Ver fotos
Antonio Azkorra, un extrabajador de Altos Hornos, el primer vasco 'centenario' en recibir la vacuna
Osakidetza comenzó este miércoles a inmunizar a los mayores de 100 años en Mungia con 18 dosis suministradas. Lo hizo probando además el sistema de 'vacunautos', que permite recibir el pinchazo sin bajarse del coche
A las 10.23 de la mañana ha llegado Antonio Azkorra al recinto ferial de Mungia a bordo un Nissan blanco. Decenas de periodistas, fotógrafos ... y cámaras de televisión le estaban esperando. Este vecino de Algorta de 99 años, originario de Erandio y antiguo trabajador de Altos Hornos, fue el primer vasco casi centenario en recibir la vacuna contra el Covid-19, después de que ya haya empezado la inmunización entre los usuarios de residencias, sanitarios y fuerzas de seguridad. Después, le siguieron Eloisa Carriedo, de 101 años y vecina de Leioa; Teresa Montón, de 100 años y residente en Getxo; y Cipriana Zubiaga, también centenaria de Getxo. Esta primera jornada de vacunación terminó con 18 mayores inmunizados.
Además de ser el primero que ronda o supera los 100 años en recibir la primera dosis, Antonio fue también el primer ciudadano que lo hizo sin bajarse del coche, en el marco del servicio experimental de los denominados 'vacunautos'. El proyecto busca facilitar una mejor accesibilidad de los usuarios, por lo que permitirá inmunizarse tanto en horario de mañana como de tarde. Si da buenos resultados, se extenderá a diversos puntos de la red sanitaria. En estas circunstancias, la convocatoria realizada por el Departamento de Salud del Gobierno vasco estuvo marcada por una gran expectación y, por momentos, también de cierta confusión.
Antonio, en cambio, estaba muy tranquilo. Su familia, que recibió el martes la notificación de Osakidetza para que fuesen este miércoles a Mungia, le había avisado a la mañana que se iba a vacunar. No querían ponerle nervioso. Pero a Antonio se le veía contento y sonriente. Confesaba a los medios, en euskera y castellano, que estaba tranquilo, que apenas le había dolido el pinchazo y que tampoco lo ha pasado mal durante la pandemia. Y no tenía ni idea de que iba a ser el primero es recibir el pinchazo.
«Eres la estrella del día», le decían, cariñosas, Leticia y Ruth, las enfermeras de Osakidetza encargadas de atenderle. Según los datos del Eustat, Euskadi cuenta con 1.899 centenarios, incluidos los que alcanzan este año el siglo de vida, aunque una pequeña parte de ellos, en torno al 3%, están ya protegidos contra el coronavirus porque viven en residencias.
El proceso se desarrolló de tal manera que los mayores no tuviesen que bajarse del coche. Los vehículos llegaban al recinto ferial de Mungia y un miembro de Protección Civil les indicaba el camino a seguir. Después paraban junto a una mesa en la que le esperaban tres sanitarios del Hospital de Urduliz que en las últimas fechas están dedicados a poner vacunas. Lo han hecho en las residencias y ahora lo hacen con los centenarios. Después de inocularles, los mayores y los familiares que les acompañaban debían aparcar sus coches ahí al lado durante 15 minutos. La idea era poder controlar si la vacuna les causaba algún tipo de efecto secundario negativo, por pequeño que fuese.
Las enfermeras Ruth y Leticia se acercaban cada poco tiempo a los coches para interesarse por su estado. «Igual el brazo te molesta un poquito al principio. Pero en seguida se pasa», les decían. Cuando pasaba el cuarto de hora, se acercaban por última vez para decirles que podían marcharse. «Tenéis que decir la edad con orgullo y presumiendo. Y que sean muchos más».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión