La lucha contra las drogas no puede ser un problema exclusivo de policías y jueces
Hermelo Molero
Jefe del grupo de drogas de la Ertzainetxea de Bilbao y novelista
Lunes, 7 de julio 2025, 00:32
La semana pasada, la ONU hacía público su informe sobre drogas facilitando los datos del año 2023. Exponía un incremento, tanto en el tráfico de ... todo tipo de estupefacientes, como del número de usuarios que utilizan a día de hoy drogas en su dieta de hábitos de consumo. El propio informe dedicaba un apartado en exclusiva a la cocaína. La ONU indica que en el año 2023 hay un incremento del 34% de la producción de esta sustancia. Los informes muestran que desde el 2020 al 2023 se ha doblado la cantidad de cocaína producida en el mundo.Estos datos asustan..
La ONU detalla el aumento en casi 20 millones de nuevos consumidores. Para ponernos en contexto, es como si casi la mitad de la población de un país del tamaño de España se incorpora en un solo año a esa práctica tan desaconsejada. Demuestra este informe que las técnicas utilizadas hasta el día de hoy en la concienciación del consumo de drogas o no son suficientes o no son las más adecuadas.
Ahora que nuestros dirigentes políticos han estado discutiendo y negociando ese famoso 5% del PIB para dar servicio a la OTAN en la defensa de posibles enemigos mundiales, comentar que los ingresos de los cárteles del narcotráfico son muy similares al presupuesto anual de la OTAN. Y en este caso el enemigo sí que es conocido. Según el propio informe de la ONU en el año 2021, las drogas producen casi medio millón de muertos y recortan 28 millones de años de vida saludable por discapacidades o muertes prematuras. Es escalofriante intentar traducir en números la cantidad de vidas humanas completas que suponen esos fríos números. Seguimos buscando guerras a donde ir, mientras el enemigo arrasa nuestra retaguardia.
La lucha contra las drogas no puede ser un problema exclusivo de la policía y del sistema judicial, es una lacra que tenemos que abordar desde todos los frentes posibles, educacionales, sanitarios, legislativos, pero sobre todo desde la implicación de toda nuestra sociedad, nos jugamos el futuro de nuestros hijos y nietos. Habrá quien me acuse de alarmista. Solo los necios o los interesados no prestan atención a los científicos y médicos que conocen y trasladan los efectos de las drogas a través de sus estudios y recomendaciones a la ciudadanía. Mientras, los que luchamos contra el tráfico de drogas intentamos matar elefantes fuertemente armados con lanzagarbanzos, guiñando uno de nuestros ojos para aumentar la precisión del proyectil. Aun así, y después de todo lo escrito, yo no me rindo.
No nos dejéis solos o todos perderemos.
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