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K.C.H.

Así toca el clarinete una enferma de párkinson mientras le instalan electrodos en el cerebro

La imagen de Denise Bacon pulsando la teclas del instrumento musical en la mesa de operaciones mientras los cirujanos trabajan ha dado la vuelta al mundo

Viernes, 24 de octubre 2025, 00:10

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Como la de cualquier persona a la que se le diagnostica una enfermedad grave, la vida de Denise Bacon cambió en 2014 cuando los doctores le confirmaron que padecía párkinson. La patología la apartó enseguida de una de sus actividades favoritas: tocar el clarinete. Vecina de la ciudad británica de Crowborough, en Sussex, dejó la Banda de Conciertos de East Grinstead en 2020. Pero la medicina avanza y ahora Denise ha vuelto a sacar notas de su instrumento musical. Lo ha hecho durante la operación experimental a la que ha sido sometida en un hospital londinense.

Como otros muchos pacientes con párkinson, la mujer, de 65 años, sufría rigidez muscular y lentitud de movimiento, síntomas, ambos, que afectaban a su capacidad para realizar actividades cotidianas como nadar, caminar, bailar o tocar el clarinete. Su médicos le hablaron de una operación experimental que se realizaba en el King's College Hospital de Londres y ella, terapeuta del habla jubilada, no lo dudó.

Durante la operación de cuatro horas, el neurocirujano Keyoumars Ashkan MBE, «realizó una estimulación cerebral profunda, un procedimiento quirúrgico utilizado en pacientes seleccionados con trastornos del movimiento resistentes al tratamiento, como el párkinson, para implantar electrodos en el cerebro de Denise», detalla desde el centro sanitario.

Con el apoyo de un equipo de especialistas compuesto por un neurólogo, un neuropsicólogo, así como enfermeras de DBS y de quirófano, «los electrodos se conectaron a un generador de pulsos, similar a un marcapasos, para enviar impulsos eléctricos para modificar la actividad cerebral y reducir los síntomas». Los resultados fueron instantáneos y se pudieron ver en la misma mesa de operaciones. Las imágenes de Denise tocando el clarinete en pleno quirófano y con los médios hurgando en su cerebro han dado la vuelta al mundo, más por lo experimental de la técnica que por el hecho en sí, ya que es normal que los pacientes hablen o incluso canten durante este tipo de intervenciones.

Mejora inmediata

Se le administró anestesia local para adormecer el cabelludo y el cráneo (el cerebro en sí no tiene receptores del dolor), pero la paciente permaneció despierta durante el procedimiento de manera que sus reacciones guiaban a los cirujanos. «Se hicieron agujeros de la mitad del tamaño de una moneda de cinco peniques en el cráneo de Denise después de colocar un marco con coordenadas precisas en la cabeza de Denise, que actuaba como un navegador por satélite para guiarnos a las posiciones correctas dentro del cerebro para implantar el electrodo. Una vez colocados los electrodos en el lado izquierdo del cerebro de Denise, se activó la corriente y se observó una mejora inmediata en los movimientos de la mano derecha. Lo mismo ocurrió en el lado izquierdo cuando implantamos electrodos en el lado derecho«, describe el doctor Ashkan.

Fue el propio equipo sanitario quien sugirió a Denise que llevara su clarinete al quirófano para ver si el procedimiento mejoraría su capacidad para tocar. «Nos encantó observar una mejora instantánea en los movimientos de sus manos, y por lo tanto en su capacidad para tocar, una vez que se le administró estimulación cerebral», ha contado el equipo médico. Tras la intervención, la paciente se ha mostrado muy contenta con los resultados. «Recuerdo que mi mano derecha podía moverse con mucha más facilidad una vez que se aplicó la estimulación, y esto a su vez mejoró mi capacidad para tocar el clarinete, con lo que estaba encantada».

A partir de ahora convivirá con los electrodos y un generador de pulsos implantado en su pecho, cuya batería recargable puede durar hasta 20 años, y que suministrará una corriente eléctrica continua a su cerebro. El innovador dispositivo monitorizará su actividad cerebral y puede ayudar a ajustar automáticamente la estimulación cuando sea necesario. La evolución es tan rápida y positiva que la paciente ya nota una importante mejoría y hace planes de futuro. «Ya estoy notando mejoras en mi capacidad para caminar y tengo muchas ganas de volver a la piscina y a la pista de baile para ver si mis habilidades han mejorado allí».

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