Los alumnos que realizaron el examen PISA en su lengua materna obtuvieron mejor nota
Los castellanoparlantes que hicieron la prueba en euskera sacaron en Lectura un resultado propio de alumnos que van un curso y medio por detrás
Los resultados de los alumnos vascos de 15 años en la última edición del informe PISA, la prueba educativa internacional más prestigiosa, no fueron ... buenos. De hecho, obtuvieron la puntuación más baja en cada una de las tres materias analizadas (Matemáticas, Comprensión Lectora y Ciencias) desde que Euskadi comenzó a participar en la prueba, en 2003. No obstante, un análisis más detallado de los microdatos del informe, que la entidad organizadora, la OCDE, pone a disposición del público, permite hilar mucho más fino. Y revela, por ejemplo, enormes diferencias en la nota que sacaron los alumnos en función de si realizaron el examen en su idioma materno o no (antes de la prueba, los escolares rellenaron un test en el que indicaban, entre otras muchas cuestiones, cuál es la lengua de su hogar).
Puede parecer de perogrullo, pero no hay que olvidar que aproximadamente tres cuartas partes del alumnado vasco adolescente tiene el castellano como idioma materno, según la última encuesta sociolingüística, de 2021. Sin embargo, el 70% de los estudiantes de Secundaria estudia en modelo D, íntegro en euskera salvo Lengua Castellana y Literatura y el idioma extranjero (normalmente inglés). Son alumnos, por tanto, que habitualmente realizan exámenes y desarrollan su actividad escolar en un idioma distinto al del hogar.
Así, por ejemplo, en la prueba de Lectura los alumnos vascos obtuvieron una media de 466 puntos (Castilla y León, la comunidad con mejor puntuación, sacó 498). Pues bien, los de habla castellana que realizaron en este idioma el examen obtuvieron 477 puntos; los que la hicieron en euskera, en cambio, cayeron a 432. Son 45 puntos de diferencia; un abismo. Hay consenso en señalar que una distancia de 30 puntos equivale a un curso.
El patrón se repite en las otras dos materias. En Matemáticas, los castellanoparlantes que hicieron el examen en su idioma sacaron 482 puntos por 469 de los que se examinaron en euskera. En Ciencias la diferencia fue más amplia: 484 puntos frente a 455 (29 de distancia). Los datos referidos a los castellanohablantes dan pie al análisis, ya que, de los 2.274 alumnos que declararon tener el español como idioma materno, el 79% escogió realizar la prueba en esta lengua; el 21% se decantó por el euskera.
El caso de los alumnos vascófonos es distinto. De los 928 estudiantes que participaron en la prueba, apenas el 6% la realizó en castellano, por lo que la comparativa hay que cogerla con pinzas. Los resultados en ambos idiomas fueron muy parecidos. En cualquier caso, cuando hicieron el examen en su lengua materna obtuvieron 465 puntos en Lectura, 499 en Matemáticas y 486 en Ciencias. Son cifras similares -incluso notablemente mejores en el caso de Matemáticas- a las obtenidas por los castellanoparlantes que hicieron su examen en español.
De los castellanohablantes, el 21% hizo la prueba en euskera y el 6% de los euskaldunes, en español
Los alumnos vascos tenían el segundo nivel cultural y socioeconómico más alto de España
Especialmente relevantes son los datos relativos a la Comprensión Lectora, ya que es la competencia clave que sostiene el desarrollo académico y personal de cualquier persona. En este contexto, los alumnos vascos salen especialmente malparados, según la prueba organizada por la OCDE. Euskadi es, por ejemplo, la comunidad autónoma con menos porcentaje de alumnos en los niveles de excelencia: apenas el 3%. Sólo Ceuta y Melilla tienen menos.
A la hora de contextualizar estos datos no hay que olvidar, además, que los alumnos vascos que participaron en la última prueba están a la cabeza de España en cuanto a nivel socioeconómico. La literatura científica señala que la pobreza y un ambiente cultural bajo son dos de los factores que más condicionan el nivel académico. Esto se mide gracias al Índice Socioeconómico y Cultural (ISEC). Pues bien, Euskadi se presentó al examen con la segunda cifra más alta del país, solo por detrás de Madrid.
La situación preocupa. El Departamento de Educación anunció recientemente una serie de medidas para reforzar el Plan Lector, una iniciativa puesta en marcha en 2018 a la luz de los alarmantes datos tanto de PISA como de las Evaluaciones de Diagnóstico. Ahora, la consejería que lidera Jokin Bildarratz ha introducido cambios con el objetivo de «formar buenos y competentes lectores» tanto en castellano como en euskera e inglés.
El impacto de la pandemia
Los resultados expuestos correspondientes al último informe PISA estuvieron condicionados, lógicamente, por el impacto de la pandemia. Los alumnos que se examinaron vivieron dos cursos en una situación excepcional, lo que afectó tanto a su rendimiento como a su salud mental. Por ello es pertinente fijarse en la evolución de la última década, desde que los estudiantes vascos obtuvieron sus mejores registros en PISA. La comparativa es preocupante. Euskadi es la comunidad cuyos resultados académicos más han retrocedido entre 2012 y 2022 en Ciencias; la segunda que más en Lectura; y la tercera que más en Matemáticas.
