Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
T. N.
Lunes, 21 de abril 2025, 10:19
Una vez que la fumata blanca ha anunciado la buena nueva, tres cardenales preguntan al elegido: «¿Aceptas tu elección como sumo pontífice?». A la respuesta afirmativa, le sigue otra «¿Quo nomine vis vocari?» (¿Cómo quieres ser llamado?). En 23 ocasiones, las que más, dijeron que Juan. Siguieron los Gregorio y Benedicto (16 veces cada uno), mientras que otros 43 nombres (como Pedro, Anacleto, Ponciano o Eusebio), fueron utilizados una sola vez. Juan Pablo I y Juan Pablo II han sido los únicos papas que han usado un nombre compuesto. Otra curiosidad: Juan XX no existió porque Pedro Julião decidió llamarse Juan XXI y saltarse un número.
Cuando el nuevo Papa acepta el cargo es conducido por el camarlengo y el maestro de las celebraciones pontificias a la sacristía de la capilla conocida como la 'Sala de las lágrimas', porque al parecer todos los elegidos han llorado en ese lugar al asumir la responsabilidad de su cargo. Aquí hay tres maniquíes con sotanas blancas de tres tamaños, que la sastrería romana Gammarelli se encarga de confeccionar desde el siglo XVIII. También hay un barbero por si el Papa necesita un afeitado antes de presentarse ante el pueblo.
Todos los cónclaves desde 1830 han durado como máximo cinco jornadas, a excepción del que eligió a Pío X en 1903. Pablo VI estableció en 1970 que los cardenales perdieran su derecho de voto al cumplir los ochenta años y, en 1975, que el número de electores no podía ser superior los 120. Nunca ha sido elegido un papa negro o indio.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.