Casi la mitad de los vascos mayores de 55 años ayuda a sus hijos económicamente
Este grupo social cuenta ahora con más poder adquisitivo, apenas recurre a préstamos y apuesta por los viajes y el ocio
Sergio Llamas
Lunes, 17 de febrero 2025, 00:44
Solidarios, solventes, amantes del ocio, viajeros y habituados a practicar deporte. Es el retrato de los nuevos mayores vascos, tal y como refleja el primer ... barómetro de los consumidores sénior de Euskadi que acaba de elaborar la Fundación Mapfre y al que ha tenido acceso EL CORREO. Un estudio que analiza los intereses y la situación financiera de una economía plateada -la que recoge la actividad de una población a partir de los 55 años, pero con un peso mayoritario entre los mayores de 65- sin apenas deudas y que cuida económicamente de su linaje. Lo hacen la mitad de los vascos. Un 40% presta ayuda financiera a sus hijos y otro 12% a diferentes miembros de su familia.
«Es una generación con poder adquisitivo, porque nunca antes tantos mayores de 55 años habían llegado a esta edad con dos sueldos, la casa pagada y tanta capacidad de ahorro, pero también muy solidaria ya que hasta ahora nunca antes habían tenido que hacer frente a tantas transferencias a sus descendientes por la falta de ingresos de estos», destaca Iñaki Ortega, el profesor y doctor en Economía que ha dirigido el barómetro. La empresa vasca Ikerfel se ha encargado de traducirlo en números, nutriéndose de 400 encuestas a mayores ajustadas a la sociodemografía de la Comunidad Autónoma Vasca (CAV).
Y es que la población objetivo es clave. En Euskadi los mayores no son únicamente un sostén financiero. También son una mayoría social que sigue en aumento. Basta con mirar los últimos datos del censo recogidos por el Instituto Vasco de Estadística (Eustat). Entre 2004 y 2024 la población total de Euskadi creció un 5%, hasta los 2,2 millones, gracias al flujo migratorio que viene a compensar el desplome de los nacimientos. Sin embargo, la cifra de los mayores de 65 ha aumentado un 37% y el colectivo supone casi una cuarta parte de toda la población vasca, con 529.000 integrantes.
Son una generación que ha sabido mirar al futuro. Lo dicen sus cuentas corrientes. Casi nueve de cada diez mayores de 65 tienen vivienda en propiedad, sin hipoteca ni préstamos, y aunque reconocen preocuparse por cómo está subiendo el precio de la cesta de la compra, admiten en la misma proporción que «su situación económica se mantendrá igual o mejorará». Esto no es casual. Casi parece formar parte del ADN vasco. Mayoritariamente los veteranos de Euskadi prefieren trabajar más para garantizar su situación financiera y sólo un tercio de los que siguen en el mercado laboral se muestra dispuesto a sacrificar parte de su salario a cambio de jornadas más reducidas. «Son un elemento clave. Tener una población mayor con renta que garantiza la solidaridad intergeneracional nos permite decir, casi sin ruborizarnos, que sin ellos el país no podría abrir mañana por la mañana», sentencia el responsable del barómetro.
Restaurantes y viajes
En Euskadi la población sénior quiere tener recursos y no sólo para ayudar a los hijos. También para viajar y disfrutar del ocio. Tres de cada cuatro planea viajar este año -un 31% irá al extranjero- y su inversión en ocio, restauración o cultura es innegociable. De hecho, cuatro de cada diez se opone a gastar menos en estas partidas. «Se habla de que los 60 son los nuevos 40 y eso tiene mucho que ver con la forma de ser de esta población. En el imaginario colectivo parece que están jugando la partida en el centro de jubilados, viendo obras o haciendo ganchillo, pero eso ya es parte de la historia. Lo que quieren ahora es salir de viaje, disfrutar del ocio y en muchos casos conocer gente nueva», destaca Ortega.
Los mayores vascos se han garantizado un futuro estable, pero no libre de lacras. Se conoce como 'edadismo', una discriminación que dos de cada diez encuestados reconoce haber sufrido, lo que representa a 150.000 vascos. Esta sensación se dispara entre el sector de los 55 a los 64 años, que lo nota en la atención sanitaria, las entidades financieras y, especialmente, en el acceso al trabajo. «Está demostrado. Un estudio de investigación señalaba que si se quitaba la edad de los currículums los mayores de 50 eran los más elegidos, pero cuando se conocía su edad ya no eran los más contratados. Hay un sesgo que hace pensar que tendrán más bajas, estarán más cansados o tendrán menos conocimientos sobre la tecnología, pero no es lo que demuestran los datos», denuncia el director del informe.
Las dificultades con la informática no han desaparecido, pero van a la baja. Un 73% de los mayores ha realizado operaciones bancarias a través de internet y un 66% realiza compras a través de la red. Los datos son inferiores a la media española -donde llegan a un 85 y un 76% respectivamente-, pero muestran la misma tendencia. Algo parecido pasa con la conducción, un aspecto sensible pero que forma parte de su vida ordinaria. De hecho la mitad de los mayores con 65 o más años conduce al menos una vez por semana. Un elemento más de su edad activa, que también se refleja en su afición por practicar deporte en la que están involucrados tres de cada cuatro, «una práctica más común que en el resto de España», agregan.
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