El informe 'Diferencias educativas regionales, 2000-2016', elaborado en 2019 por la Fundación BBVA, señalaba lo siguiente sobre los resultados de los alumnos vascos: Euskadi es «una anomalía por la pobreza de resultados que muestra en PISA, sorprendente por sus características en cuanto a abundancia de recursos, amplitud de acceso a la educación y baja tasa de abandono educativo temprano». En efecto, el País Vasco es, de lejos, la comunidad autónoma que mayor inversión por alumno realiza; en torno a 7.300 euros al año, según cifras aportadas por el lehendakari, Iñigo Urkullu, en sesión parlamentaria. La media de España es de 6.467 euros al año. Y Euskadi es la segunda región con la tasa de abandono escolar más baja del país (6,3%), según el último informe del Ministerio de Educación. La potente oferta de Formación Profesional y las características del mercado laboral vasco, que requiere de profesionales cualificados, explican en gran medida este buen indicador.
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alumnos vascos participaron en la última edición del informe PISA. El 68% tenía el castellano como lengua materna, el 28% el euskera y el 4%, otras. Dos de cada tres estudian en modelo D.
¿A qué se debe, entonces, tan mala tendencia? Los expertos apuntan a una serie de factores. Por un lado, la política lingüística. En 2012, el modelo D, íntegro en euskera, matriculaba al 58% del alumnado de Secundaria. Diez años después el porcentaje aumentó hasta el 70%. Es decir, la sociología del modelo de inmersión en euskera ha cambiado sustancialmente y ahora acoge a la inmensa mayoría del alumnado, independientemente de su cercanía con el euskera o de su nivel socioeconómico.
Recomendación de la ONU
El modelo D es un itinerario que no tiene en cuenta durante el proceso de aprendizaje la lengua materna de la mayoría del alumnado, en contra de lo que recomienda la UNESCO. Esta misma semana ha tenido lugar el Día Internacional de la Lengua Materna. Naciones Unidas señalaba que, si bien la educación multilingüe «ayuda a preservar las lenguas no dominantes y minoritarias», como el euskera, «los estudios destacan los beneficios de utilizar las lenguas maternas en la educación», ya que «fomentan mejores resultados de aprendizaje, la autoestima y la capacidad de pensamiento crítico». Por ello, los expertos plantean repensar el modelo D y también piden que se tenga en cuenta la lengua materna del alumnado, aunque sea para reforzar la lengua de aprendizaje (euskera).
En segundo lugar, la alta segregación escolar que caracteriza al sistema educativo vasco tampoco ayuda. Un estudio de Save The Children y el 'think tank' EsadeEcPol con datos del informe PISA 2018 situaba al País Vasco como la comunidad con mayor índice de segregación escolar por origen del alumnado y la segunda que más segrega en función de la renta, sólo por detrás de Madrid. El impacto de la tecnología y la capacitación de un profesorado que debe atender un alumnado cada vez más diverso al mismo tiempo que lidia con una burocracia «excesiva» también son factores que los expertos señalan a tener en cuenta.
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Los estudiantes extranjeros, al nivel de Chipre en Lectura
La muestra correspondiente a los alumnos que participaron en PISA y que no tienen el castellano ni el euskera como lenguas maternas merece un análisis aparte. Se trata de los escolares de origen extranjero, aunque aquí no entrarían los latinoamericanos, que son el colectivo más numeroso de entre los foráneos y tienen el español como idioma materno. Son, fundamentalmente, estudiantes norafricanos, europeos y asiáticos.
Estos alumnos representaron el 4,5% de la muestra del último informe PISA. La mayoría (79%) optó por hacer el examen en castellano. Sus resultados fueron los siguientes: 401 puntos en Comprensión Lectora; 421 en Matemáticas; y 425 en Ciencias. Los que escogieron hacer la prueba en euskera (el 21%) sacaron 389, 431 y 423 puntos, respectivamente. La puntuación en Lectura en ambas lenguas les sitúa al mismo nivel que países como Chipre o Bulgaria y por debajo de México, Costa Rica o Colombia.
Los alumnos de origen extranjero radicados en Euskadi (incluyendo, aquí sí, a los latinoamericanos), obtuvieron los peores resultados medios de toda España en cada una de las tres materias analizadas: 423 en Matemáticas, 424 en Lectura y 434 en Ciencias.
La brecha con sus compañeros nativos fue la más alta del país en Matemáticas (70 puntos), la segunda más alta en Lectura (52) y la cuarta en Ciencias (54). PISA considera alumnado extranjero a aquellos nacidos fuera de España o cuyos padres son extranjeros (en este caso se denomina alumnado extranjero de segunda generación).
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