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Sucedió hace 11 años. El 23 de enero de 2014 fue un día destacado en la historia de la vida comercial de Bilbao. Isak Andic, ... fundador de Mango, extendía un cheque por 40 millones de euros al por entonces presidente de Kutxabank, Mario Fernández. El grupo catalán compraba así la antigua sede de la BBK en el número 23 de la Gran Vía de la capital vizcaína (junto al Palacio foral), en la que se convirtió en la mayor operación inmobiliaria de la historia de un establecimiento de moda en la ciudad.
Andic fallecía este sábado en Barcelona a consecuencia de un accidente de montaña. Ironías del destino, el empresario catalán, de 71 años, perdía la vida sólo cuatro días después de la muerte de Mario Fernández, la persona que recepcionaba aquel talón que sellaba la adquisición del emblemático palacete Lezama Leguizamón, construido por José María Basterra en 1907.
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Aunque en un primer momento aquella suma de 40 millones de euros parecía desproporcionada, se puede decir que el tiempo ha terminado por dar la razón al fundador de Mango, que logró una compra maestra. No sólo en lo económico, sino también en lo simbólico. El inmueble es hoy la mayor tienda de Zara en la ciudad, con 3.200 metros cuadrados. Pero el gigante de Inditex no es el propietario sino el inquilino que está obligado a pagar todos los meses un alquiler a Mango. Andic supo ganarle la partida a Amancio Ortega en el tablero de ajedrez de Bilbao. Esta es la historia de aquella fabulosa operación.
Corrían los primeros años de la década pasada, cuando Kutxabank decidió deshacerse de la que había sido la sede de la BBK, un edificio muy llamativo y de un alto valor histórico y arquitectónico. Por entonces, Iñaki Azkuna era el alcalde de la ciudad. El regidor había entendido a la perfección que entre las principales marcas de moda europeas había una batalla encarnizada por hacerse con los mejores inmuebles en el cogollo de cada plaza importante del continente.
Bilbao no quería perder ese tren y no pondría pegas a la transformación de propiedades históricas en modernos establecimientos comerciales, siempre y cuando se respetara la estética, su fachada y determinados ornamentos que estaban protegidos. Por este motivo, en 2013, Azkuna flexibilizó la normativa urbanística y facilitó la venta de un inmueble que llevaba ya dos años en el mercado.
Este cambio fue decisivo para que a Kutxabank le empezaran a salir varias novias. Y entre ellas Mango fue la más lista. Se dice que Isak Andic cerró un acuerdo verbal con los responsables del banco, dejando a la multinacional Apple con un palmo de narices. Un pacto de caballeros que se encaminaba hacia una firma notarial y el traspaso efectivo de la propiedad. Pero fue entonces cuando Amancio Ortega entró en escena y trató de hacerse a toda costa con el inmueble.
Se cuenta que el empresario gallego, celoso al conocer que su rival se iba a hacer con el nuevo buque insignia del comercio textil en Bilbao, presentó una oferta de última hora con una cifra «mareante». Pero no pudo ser. Mario Fernández y su equipo mantuvieron su palabra y elevaron a definitiva la palabra dada a Andic. Ya no había marcha atrás. La vieja sede de la BBK sería la nueva bandera de Mango en Bilbao. ¿O quizás no?
Dos años después, en 2017, Zara abría su mayor tienda en Bilbao en el número 23 de la Gran Vía, tal y como ambicionaba Amancio Ortega, tras llegar a un acuerdo de alquiler con el empresario catalán fallecido este sábado. Los términos de aquel acuerdo, que siete años más tarde aún se mantienen, nunca han trascendido.
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