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«A sus puestos». Soldados, cocineros, majorettes y cantineras se han puesto en marcha con esa orden este lunes por la tarde para honrar de ... la mejor manera al Patrón: con el repique de los tambores. «¡Fuerte!». Otra consigna para que la ciudad volviera a retumbar, después de que ayer, domingo, se viviera una tarde de tambores masiva.
Aunque, esta vez, los mayores han dado el relevo a los txikis y han sido ellos –mucho más de un centenar– los que se han quedado encargados de mantener la llama festiva con su particular Tamborrada. Con el ambiente multitudinario que se ha generado se puede sacar una conclusión clara: San Prudencio puede estar tranquilo. No faltará cantera en los próximos años.
Ese pegadizo 'tun tun', que ha abarrotado la plaza de la Provincia, ha comenzado en Siervas de Jesús, a la altura de la torre de Doña Otxanda. En ese punto, poco antes de las cinco y media de la tarde, se han preparado los jóvenes soldados Aimar Santamarta y Lander Moreno, de 8 años. Ambos son veteranos. Uno lleva ya dos años en estas filas y, el otro, tres. Por eso, minutos antes de que empezara el desfile, ellos se han mostrado despojados de cualquier nervio. «Hemos ensayado mucho. No vamos a fallar», han asegurado estos amigos.
¿Cómo podían estar tan convencidos? «La clave es mantenerse en la fila y mirar a la directora», han comentado, mientras otros de sus colegas tomaban nota de sus consejos para que todo saliera a pedir de boca.
Así ha ocurrido. Los jóvenes han pisado con fuerza y «todo ha sonado bastante bien», ha valorado al final del recorrido Ayala Ballesteros, la directora del buen hacer de estos tamborileros. «Y... se lo han pasado genial», ha añadido, con una sonrisa de oreja a oreja, que ha dado cuenta de su satisfacción por el trabajo bien hecho.
La marcha de San Prudencio o el himno del Alavés han retumbado en el centro de la capital alavesa, con paradas en la Diputación y en la plaza de la Virgen Blanca. Cientos de vitorianos les han acompañado y muchos otros pequeños les han seguido el ritmo con sus propios tambores de juguete.
Entre ellos se ha encontrado Yuriel García que, con 5 años, está deseando forma parte de este cuerpo de orgullosísimos vitorianos. «Hacemos el programa completo. Nos encanta», han repasado sus aitas.
A su lado, otros asistentes han optado por inmortalizar el momento. «Le estoy enseñando las tradiciones de Álava a mi madre. Vive en Colombia y allí no hay nada parecido a esto», ha relatado Laura Gil.
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