«Los hijos de los actuales pacientes de ELA ya no sufrirán la enfermedad»
El investigador bilbaíno ha descubierto un fallo en la enfermedad que por primera vez abre la puerta al diseño de una terapia eficaz de verdad
Un científico de Bilbao, Óscar Fernández-Capetillo, ha dado en su laboratorio del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) con el talón de Aquiles de ... la Esclerosis Lateral Amiotrófica, la ELA. Todo un descubrimiento. El hallazgo abre la puerta al desarrollo, por primera vez, de medicamentos específicos contra la rara enfermedad que se llevó al actor David Niven, al astrofísico Stephen Hawking, el banquero Francisco Luzon y que padecen unas 3.000 personas en España. El bioquímico habla permanentemente en primera persona del plural, en nombre de su equipo, del que forma parte su esposa, la investigadora Matilde Murga. «Ella se empeñó un día en que dejase de estudiar las levaduras», bromea.
- Hace 7 años, la revista 'Cell' le eligió como uno de los 40 científicos más prometedores del mundo. Ha cumplido.
- ¡No, no lo sé...! Es un honor que una revista que ve investigación todos los días te reconozca así; pero, la verdad, no me gustan mucho los ranking en ciencia.
- Usted y su equipo han descubierto ¡la causa de la ELA!
- Me ha pedido respuestas cortas, pero eso requiere una explicación un poco más amplia...
- ¡Por favor, claro!
- En la década pasada, se descubrió que los pacientes con ELA familiar, que podían tenerla padres, hijos, abuelos, presentaban una mutación genética frecuente. Eso disparó una actividad investigadora frenética. Una de las preguntas sin respuesta era qué generaba la muerte de neuronas.
«La ELA o el cáncer no son el covid; se trata de matar algo que es parte de ti»
LA investigación Avanza
- ¿Lo han averiguado?
- Fuimos despiezando los daños de esa mutación y descubrimos una especie de veneno, un péptido muy tóxico que pinta de negro los ácidos nucleicos de nuestro cuerpo, de modo que ya no pueden leer nada.
- ¿Esa 'pintura' es la que desencadena la enfermedad?
- ¡Exacto! Los ácidos nucleicos dejan de funcionar. Y como todo esto es acumulativo, la enfermedad avanza, es progresiva. Es un concepto muy interesante.
- ¿Qué lo hace tan interesante?
- La mutación de la ELA está presente en los niños, pero se manifiesta en la edad adulta. Es un problema muy recurrente en enfermedades neurodegenerativas, como párkinson o alzhéimer. Ahora mismo trabajamos mucho en el laboratorio para tratar de entender si son las mutaciones las que te predisponen a la enfermedad o es la suma de las mutaciones más el envejecimiento.
Para todos los pacientes
- Este hallazgo, ¿beneficiará sólo a los pacientes de ELA familiar (10%) o a todos en su conjunto?
- Tenemos la confianza de que el impacto no se limite a los pacientes con ELA familiar, sino que sirva para todos. Hemos descubierto que cuanto más aprendemos de las mutaciones de ELA que no son ésta, más nos damos cuenta de que los problemas de las neuronas resultan siempre similares, aunque las mutaciones sean diferentes.
«Ya no confío en la política. Todo esto pasará y se quedará como un mal sueño»
Inversión en ciencia y salud
- ¿Todo esto permitirá el desarrollo de un medicamento?
- En ello estamos. Este conocimiento sumado a otros de los últimos cinco o seis años nos indica que tenemos una potencial vía de escape para atacar a la ELA. Hasta ahora se había venido trabajando con conceptos generales, porque desconocíamos las causas reales de lo que ocurría. Ahora podrán diseñarse medicamentos de forma razonada.
- ¿Cuándo los tendremos?
- ¡Quién sabe! Me gusta ser prudente en este terreno, porque igual digo diez años y quien tiene ELA se deprime; o digo menos y genero una falsa expectativa. Vamos a verlo. Ahora mismo hay un auténtico tsunami investigador en torno a la ELA. Hay muchísimos grupos muy competentes en busca de soluciones como la nuestra. La ELA se solucionará. Mañana no tendremos una terapia, pero confío en que los hijos de nuestros actuales pacientes no la sufrirán.
- ¿No? ¡Qué buena noticia!
- Estoy convencido al 100%.
- Las vacunas contra el covid nos han acostumbrado mal.
