueba de bombas: más fiables, robustos y seguramente provistos de unos giroscopios potenciados.
El incremento de potencia comentado también debería solventar el escollo de aquellos títulos que no han dado el salto a Switch por incompatibilidades técnicas. Algo fundamental, teniendo en cuenta que en esta ocasión Nintendo no podrá refugiarse en la conversión del desapercibido catálogo de Wii U.
Pero quizás el gran quid de la cuestión sea la retrocompatibilidad: el éxito de una Switch Pro depende en gran medida de que sus 120 millones de usuarios puedan seguir jugando con los títulos que albergan en su biblioteca. Es más, muchos esperan que algunos de estos títulos (como el inminente Tears of the Kingdom) ganen en fidelidad visual y rendimiento bajo las entrañas de la nueva consola. Para hacernos una idea de la importancia de esta cuestión basta retroceder al lanzamiento de Super Nintendo, máquina de 16 bits que a última hora decidió lanzarse sin una solución de retrocompatibilidad, lo que lastró sus ventas iniciales en algunos mercados.
Algunos rumores apuntan, sin embargo, a que la compatibilidad de juegos no está garantizada por el inevitable cambio de chip. Esto obligaría a Nintendo a incluir el Tegra X1 de Switch en la circuitería de Switch 2 junto al nuevo chip de Nvidia, lo que encarecería el precio del conjunto.
Finalmente, la nueva Nintendo Switch también tendrá que mejorar la autonomía y la conectividad inalámbrica de su predecesora, aspectos criticados por numerosos usuarios.
Cuándo y cuánto
Todo lo anterior invita a pensar en un precio equivalente a los actuales 349 euros del modelo OLED. El lanzamiento, por su parte, no tendrá lugar hasta pasado el primer trimestre de 2024. Así lo ha reconocido Shuntaro Furukawa, presidente de Nintendo, durante el último reporte financiero de la compañía. Con todo, fuentes cercanas a la misma insisten en que su desarrollo avanza «a buen ritmo».
Cuestión distinta será la presentación en sociedad de Switch 2, que podría producirse este mismo año según el reputado filtrador 'Cult of Ember'. Esto afectaría a la próxima campaña navideña de los modelos actuales, aunque es de esperar que Nintendo siga soportándolos durante algunos años más (quién sabe si con lanzamientos intergeneracionales).