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Tras las valoraciones de urgencia del viernes a la noche, ayer tocaba un análisis más pausado del «histórico» acuerdo alcanzado entre el Departamento de Educación ... y la mayoría sindical de la red pública -Steilas, LAB, Interinok Taldea, CC OO y UGT-, con la excepción de ELA. No se escucharon voces negativas. Al contrario. Tanto partidos políticos como centrales se vanagloriaron, en líneas generales y con matices, del nuevo convenio, que en su letra pequeña esconde ciertas claves.
La primera, su vigencia. Tendrá validez hasta el 31 agosto de 2028, es decir, algo más de tres años. De esta manera, garantizará la paz social y el fin de las huelgas y las movilizaciones en uno de los sectores más relevantes y combativos de Euskadi, justo hasta después de las próximas elecciones autonómicas, que si Pradales agota la legislatura se celebrarán en abril de ese año. Con este movimiento, el lehendakari ya ha desactivado en un año de mandato la conflictividad en la Ertzaintza y en la escuela pública, en ambos casos con importantes subidas salariales. Estos acuerdos, no obstante, pueden marcar el camino negociador tanto a los trabajadores de Osakidetza como al resto de funcionarios de Función Pública.
Para encontrar otra de las claves hay que leer el penúltimo artículo del nuevo convenio (el 86 de 87). Son tres párrafos recogidos bajo el título 'Procedimiento de Resolución de conflictos', en los que, a grandes rasgos, los sindicatos se comprometen a que la huelga no sea su primera opción ante cualquier «discrepancia». «Ambas partes podrán someterse a mediación con carácter previo a la adopción de cualquier medida de presión o conflicto».
Desde la parte sindical se ponía ayer el foco, más allá del guarismo del 7%, en que la subida salarial se aplicará de manera lineal a los 27.000 docentes de la red pública sin distinción de cargos o responsabilidades. A este incremento se le podrá sumar cualquier mejora que se adopte para todos los funcionarios en el seno de la Mesa General de la Función Pública del Gobierno vasco o en pactos con las centrales a nivel de todo el país.
Además de la reducción de las horas lectivas -de 23 a 21 semanales en Infantil y Primaria y de 18 a 17 en Secundaria- y del ratio de estudiantes por aula en Primaria -de 23 a 22-, los sindicatos insisten en valorar que hayan conseguido «más recursos para afrontar la diversidad de la Escuela Pública de hoy en día». En este sentido, el nuevo convenio refuerza la figura del coordinador de bienestar en los centros, así como la del orientador educativo y la labor de los profesores de refuerzo lingüístico. Este último caso hace referencia, sobre todo, a los docentes encargados de ayudar con el euskera a los alumnos recién llegados a Euskadi y que tienen dificultades académicas por desconocer el idioma.
Estas mejoras se traducirán en alrededor de 800 puestos de trabajo, algunos de nueva creación y otros que ya existían pero no estaban consolidados dentro de las plantillas. Según defienden los sindicatos, todos esos cargos estarán ocupados por personal preparado específicamente para ellos, con lo que se conseguirá liberar a profesores que, además de su tarea lectiva, ahora tenían que asumir esas competencias extras. En ese sentido, en el acuerdo también se recoge la creación de una comisión para la desburocratización del trabajo de los docentes, que en muchos casos se veían sobrepasados por el papeleo y las cuestiones administrativas.
Los partidos políticos, por su parte, recibieron con buenas palabras el acuerdo. Sobre todo, en los partidos que sustentan al Gobierno vasco. Tanto PNV como PSE valoraron como «muy positivo» el pacto, para acto seguido arremeter contra ELA, el único sindicato que no ha apoyado el acuerdo. «Algunos están en la bronca y la confrontación y es imposible llegar a acuerdos con ellos», criticó el presidente del PNV, Aitor Esteban. «Se está quedando sola y está jugando a otra cosa que no es defender los derechos de los trabajadores. Tener la huelga como un fin en sí mismo es el peor instrumento porque te convierte en un elemento distorsionador», apuntó a su vez el secretario general del PSE, Eneko Andueza.
Desde la oposición, EH Bildu agradeció que el Gobierno vasco «haya dejado a un lado la tozudez» y haya pactado «contenidos que dan respuesta a las necesidades de la comunidad educativa». El PP, por su parte, afeó al Ejecutivo que haya tardado «demasiado tiempo» en llegar a un pacto y alertó de que «sigue habiendo cuestiones sin resolver» en este sector. Sumar Euskadi, por último, calificó el nuevo convenio de «gran victoria» para la escuela pública.
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