- Es impresionante que se haya encontrado una vacuna en tan poco tiempo; y pone de manifiesto de lo que es capaz la Humanidad cuando se invierte en investigación. Pero el covid es un bicho' extraño. Luchar contra el ELA o el cáncer es diferente. Es más fácil atacar a un patógeno ajeno al organismo que matar a algo que es parte de ti.
- ¿Habla usted de frenar el avance de la ELA o de revertirla?
- Es temprano para referirnos en esos términos. Lo urgente es conseguir una terapia cronificadora y una forma de detectar la enfermedad en etapas tempranas.
El proceso de envejecimiento
- Una charla de café con un premio Nobel de Medicina le dio la idea para la investigación. ¿Su resultado también es de Nobel?
- ¡Ja, ja! Ni idea. Mi objetivo vital no es el Premio Nobel, sino que el día que se me cierren las persianas pueda pensar que me hice las preguntas que merecían la pena. Los premios no me quitan el sueño. A quien se lo quita es a mi ama, que vive en Bilbao y presume de hijo. ¡Ja, ja, ja!
- El mejor conocimiento de la ELA, ¿nos permitirá avanzar en la lucha frente a otras enfermedades neurodegenerativas?
- Categóricamente sí, porque las neuronas con ELA comparten problemas con otras afectadas por otras patologías. Y éste es un problema asociado a la edad.
- ¿Qué quiere decir con eso?
- Mucha patología se debe al envejecimiento. En el CNIO, estudiamos la manera de retrasarlo.
- ¿Servirá la crisis sanitaria para impulsar la salud y la ciencia?
- Durante unos meses, luego no. Esto ha sucedido tantas veces que he perdido la confianza en el sistema político. La ciencia no les importa gran cosa. Ahora quizás un poquito más, porque hay que solucionar un problema importante, pero esto se irá, quedará como un mal sueño y nada más. Ahora hablan de ciencia, pero son solo palabras. Si somos importantes, que abran más hospitales y que inviertan en ciencia.
«Se logró la vacuna en un año y están tardando más en ponerla»
Fernández-Capetillo habla de los avances y retrocesos en la lucha contra el coronavirus.
- ¿Cómo ha afectado la pandemia a la investigación contra otras enfermedades?
- Nosotros estuvimos encerrados en nuestras casas. Hubo gente muy productiva, que tuvo tiempo de escribir 200 libros y 50 ensayos. Matilde y yo tenemos cuatro hijos y bastante tuvimos con hacer de magos, payasos, profesores... De todo lo imaginable.
- Pero me refiero al esfuerzo de la ciencia por estudiar otras enfermedades que no sean covid.
- ¡Cómo no se iba a publicar solo de coronavirus con los miles de muertos y enfermos que tenemos encima! Era, y es, un problema que necesitaba soluciones globales y que ha puesto de manifiesto las ventajas de la ciencia y las carencias de la política. Los investigadores necesitaron menos de un año para diseñar una vacuna y ahora se está tardando más de un año en ponerla.
- ¿Servirá para algo todo esto?
- ¡Sí, por supuesto! De entrada, para consolidar las vacunas de ARN mensajero, que han sido un pelotazo. Han puesto de manifiesto su fortaleza y, en el futuro, se utilizarán muchas más estrategias terapéuticas basadas en el ARN. Lo veremos.
- Son ustedes ahora el centro.
- Esta filia por la ciencia no creo que dure ya mucho más tiempo. Dentro de muy poquito vamos a tener que atender otra urgencia mundial de tipo económico, que va a ser de la misma o mayores dimensiones. ¡A ver cómo salimos de ésa, que será también muy dura para la sociedad!
- Por cierto, ahora que las cita, ¿las vacunas de ARN mensajero modificarán nuestro genoma?
- ¡Nooo, ja, ja, ja, ja! ¿Comerse una manzana modifica nuestro genoma? ¡No haga caso de los conspiranoicos! La única realidad es que las vacunas funcionan perfectamente y que las sociedades con la vacunación más avanzada se están liberando ya del coronavirus.
- ¡Usted estará ya vacunado!
- Mi esposa y yo somos de los pocos del CNIO sin vacunar. Me equivoqué al poner mi número de teléfono... ¡Matilde tiene un globo...! ¡Pero es que... soy así! Lo sabe desde que se casó conmigo. ¡Ja, ja, ja!
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