40 testigos en el juicio por el crimen de Javier Ardines: el presunto inductor y los sicarios son vizcaínos

La muerte violenta, presuntamente encargada por los celos que sentía Pedro Nieva tras descubrir que la víctima mantenía una relación extraconyugal con su esposa, será juzgada a partir de hoy viernes, 29 de octubre, en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial, en Oviedo, con jurado popular. Se desarrollará en 19 sesiones, a lo largo de las cuales están llamados a declarar cuarenta testigos: los cuatro procesados, la mujer y los hijos de Javier Ardines, la esposa del presunto inductor (prima carnal de la viuda y con quien la víctima mantenía una relación desde hacía años), los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) y de la Policía Judicial de la Comandancia de Gijón que se encargaron de los arduos trabajos investigativos que se prolongaron seis meses, los forenses que realizaron la autopsia al cadáver del concejal de Izquierda Unida, los peritos que efectuaron los rastreos de los posicionamientos de los teléfonos móviles y los de análisis químicos, entre otros. Además, están citados vecinos de Llanes, compañeros del Ayuntamiento o el marinero que trabajaba con Javier Ardines en su barco de pesca, La Bramadoria, entre otros muchos. Será el 30 de noviembre cuando los miembros del jurado se reúnan a deliberar sobre el veredicto tras escuchar los más de cuarenta testigos que participarán en la vista oral.

Tanto la fiscalía como la acusación particular solicitan condenas de 25 años de prisión para cada uno de los cuatro acusados del crimen como autores de un delito de asesinato. Las defensas piden la libre absolución para sus clientes al negar su participación en el luctoso episodio que tuvo lugar la madrugada del 16 de agosto de 2018 a escasa distancia de la casa de Javier Ardines en Belmonte de Pría.

Las acusaciones señalan que Pedro Nieva, casado con Katia Blanco, prima de la mujer de Ardines, descubrió en diciembre de 2017, mediante una grabación, que su esposa y el concejal mantenían una relación sentimental. Desde ese momento, «con el fin de controlar» a Katia y «ante el temor de que esta tuviera algún otro encuentro sexual con el fallecido, visitó «tiendas online de venta de objetos de videovigilancia encubierta, micrófonos, dispositivos de vigilancia y de seguimiento para vehículos y otras destinadas a la realización de pruebas de ADN para determinar la paternidad». En julio de 2018, «ante la proximidad de la época estival y sabedor de que su mujer pasaría el verano en una casa familiar próxima a la de Ardines», Nieva «tomó la decisión de acabar con la vida» del concejal. Para ello, supuestamente, le pidió a Jesús Muguruza que buscase a alguien que pudiera llevar a cabo el asesinato, planteando este el encargo a Djillali Benatia. Una vez acordado el precio -25.000 euros-, el argelino decidió actuar junto a su compatriota Maamar Kelii.

El 27 de julio de 2018 Nieva y Muguruza llevaron a Benatia hasta Belmonte de Pría (Llanes), donde residía la víctima, para enseñarle la zona y planear el asalto. El presunto sicario regresó con su compinche en la madrugada del 1 de agosto, pero Ardines sorteó la valla que habían atravesado en el camino y continuó su marcha hacia el puerto de Llanes.

Regresaron el 16 de agosto y esta vez sí, llevaron a cabo su encargo. Colocaron tres vallas y cuando Ardines se apeó de la furgoneta, le abordaron por detrás, le rociaron con spray pimienta y le golpearon con un bate de béisbol. La víctima salió corriendo unos 25 metros, allí le dieron alcance y lo asfixiaron hasta matarle. Después de meses de complejas investigaciones, tres de los acusados fueron detenidos en el País Vasco y el cuarto, en Suiza.